martes 18 de febrero de 2025

Los mensajes, el hallazgo y el dolor: el relato de la familia de las víctimas del triple crimen en Melchor Romero

El brutal homicidio de Graciela Holsbak, Raúl Bravo y Alma Manino sacudió a Melchor Romero, mientras sigue el operativo para encontrar al hijo de la mujer asesinada. Una familiar reveló los últimos contactos, el descubrimiento de la masacre y la relación del chico con su madre y padrastro.

Rosalía Holsbak decidió pasar Año Nuevo junto a una de sus hijas en su casa de Melchor Romero y pasadas las 12 le escribió a su hermana Graciela. Intercambiaron mensajes de texto y audios, en los que acordaron encontrarse el 1° de enero a las 7.30 para ir a Buenos Aires. A la mañana siguiente estaba lista desde temprano, pero se cansó de esperar que la pasaran a buscar. La llamó, pero no tuvo respuesta y luego notó que la última conexión en WhatsApp había sido a la madrugada. Habló con una de sus sobrinas y a la noche la despertaron para avisarle que habían asesinado a Graciela, su nieta Alma y su pareja, Raúl.

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"No caigo", expresó Rosalía en diálogo con 0221.com.ar. Vive a tan solo cuatro cuadras de la casa de 523 entre 164 y 165, donde en la noche del primer día del 2020 encontraron la terrible escena. Refugiada en el núcleo familiar, habló mientras sigue la intensa búsqueda de E.S., su sobrino de 17 años al que no pueden ubicar desde hace dos días.

"Habíamos quedado en encontrarnos para ir al centro en Capital, porque siempre salíamos los cuatro, mi esposo, yo, Graciela y Raúl. Ella iba a pasar por casa, como tenía auto, pero nunca pasó. A las 8.30, 9, la empecé a llamar y me di cuenta de que su WhatsApp se quedó ahí", empezó a relatar.

Eran alrededor de las 5 de la tarde del miércoles cuando se comunicó con Andrea, su sobrina y mamá de Alma. Tampoco había podido hablar con Graciela. "'Tía, no sé nada yo tampoco. No me contesta, no está en línea', me dijo y le digo que el teléfono de línea sonaba", agregó en su raconto y la joven le respondió: "Tía, estoy preocupada, no me asustes".

Rosalía sostuvo que Andrea llegó a la casa de 523 a las 9 de la noche. Vio el Renault Logan con el que Raúl trabajaba de remisero en la entrada, tocó la puerta pero no salió nadie y todo le pareció aún más extraño. "Después a las 2 de la mañana me avisó por mensaje. Lo único que me dijo fue: 'A Graciela y a Raúl los mataron. Y Almita...'. Un desenlace que hasta el día de hoy no caigo", manifestó.

La joven fue quien descubrió la masacre. De acuerdo al informe preliminar de los forenses, el cuerpo de su madre estaba sobre el piso de la habitación, en posición fetal. El de Raúl había sido arrastrado hasta la cocina, donde lo hallaron envuelto en un mantel. A su lado había una bolsa negra, en la que encontraron los restos de Alma. "Andrea entró, vio que la madre estaba tirada, dice que vio el cuerpo de Raúl. Metió la mano adentro de una bolsa negra y tocó algo. Salió corriendo", contó.

En shock, la mujer dijo que era muy apegada a su hermana y que se veían prácticamente todos los días a la tarde. La familia Holsbak es numerosa y tiene parientes en Misiones, desde donde en las últimas horas viajó su madre. Ahora aguardan que culminen las pericias para que les entreguen los cuerpos en las próximas horas y poder despedirlos.

En paralelo, aún no tuvieron novedades de E.S., el hijo menor de Graciela. El chico de 17 años es buscado desde la madrugada del miércoles pasado. Sil, allegada a Andrea, la mamá de Alma, reveló que una de sus hijas estuvo en la cena de Año Nuevo en la humilde vivienda de Romero. "Mi hija es la mejor amiga de la hermana de la nena, que venía todas las tardes a jugar a casa. Alma esa noche se quiso quedar a dormir con la abuela", dijo a 0221.com.ar.

Luego, su hija se fue con la amiga a la plaza de esa localidad. "Si se quedaban a dormir ahí podría haber sido una más", comentó. Según le comentó la chica, la cena se desarrolló con normalidad, sin la presencia del adolescente al que aún no pudieron encontrar: "Se lo cruzaron en la plaza de Romero y las saludó normal".

Sobre el chico no recae ninguna acusación, tal cual lo confirmó el fiscal Marcelo Martini, quien está a cargo de la investigación. El titular de la UFI N°3 de La Plata remarcó que lo buscan para tomarle testimonio porque vivía con las víctimas. "Yo no lo acuso de nada, como persona que vivía en la casa queremos tomarle testimonio", aclaró.

En el entorno de la familia Holsbak no tienen pistas sobre lo que pudo haber ocurrido. "No sabemos nada de él, no sé qué es lo que pudo haber pasado. Había conflicto entre él y Raúl, anterior, de larga data. Hace unos meses atrás que estaban en problemas. Yo le decía a mi hermana: 'Andáte a vivir con Raúl, dejá la casa a los chicos. Andá con tu pareja y se feliz'. Era un conflicto entre los tres", indicó Rosalía.

Graciela era ama de casa, acompañaba la lucha de sus hijas mayores en las marchas y actividades de ATE, y mantenía una relación de años con Raúl: "Estuvieron separados y en noviembre volvió. El chico siempre vivió ahí, era el único de sus hijos que seguía ahí. Mi hermana siempre fue una madraza con sus hijos. Para ella todos son iguales, con sus nietos. Las chicas lo querían a Raúl, no sé si tuvo problema con ellas". "No caigo. Esperemos que aparezca (su sobrino buscado) y se aclare la situación. Yo no sé si fue o no él. Quién va a pensar semejante cosa así", concluyó.  

Son varios los equipos efectivos de la DDI local que rastrillan la región en búsqueda del adolescente de 17 años, que vestía remera roja, pantalón negro de Estudiantes y zapatillas negras. Los investigadores se abocaron a solicitar y revisar las cámaras de seguridad de las estaciones de trenes de la ciudad y las terminales de colectivos de la zona, hasta ahora sin resultados. También están rastreando su teléfono celular para tratar de ubicarlo y que pueda ser indagado por el fiscal para tener más datos sobre lo sucedido en su casa en la madrugada del 1° de enero.

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