viernes 07 de noviembre de 2025

"Acá no se rinde nadie", el mensaje del Astillero a un año de la represión en La Plata

Se trató de uno de los momentos más tensos del 2018 en la ciudad. Más de 2.500 trabajadores de la planta naval de Ensenada protestaban frente a la Gobernación cuando la policía comenzó a tirar gases lacrimógenos y disparar balas de goma. Los obreros respondieron con pedradas, hubo corridas y un patrullero arremetió contra un grupo de manifestantes arrollando a uno de ellos y dejando una foto que fue viral.

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"Estábamos manifestándonos pacíficamente y empezaron a reprimirnos primero con agua y después con balas de goma". Esas fueron las primeras declaraciones de Francisco Banegas, secretario general de ATE Ensenada luego de que la masiva marcha de trabajadores del Astillero Río Santiago (ARS) terminara en un auténtico caos en pleno centro de La Plata. La protesta fue violentamente reprimida por las fuerzas de seguridad y varias personas sufrieron heridas.

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A un año de la represión, los obreros recordaron aquel momento y publicaron una nueva imagen en la cuenta de Facebook "Astillero querido". En el diseño se destaca la figura de un manifestante que lleva puesta una remera con la frase "Acá no se rinde nadie" mientras se enfrenta a la Policía . 

Los empleados habían concentrado temprano en los portones de la planta naval de Ensenada y el primer corte que realizaron fue en la subida de la Autopista La Plata-Buenos Aires. Luego, continuaron en la estación de ómnibus de 42, 3 y 4 y en el Ministerio de Economía de 7 y 45. Finalmente, las multitudinarias columnas se movilizaron por 7 hasta plaza San Martín. 


La represión comenzó cuando varios manifestantes ocuparon la vereda de la Gobernación en 6 entre 51 y 53 y algunos de ellos se treparon a las rejas. Los policías comenzaron a avanzar y los trabajadores respondieron con piedras. Luego, los efectivos empezaron a tirar gas lacrimógeno y balas de goma, por lo que las filas de Astilleros se replegaron y hubo corridas por las calles del microcentro.

Las corridas y los disparos se sintieron hasta en el Rectorado de la UNLP, donde daban el último adiós a Chicha Mariani. De hecho, fueron varios los trabajadores e integrantes de distintas organizaciones sociales que acompañaron el reclamo los que se refugiaron en el edificio de 7 entre 47 y 48, al igual que en el Pasaje Dardo Rocha y en comercios de la zona.

"Teníamos una paritaria técnica este martes y la levantaron para ejecutar esta represión", continuó Banegas, quien apuntó directamente contra la gobernadora María Eugenia Vidal como principal responsable de lo que estaba pasando. 

Uno de los momentos de mayor tensión se registró en 7 y 49. Cuando parecía que las aguas se calmaban, un patrullero de la Policía Bonaerense arrancó a toda velocidad y atropelló a uno de los manifestantes en esa esquina, el hombre voló por el aire y la situación desató la furia de sus compañeros. Patadas, golpes, piedrazos y hasta dos personas que se subieron al techo para romper las sirenas, esa fue la respuesta que tuvieron los policías por el violento accionar que llevaron adelante. 


Luego de la represión policial, 7 fue un auténtico mar de piedras, de diferentes tamaños, y de cartuchos de balas vacíos. Con el correr de las horas, volvió a reinar la tranquilidad y solo se escucharon los bombos de los trabajadores que se congregaron sobre 49. 

Si bien se trató del capítulo más crítico del conflicto con la Provincia, se extendió por varias semanas. Luego de este episodio, los manifestantes volvieron a marchar por el centro platense, ocuparon el Ministerio de Economía y medio hasta el mismísimo arzobispo de La Plata, Víctor “Tucho” Fernández.

La paz llegó a fin de año, cuando el 28 de diciembre lograron un acuerdo con la Provincia: firmaron un acta en la que las autoridades ratificaron que la planta no se cerraba ni privatizaba.

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