domingo 24 de marzo de 2024

¿Quién es y cómo piensa Martín Guzmán, el platense que será ministro de Economía?

Tiene 37 años, es hincha de Gimnasia y se recibió en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP, donde también es docente. Vive hace once años en Estados Unidas y es colaborador del Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Las razones por la cuales Alberto Fernández lo eligió para conducir la Economía.

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Cuando con 19 años Martín Guzmán empezó a estudiar en la facultad de Ciencias Económicas de La Plata corría el 2001 y el país atravesaba una de las peores crisis de su historia. Nacido en la capital bonaerense e hincha de Gimnasia se graduó en 2007 y se instaló en Estados Unidos donde se doctoró la Brown University, una institución de élite. Trabaja desde hace siete años con Joseph Stiglitz en la Universidad de Columbia pero nunca dejó de venir a La Plata a dar cursos al menos una vez por año.

En un perfil publicado por Letra P, cuando su nombre empezaba a sonar para el gabinete, se recuerda que la labor para acercarle a Alberto Fernández una salida para la crisis comenzó cuando vivía en Manhattan, porque no formaba parte del círculo de candidatos a ministros que orbitaba en torno al Frente de Todos y porque contaba con escasos lobistas en el poder económico.

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Llegó al presidente electo a través de amigos como Matías Lammens y con el aval de Stiglitz, con quien trabajó una oficina de distancia, habla todos los días y comparte hasta la sala de reuniones.

Con 37 de edad y una experiencia destacada en reestructuración de deuda, Guzmán estuvo entre los primeros críticos de la “salida uruguaya” que enunció Fernández en la Fundación Mediterránea, hace algunos meses, cuando era todavía un candidato opositor.

En las contadas entrevistas que concedió, consideró que la apuesta del presidente electo se basaba en supuestos excesivamente optimistas y planteó una tesis que ahora se extiende entre el nuevo oficialismo y gran parte de los especialistas locales: para poder impulsar el crecimiento económico, hay que iniciar de entrada una negociación más compleja con los acreedores privados y con el Fondo.

Según su tesis no alcanza con dejar de pagar el capital, sino que también es necesario dejar de pagar intereses de la deuda por un plazo mínimo de dos años. Tampoco es necesario avanzar ahora con más ajuste ni impulsar las reformas previsional y laboral que Mauricio Macri dejó truncas.

Con esas ideas fuerza y con la convicción de que no hay que recibir la plata del Fondo a cambio de mayor condicionamiento hizo una presentación detallada sobre el tema en Ginebra antes las Naciones Unidas. En línea permanente con Matías Kulfas, sus propuestas convencieron a Fernández.

La tesis de Guzmán es opuesta a la que plantea Martín Redrado. De acuerdo a un trabajo que presentó a principios de noviembre, el ex presidente del Banco Central propone avanzar con un Extended Fund Facility, un programa que incluye un nuevo acuerdo con el Fondo para recibir desembolsos extra y ganar más tiempo a cambio de comprometerse a llevar adelante las reformas de ajuste que el peronismo fernandista no quiere hacer.

Según plantea Letra P, Guzmán tuvo en los últimos meses tres encuentros importantes con miembros del Frente de Todos: con Sergio Massa en Manhattan, con Juan Manzur en Tucumán y con Kulfas en Buenos Aires. A los tres, les planteó la inviabilidad de la salida a la uruguaya, les aclaró que la plata del Fondo es perjudicial si va destinada al pago de deuda y les advirtió que, para solucionar la crisis, será necesario un reperfilamiento más complejo, lo que fue interpretado como una quita más agresiva. De los tres, el más interesado en su punto de vista fue el economista del Grupo Callao, que acompaña a Fernández a todos lados y aparece con un cargo asegurado en el gabinete.

Según dicen en el albertismo, Kulfas y Guzmán son aliados para la etapa que viene. Guzmán contradice a los formadores de opinión que sostienen que Fernández rechaza la plata del Fondo porque saben que no se la van a dar. Y está entre los que piensan que el organismo quiere aumentar su injerencia en Argentina y está dispuesto a prestar, pero bajo determinadas condiciones que implican un mayor ajuste.

Entre sus relaciones en Argentina, no sólo están Kulfas y el fernandismo. Además, aparece un vínculo estrecho con el reconocido economista Daniel Heymann, el investigador de la UBA que lo incorporó como parte de los cursos anuales de la UBA.

Coautor de varios libros con Stiglitz y otros economistas, Guzmán además es Senior Fellow no residente del Centre for International Governance Innovation (Cigi), un instituto canadiense sin fines de lucro creado por el gobierno de Canadá y uno de los fundadores de Blackberry, Jim Balsillie. Exhibe lazos con congresistas de Estados Unidos y conoce como pocos a los fondos de inversión que ahora reclaman al gobierno de Fernández cobrar la deuda monumental que incubó Macri.

Muy respetado a nivel académico, el economista nacido en La Plata afirma que no sobra tiempo para resolver el problema de la deuda. Pero remarca que la negociación “liviana” que recomienda el mercado sería un arma de doble filo porque no despejaría el horizonte del próximo gobierno y terminaría, tarde o temprano, en mayor ajuste y una crisis todavía más explosiva. Guzmán coincide, además, con la tesis que ya enunció el presidente electo: el Fondo, que apostó todo a Macri y al ajuste, ahora debe asumir su propio fracaso.

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