Victoria Tolosa Paz irrumpió con su nombre en la escena electoral recién en 2017, cuando apareció encabezando la lista de concejales de Unidad Ciudadana de La Plata. Fue su debut en una boleta y desde aquella campaña su figura se instaló con fuerza como contrapeso en la disputa interna que tiene con quien compartió lista y hoy emerge como una de sus rivales en la carrera por la candidatura a intendente, la diputada Florencia Saintout. Alimentando formas confrontativas y un perfil hiperactivo, con intenso trabajo pensado y producido en el territorio para las redes sociales y una agenda de medios locales y nacionales incansable, la dirigente que registra pasos por las gestiones duhaldista y sciolista asegura que se convertirá en la primera mujer que maneje las riendas en la Municipalidad de La Plata reemplazando a Julio Garro.
Sus modos pueden resultar avasalladores incluso para quienes la consideran aliada o comparten algún espacio. Observan que en pos de instalar su nombre y su imagen suele adoptar actitudes individualistas. Pero le reconocen su capacidad argumentativa y su actitud desafiante incluso en las condiciones más desfavorable, como pueden serlo algunos paneles televisivos marcadamente antikirchneristas. Su campaña aparece sustentada en un despliegue permanente en redes sociales con equipos que registran cada paso que da para emitirlo y en intensas giras televisivas.
Esa característica desafiante la ha enfrentado muchas veces con sus compañeros de ruta. El bloque de concejales es el terreno en el que más emerge el conflicto “hacia adentro”. Y las peleas en el recinto y en las reuniones de comisiones constituyen el escenario favorito en el cual batirse con los representantes de Cambiemos. Algunos cruces quedarán marcados en la historia del deliberativo. La pelea con el ex presidente del cuerpo Fernando Ponce, que llegó a la Justicia, es uno de ellos y terminó con un pedido disculpas y retractación en pleno recinto por parte de él.
Otra fue con Javier Mor Roig, en una reunión de comisión que terminó a los gritos en una escena que se viralizó porque quedó registrada y también requirió una disculpa en el recinto. Pero son comunes también los cruces con otros concejales oficialistas, como Julio Irurueta y Claudio Frangul.
Y en la convivencia interna ha tenido peleas semipúblicas con el jefe de bloque Gastón Castagneto, uno de los aliados de Saintout.
Su relación de pareja con el ex secretario de Medios Pepe Albistur, con quien convive desde 2007, suele ser la chicana con la que la atacan sus detractores cuando critican lo que consideran es un "rápido ascenso". Ella responde con su militancia ya desde tiempos del duhaldismo en la provincia de Buenos Aires, cuando llegó al Ministerio de Desarrollo Social de la mano María Nélida “Chichi” Doga, quien podría considerarse la persona que la acercó a la política y al peronismo.
Hija de una familia radical, recuerda el choque que fue para ella empezar a recorrer las villas del conurbano bonaerense y encontrar en cada casilla una foto de Evita. “Fue como si me hubieran ‘destapado’ a una nueva vida. Hasta ese momento todo lo peronista era ajeno”, asegura. “Empezaba a entrar a esos lugares, calles de tierra, casas de chapa, las mujeres lavando en los fuentones y siempre colgado en algún lado el cuadrito de Evita porque aún conservaban el juguete que hacía cuatro décadas le había regalado ella”.
Encontró las causas para abrazar al peronismo en las mismas razones por las que su familia lo rechazaba. De todos modos, tiene en su abuela Tatita a una de las máximas referentes de vida. Una adelantada a la época que se animó a separarse de su marido y que antes hizo que sus hijos llevaran también su apellido. Ella era Paz y el abuelo Tolosa Brown. El apellido de Victoria, como el de su padre, es Tolosa Paz por la desafectación del Brown y la incorporación del Paz.
La presunta prosapia del apellido es ficticia. Viene de una familia de clase media en la que las mujeres siempre tuvieron un rol clave. Su madre, una trabajadora del poder judicial, tuvo que hacerse cargo de sus cuatro hijos porque su padre es un ex jugador de rugby que se fue a vivir a Europa y recorrió el mundo. “Estudió astrología, es muy aventurero, pero también muy abandónico, agarró la valija y se fue”, recuerda ahora. Juan Honorio suele ser muy crítico de su hija y del peronismo y cada tanto aparece con predicciones al estilo "Macri va a ser reelecto" o "Cristina va a ir presa". Su madre se puso al hombro la familia y Victoria creció con sus dos hermanas mujeres y un varón que murió en enero del año pasado en un accidente de tránsito.
