Todo comenzó en el 2014, cuando Sebastián tenía tan sólo nueve meses y llegó al Hospital de Niños de La Plata, donde le diagnosticaron un principio de neumonía. Su papá Jorge y su mamá Noelia no imaginaban ni en la peor de sus pesadillas lo que pasaría después: una enfermera quiso limpiar la vía con solución fisiológica pero se equivocó y le inyectó potasio, lo que generó que Sebastián sufra un paro cardiorespiratorio de casi una hora.
“Yo me había ido a trabajar porque el nene ya estaba bien y se reía, mi señora lo tenía aúpa cuando la enfermera le ponía la jeringa y comienza a tener el paro. A los 40 minutos de reanimación el médico decía que no se podía hacer más nada, y después fue casi una hora de paro”, recordó Jorge Castillo, papá del nene, en diálogo con 0221.com.ar sobre aquel momento que marcó sus vidas para siempre.
Finalmente Sebastián superó el momento tan traumático pero las secuelas fueron graves, ya que quedó con una parálisis cerebral progresiva que le impide tener una vida normal como cualquier nene de su edad. Claro que la familia apuntó contra el accionar del Hospital pero al momento siguen sin tener respuestas y nada pudieron solucionar. “Nadie se hizo cargo y sacaron todas las pruebas, ya pasaron poco más de cuatro años, después de eso quedamos re traumados”, explicó Jorge.
A los meses Sebastián pudo volver a su casa de Los Hornos, y al año del momento fatídico su familia consiguió la internación domiciliaria que la proveía una empresa asociada a IOMA, su obra social. “Nos mandaban un médico clínico una vez por mes y no venía nadie más, no nos daban insumos ni nada, el nene cada tanto caía internado pero como no estábamos en tema no sabíamos cómo era todo, después nos fuimos dando cuenta”, agregó Jorge sobre los cuidados intensivos que debía tener Sebastián, y que la empresa no les cumplía. Posteriormente el hombre explicó que a través de un amparo buscaron otra empresa para que cuide al nene, llamada Diagonales, la cual cumple con todo lo necesario y reciben la visita de todos los médicos.
Ahora la lucha se centra principalmente en mejorarle la vida al nene que tiene 5 años, realiza varias terapias, no puede moverse por sus propios medios, y además de las tantas medicaciones que toma, también es electrodependiente. Paralelamente a su situación, la familia pelea para que la obra social le cubra los tratamientos correspondientes, ya que IOMA se niega a pagarle a la empresa que provee los cuidadores domiciliarios desde hace tres años pese a que un juez falló a favor de la familia. “Lo legal está todo hecho, fuimos a hacer el reclamo y nadie nos llamó, es lo que le corresponde a Sebastián por ley”, contó el papá, angustiado por la postura que tomó la obra social.
A su vez insisten a Edelap para que les proporcione el generador necesario ante los reiterados cortes de luz que atentan constantemente a la vida de Sebastián. “Ya llamamos 800 veces, el otro día entró agua a la casa y a la pieza del nene, decí que el respirador tiene un tiempo de batería y a las horas volvió la luz, pero siempre nos dicen los mismo”, comentó el papá en alusión a la última tormenta que aquejó a la ciudad y las pocas respuestas que siguen teniendo de la empresa encargada del servicio eléctrico.
“Es un nene muy complicado de cuidarlo en el sentido médico, es un bebé con 5 años. Tiene movimientos involuntarios, se sacó los huesitos de lugar y todavía no pudieron dar con algo que le saque esas cosas. Desde que le pasó eso hasta el día de hoy sigue sufriendo”, siguió el hombre que junto a su mujer intentan hacer todo lo posible para que la vida de su pequeño Sebastián mejore. “Desde que pasó esto nos cambió la vida”, cerró.