Los distintos sectores que forman parte del oficialismo en La Plata y tensionan la cuerda a una semana del cierre de listas empezaron a medir el impacto que puede tener en el armado electoral de Julio Garro la designación del senador peronista Migue Ángel Pichetto como candidato a vicepresidente. Lo hacen en dos planos: “el cuantitativo”, es decir los votos que pueda aportarle el desembarco del ex alfil kirchnerista en la cámara alta; y “el nominal”, hasta qué punto el nuevo actor demandará atención en las listas platenses.
A priori, todo es juzgado con ojos optimistas en el palacio de calle 12, tanto en planta baja como en el primer piso.
En cuanto al aporte a las urnas, fue apreciable cierto optimismo en todas las tiendas, incluso las radicales que pudieron sentirse perjudicadas después del reclamo por el lugar en la vicepresidencia. Empezando por el propio intendente, que saludó la designación un par de horas después del anuncio vía redes sociales del presidente Mauricio Macri, todos salieron rápidamente a felicitar la movida.
Aquello pudo ser un gesto obligado, casi inevitable era aplaudir una movida del jefe de la jefe de la fuerza. Pero en general lo ratifican en privado. Algunos ven en Pichetto a un viejo zorro, con un perfil que dicen escasea en la coalición de gobierno, rebautizada “Juntos por el Cambio”. La frase que sintetiza esa sensación entre los consultados es sintomática: “necesitábamos alguien así”, dicen algunos, tal vez sobreactuando el optimismo.
Por fuera de esas apreciaciones conceptuales, otros sectores los ven como un puente tendido hacia los sectores “descontentos” con el Gobierno que hoy podrían no repetir el voto a Macri, y por arrastre tampoco a María Eugenia Vidal ni a Garro. Piensan en un electorado afín al peronismo que vería en el senador un lazo del cual aferrarse para seguir votando contra el kirchnerismo.
“Mirá que yo soy gorila”, se confesó uno de los referentes del PRO platense al analizar con mirada exultante el nuevo escenario. Siente que se percibe en los dirigentes y la militancia que la sorpresiva fórmula presidencial fue un modo de recuperar centralidad en la escena después de dos movidas tan fuertes de la oposición como fueron la designación de Alberto Fernández como candidato presidencial y la alianza con Sergio Massa.
EL ARMADO
El saldo positivo al que hacen referencia cierra con un impacto que sería nulo en las listas platenses. El escaso desarrollo territorial de Pichetto no demandará abrirlas al menos que aparezca alguna sorpresa. A lo sumo podría implicar algún fortalecimiento de los sectores peronistas que buscan la reelección de Gabriel Monzó en el senado bonaerense. O, por el contrario, una excusa para que los radicales, principales socios fundadores de Cambiemos, reclamen mayor presencia como contrapeso.

Esa referencia obliga a un vistazo en torno al armado que el intendente Garro delinea a una semana del cierre de listas. En el senado, además del peronista pulsea Juan Pablo Allan, referente de unos de los sectores PRO que también pretende la reelección. Ambos tendrían lugar más allá de que el orden es difuso. Uno encabezaría y el otro será tercero en caso de que no haya pedido de Vidal por un lugar para su secretario general Fabián Perechodnik.
El intendente baraja la posibilidad de que Ileana Cid, la presidenta del Concejo Deliberante, pegue el salto a la Legislatura para ocupar el segundo lugar de esa lista de tres. Lo contrapesa con el rol que su ex secretaria de Planeamiento está llevando adelante en el deliberativo. Si la quiere reservar para que siga en alli podrían crecer las chances de la actual senadora Pilar Aylón de renovar.

Ese esquema podría romperse si la gobernadora escucha el pedido de su vice, el radical Daniel Salvador, por el actual presidente del bloque de concejales Claudio Frangul, a quien quiere de senador en el plan de mostrar un crecimiento de la UCR en la coalición gobernante.
Si eso no se da, Frangul tendría asegurado un lugar para reelegir entre los concejales. Otro puesto lo disputa su correligionario Guillermo Ronga y no se descarta que se pida por una mujer, en caso de que el ordenamiento así lo exija. Muchos de los potenciales candidatos ganas espacios en las fotos institucionales del jefe comunal en cumpleaños de delegaciones o actividades de gestión.
La incógnita sigue siendo la cabeza de la lista de concejales, donde crecen las acciones del secretario de Gobierno, Nelson Marino. El hombre que tiene injerencia en casi todo el territorio como coordinador de las delegaciones pretendía un lugar en el Senado, pero allí hay demasiadas aspiraciones para pocas sillas. Ocupar el primer lugar entre los ediles representaría una demostración de confianza que el jefe comunal necesitará que en caso de triunfo le refrende quien se convertiría en virtual viceintendente. Marino tiene en la manga otra jugada, que involucra a la delegada de Villa Elisa Virginia Pérez Cattáneo, quien podría cubrir la paridad.
No se descartan sorpresas a tono con los tiempos que corren (del tipo de Pichetto y Alberto Fernández). Sigue resonando el nombre del secretario Coordinador Oscar Negrelli, alguien que ya ha dicho que se retira de la política cuando concluya el primer mandato de Garro. También el de la diputada Carolina Piparo, quien actualmente desempeña un doble rol como secretaria de Asistencia a las Víctimas y Políticas de Género.

Hacia abajo deberán acomodarse las aspiraciones de Julio Irurueta, uno de los miembros fundadores del PRO en La Plata; de Fernando Ponce, el presidente del Concejo en uso de licencia que tiene reservado un lugar para Romina Cayón, la secretaria administrativa del cuerpo, o para Agustín Scotti, el subsecretario de Coordinación Municipal.

Queda pendiente, además, el saldo de la relación con la Coalición Cívica, ya que una de las que vence mandato es la “lilita” Raquel Krakover.