Hizo toda su trayectoria educativa, desde el jardín hasta la secundaria, en el Normal 1. Después estudió Ciencias Económicas y se recibió de contadora. “Una facultad profundamente antiperonista”, donde prácticamente no militó. “Estuve mucho tiempo embarazada y encima trabajaba así que no estaba la energía ahí” recuerda. Es que se casó cuando apenas tenía 20 años y a los 24 ya había tenido a sus tres hijos Bautista, Juan y Joaquín. Eso lo permite hoy, a los 45 años, hacer política con mayor disponibilidad de tiempo.
La relación con Albistur comenzó en 2007. La fecha que ella misma ubica es la del 19 de julio, un día emblemático pero por motivos que exceden lo personal. Ese día Cristina Fernández de Kirchner lanzaba su candidatura presidencial en el Teatro Argentino de La Plata. Néstor estaba en el balcón del palco principal y no muy lejos su secretario de Medios. Tolosa Paz no tenía el acceso necesario para seguir las alternativas desde adentro, por lo que se acomodó en la avenida 51 para ver el acto en una de las pantallas. A esa altura ya sabía que más tarde se encontraría con quien desde entonces comparte su vida. Una prima que conocía al funcionario operó de Celestina para que el flechazo se diera en un bar del Camino Centenario.
Seis meses después empezaron a vivir juntos y cinco años más tarde, en 2012, decidieron casarse con una fiesta para 400 invitados en un lujoso hotel porteño. Viven en el barrio cerrado Grand Bell, donde son vecinos del intendente de la ciudad Julio Garro. La profusa aparición de la concejal de La Plata en radios y canales de alcance nacional suele ser vinculada con la relación que su marido alimenta con el mundo de los medios, así como con su capacidad económica para solventar la campaña. Sea o no así, a la hora de sentarse ante cualquier panel su presencia rinde. No sorprende verla hacer raides televisivos por distintos canales el mismo día o en jornadas sucesivas de una misma semana.
LA MILITANCIA
La segunda mitad de la década del 90 la encontró trabajando con el duhaldismo en la candidatura de Chiche Duhalde de 1997 contra la frepasista Graciela Fernández Meijide. Fue la primera vez que se comprometió con lo electoral y fue con derrota.
Más adelante, la salida dramática del gobierno de la Alianza la devolvió a la función pública en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, durante la presidencia provisional de Eduardo Duhalde, siempre de la mano de Chichí Doga, donde atravesó una de las peores crisis de la historia, con el movimiento piquetero presente permanentemente en las calles.
“Eran tiempos de trabajo de sol a sol, nos tocó la inundación de Santa Fe, la hambruna de Tucumán, la desnutrición, la implementación del Plan Jefes y Jefas” recuerda y hay que sumar el desenlace fatal con las muertes de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Considera que fue una etapa transformadora, en la que “no se ponía un mango que no fuera para calmar el hambre”.
La salida electoral de 2003 y la llegada de Néstor Kirchner la encontraron haciendo la transición con Alicia Kirchner que llegó al Ministerio de Desarrollo Social con Sergio Berni. "Los recibí yo con Fernando Gray que era el secretario de comunicación y Mariano Cascallares que era el director de juventud", recuerda. "Y ellos dos fueron intendente antes de que yo pudiera intentarlo producto a que tuve que sostener otras cosas, como tanto les pasa a las mujeres. Éramos una camada de pibes de 30 años con poder y responsabilidades que les permitieron salir a armar en el territorio".
Su siguiente destino fue el Fopar (Fondo Participativo de Inversión Social) con el que por aquellos años se buscaba palear el hambre en La Plata, Berisso y Ensenada. Fue el tiempo en el que empezó a conocer el territorio en su región visitando comedores y merenderos. Más adelante lo produndizaría con su trabajo en el área de tierras.
En el ámbito local, la primera campaña intensa la vivió trabajando por la candidatura a intendente de Guido Carlotto, el nombre con el que el kirchnerismo intentó enfrentar al entonces intendente Pablo Bruera. Y volvió a jugar fuerte en 2015, aunque en ese caso trabajando en las PASO por la candidatura a gobernador de Julián Domínguez en la disputa interna que perdió con Aníbal Fernández.
Su precandidatura a intendenta empezó a amasarse en el mismo momento en que en 2017 quedó como primera candidata a concejal de Unidad Ciudadana. Ya entonces se percibía una pulseada silenciosa con Saintout, otra de las dirigentes fuertes del espacio, quien en aquel momento encabezó la lista de diputados provinciales.
La formalización del lanzamiento de su candidatura fue a mediados de febrero, en una charla en la que la acompañó el ahora precandidato presidencialAlberto Fernández. Antes y después de eso expresa donde le pregunten que el peronismo debe juntarse para ganarle a Cambiemos. Ahora se mostró dispuesta a acompañar a quien gane la interna y espera que la acompañen si ella es la triunfa. "Unidad hasta que duele", sigue diciendo como al principio de su campaña. El resultado de este domingo de PASO y lo que ocurra en los días posteriores demostrarán si eso se cumple.
