Un grupo de investigadores de distintas universidades del país trabajó con dos cráneos de tigres dientes de sable, de unos 30 mil años de antigüedad, que habían sido encontrados en Río Lujan (1992) y en Río Tercero (2000). Los fósiles demostraron que sus largos colmillos eran capaces de atravesar huesos y que los felinos eran capaces de batallar entre sí.
Los tigres dientes de sable -inmortalizados por la popular película de dibujos animados y el personaje de Diego, un animal de esa especie- eran animales robustos, de patas cortas y fuertes. Sus colmillos alcanzaban los 30 centímetros de longitud, su peso rondaba los 300 kilos y tenían una cola muy corta, a diferencia de los felinos de proporciones esbeltas, delgados, que poseen cola larga y bastante móvil.
Los trabajos estuvieron a cargo de los especialistas Nicolás Chimento del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) y el CONICET; Leopoldo Soibelzon, del Museo de La Plata y el CONICET; Javier Ochoa, del Museo Regional Florentino Ameghino de Río Tercero; Viviana Buide, del Museo Municipal de Ciencias Naturales de Mercedes; y Federico Agnolin, investigador del MACN.
"Este descubrimiento y estudio excepcional se realizó a partir del hallazgo de dos cráneos de Smilodon, cada uno de los cuales tenía un gran agujero en la parte dorsal, cuyos contornos corresponden exactamente con un canino de tigre dientes de sable", contó Agnolin. En ese sentido, explicó que "había estudios que suponían que estos grandes caninos eran frágiles y no eran usados por los tigres dientes de sable para cazar, sino para exhibirlos ante las hembras, o que solo servirían para atacar en zonas blandas, como por ejemplo el cuello o el estómago de sus víctimas".

Una vez que finalizaron las tareas de investigación, los especialistas pudieron demostrar que los tigres dientes de sable también podían atacar partes duras y perforar los huesos. De acuerdo a las pruebas, los colmillos ocasionaron la muerte de cada uno de los individuos encontrados y, en ese sentido, también se pudo comprobar que estos animales luchaban contra otros de su misma especie. "Este es uno de los pocos casos en que podemos sacar datos de la paleontología que nos dan certeza acerca de ciertas prácticas de una especie que se extinguió hace miles de años", destacó el investigador.