El crimen de Andrés Núñez, el primero de los platenses desaparecidos y asesinados por policías tras el retorno de la democracia, tiene una nueva página en su historia. La Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires (SCBA) declaró inadmisible un recurso de revisión impulsado por la defensa del ex comisario Luis Raúl Ponce y la sentencia condenatoria quedó confirmada, tal como ya lo había hecha la Sala V del Tribunal de Casación provincial.
Luego de estar más de dos décadas prófugo, Ponce fue detenido en el sur argentino tras tirotearse con personal de la Policía Aeronáutica. Volvió a la La Plata, esposado, para enfrentar juicios por delitos de lesa humanidad en el fuero Federal y por el secuestro, tortura y crimen del futbolista.
Luego de sortear un laberinto judicial de apelaciones, la causa finalmente fue debatida en juicio oral y se estableció que Ponce fue el líder de una banda de policías que escondió el cuerpo de Nuñez, desaparecido en 1990 y cuyos restos se encontraron cinco años después en un campo de la localidad de General Belgrano, debajo de un estanque. Fue condenado a reclusión perpetua por los delitos de privación ilegal de la libertad y torturas seguidas de muerte.
Por este mismo caso, otros dos ex integrantes de la extinta Brigada de Investigaciones de La Plata fueron condenados a perpetua y sus sentencias quedaron firmes. Desde la desaparición de Andrés, su viuda, Mirna Gómez, no se detuvo nunca en su reclamo de justicia.

Es que aun resta juzgar la presunta responsabilidad de los ex policías Carlos Gustavo Veiga, Ernesto Delfor Zabala, César Domingo Carrizo y Pedro Domingo Costilla. En tanto permanece prófugo otro integrante de la patota asesina, Pablo Martín Gerez, primo del ex jefe de la maldita policía, comisario Mario “Chorizo” Rodríguez.

Además el ex policía José Ramos fue declarado inimputable, luego de que con su confesión se hallaron los restos de Núñez enterrados debajo de un tanque en un campo de General Belgrano.