miércoles 22 de enero de 2025

De la titularidad al retiro, a solas con el Payaso Lugüercio: "Lo que viene no me asusta"

Transita la última etapa de su carrera como futbolista y vive el día a día de una manera muy particular, pero disfrutándolo al máximo. No sabía si arrancaba la pretemporada y hoy alterna en el once de Benítez. Presente y futuro de un hijo pródigo de la escuela pincharrata.

“Yo considero que más allá de mi edad tengo mucho entusiasmo y ganas”, cuenta Pablo Lugüercio, a 0221.com.ar, con una sonrisa que lo descubre y al mismo tiempo lo muestra tal como es.

Difícil es encontrar a alguien en el mundo de Estudiantes, que diga algo malo del número 17. Su profesionalismo y forma de vivir el fútbol lo llevaron a estar peleando por ser titular los fines de semana, con 36 años y a punto de sumar uno más a la cuenta.

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Al terminar el 2018, su continuidad como jugador profesional estaba en duda. Algunos problemas físicos lo habían marginado en el cierre del año, sumado a sus dudas y ganas de darle un punto final a su carrera. Sin embargo, el 3 de enero se encontraba en el Country Club de City Bell, bajo las órdenes de Leandro Benítez y para afrontar, según él, su última pretemporada: “Estoy en una etapa de disfrute y lo que se viene no me asusta”.

Debutó en el 2001 con la camiseta Pincharrata, estuvo a préstamo jugando en la B Nacional para Defensa y Justicia, pasó por Perú, para luego volver con más roce y experiencia a tener continuidad en la Primera del León. En el 2008 emigró para jugar en Racing, donde marcó huella y su rendimiento fue de mayor a menor, recalando en el Barcelona de Ecuador, para luego regresar y vestir las camisetas de Arsenal, Olimpo y Aldosivi. En 2017 retornó a la institución de sus amores y tomó un inesperado lugar de protagonismo. Con goles emblemáticos, como el que le convirtió a Sporting Cristal, pero sobre todo con entrega y sacrificio, Pablo Lugüercio supo ganarse el respeto y la admiración del hincha de Estudiantes, que no duda en ovacionarlo cuando se tira al piso a recuperar una pelota o llega hasta el fondo para tirar un centro.

“Este predio lo pise a los 9 años y hoy mi hijo está acá conmigo. Creo que eso dice mucho de lo que significa el club para mi. Me dio la oportunidad de educarme, ver otras culturas y conocer otros lugares”, explica el Payasito, al mismo tiempo que señala el césped de la cancha 1 del Country y valora el trabajo hecho por los encargados del mantenimiento, remarcando que no en todos lados las canchas están en estas condiciones. “Hoy creo que Estudiantes está entre los 5 mejores en cuanto a infraestructura, deporte y todo lo que puede llegar a dar un club en la Argentina”, agrega el referente albirrojo.

Para Lugüercio no es difícil explicarles a los jugadores que vienen de afuera, cuál es el estilo, idea y modus operandi del Pincha. Con naturalidad y brotes de orgullo el futbolista admite que todos ya saben con lo que se van a encontrar al arribar a la institución albirroja, ya que desde hace un tiempo el club refleja su esencia en cada actividad que lleva adelante.

El delantero tiene su futuro profesional más que claro: “En junio se termina esto y en verdad estoy jugando mis últimos partidos”.

A pesar de alternar en la formación titular, parece que nada lo puede hacer cambiar de opinión y ya sabe lo que hará una vez que cuelgue los botines: “Junto a Raúl Salas (Coordinador del Departamento Sociodeportivo del club y Coach del plantel profesional) armamos un emprendimiento llamado ‘Wake Up’, que está orientado al apoyo y crecimiento del jugador de fútbol, haciéndolo tomar consciencia de las herramientos que tiene para llevar adelante su profesión y tener una mejor calidad de vida”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Que Alegría de ir por una nueva experiencia, de ser acompañado en este camino por gente sana @salasrulo vamos, “WAKE UP”

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Pablo terminó los estudios secundarios hace un tiempo atrás, cursando en el Bachillerato exclusivo para jugadores que posee Estudiantes. Además se recibió como Coach Deportivo, algo que lo apasiona y a lo que piensa estar ligado de lleno cuando deje el la práctica profesional del fútbol. “Siento que de esa forma voy a poder seguir aportando mi granito de arena para que crezca el club y que este proyecto se expanda hacia otros lugares”, comenta esperanzado el Payasito.

En el lenguaje pincharrata hay palabras y frases como “sentido de pertenencia”, “escuela”, “disciplina”, “trabajo” y “respeto”, entre otras, que sintetizan un poco la filosofía del club. Todas ellas son fácilmente aplicables a Pablo Lugüercio, un futbolista que se crió y se formó en el León, eligiendo volver al punto de inicio para dar los pasos finales de una carrera en la que obtuvo un título con Estudiantes y salió campeón con Arsenal, pero sobre todo se ganó el respeto de propios y extraños en el mundo futbolero.

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