En la periferia de nuestra ciudad, los arroyos están contaminados con agroquímicos en altas concentraciones. Así lo determinaron investigadores de la UNLP, quienes también recomendaron que la agricultura de la zona deje de usar esos productos. Es que los humedales donde actualmente se registran estos productos contaminantes son reservorios de agua que atenúan el impacto de los cultivos, depuran el agua y moderan los regímenes hidrológicos y las inundaciones.
"Es conveniente detener el uso de agroquímicos ya que los humedales ofrecen múltiples servicios que derivan en importantes beneficios: retención de sedimentos, nutrientes, depuración de las aguas y atenuación del impacto de la agricultura. Además, actúan moderando el régimen hidrológico y los pulsos de inundación, por lo que la protección de estos ambientes resulta de gran importancia", escribieron los investigadores en su informe.
Según su relevamiento, todos estos productos químicos que se aplican en los cultivos de la periferia platense terminan derramando sobre los humedales, tal como demostraron los análisis de muestras de arroyos, ríos y lagunas que estudió un equipo formado por especialistas del Instituto de Limnología "Dr. Raúl A. Ringuelet" (Universidad Nacional de La Plata - CONICET), de la Facultad de Ciencias Naturales, y del Museo de la universidad platense.
Los humedales funcionan como reservorios de agua, ayudan a controlar las crecidas, permiten recargar flujos de aguas subterráneas y a mitigar el cambio climático, por lo que constituyen un elemento fundamental para el cuidado del medioambiente. En ese sentido, los y las investigadoras decidieron sembrar soja en la Estación Experimental de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales que la UNLP tiene en Los Hornos. Para el cultivo llevaron adelante los mismos métodos que los productores locales y luego aplicaron los agroquímicos más habituales en la zona (cipermetrina, endosulfan y clorpirifos), y simularon lluvias mediante un circuito de riego por aspersión. El equipo estableció que, al principio de una lluvia, el agua se infiltra en el suelo, pero luego comienza a escurrir superficialmente, y termina incorporándose en arroyos y lagunas adyacentes.

Según determinó la investigación, los agroquímicos en cuestión tienen fuerte impacto negativo en al menos dos tipos de organismos presentes en los humedales de la región: el anfípodo Hyalella curvispina y el pez Cnesterodon decemmaculatus, (conocido como "madrecita de agua”). El equipo de investigación determinó que hasta aproximadamente un mes después de ese contacto, los organismos murieron por efecto de los agroquímicos. Asimismo, los responsables del proyecto indicaron que se detectaron concentraciones de agroquímicos de 148-199 nano gramos por gramo de sedimento seco (ng/g p.s) en dos muestreos sucesivos en el arroyo del Gato y 51 ng/g p.s. de cipermetrina en el arroyo del Sauce.