Apenas unas horas después de haberse despachado contra la legalización del aborto, el arzobispo platense Víctor "Tucho" Fernández dedicó no más de cuatro minutos a su alocución de Tedeum, el acto religioso que se realiza año a año para festejar el aniversario de la ciudad. "Dejemos de ser esas personas que usan el espacio, que usan los servicios, para pasar a ser verdaderamente ciudadanos, o sea alguien que se siente en comunidad, alguien que quiere aportar, que tiene un compromiso responsable por y con los demás", fue una de sus primeras intervenciones.
En la primera fila observaban Julio Garro junto a varios de sus funcionarios, entre los que se destacan Marcelo "Chuby" Leguizamón (Espacios Públicos), Carolina Píparo (Asistencia a la Víctima y Violencia de Género), Enrique Rifourcat (SAME), Oscar Negrelli (Coordinación Municipal) e Ileana Cid, presidenta del Concejo Deliberante local. También hubo al menos un ministro del gobierno de María Eugenia Vidal: el de Producción, Javier Tizado, además del Procurador General de la Suprema Corte Bonaerense y conocido religioso, Julio Conte Grand. Del lado de la oposición Florencia Saintout, la perdedora en la contienda de octubre para la intendencia de La Plata, también presenció la celebración católica.
Frente a ese público y unas tantas hileras más -fue un Tedeum mucho menos convocante que el de 2018-, Fernández evocó al Papa Francisco y siguió hablando de las ciudades, pidiendo que esté formada de "partes estén bien integradas, en un verdadero conjunto, de modo que nadie tenga que encerrarse en un barrio privándose de vivir la ciudad verdadera como un espacio compartido. Así los otros dejan de ser extraños y se los puede sentir como parte de un nosotros", expresó.
Y siguió: "Esta ciudad entre nosotros es también escenario de tantos dramas. A veces el narcotráfico, a veces las adicciones, las distintas formas de violencia que no solamente son físicas: hoy es como si se fuera cultivando un modo de violencia distinto, más verbal, se le dice cualquier cosa al otro. Y eso me parece a veces un tanto destructivo, desintegrador. En la ciudad hay muchos dramas, pero particularmente nos tiene que inquietar que unos sean menos que otros. Somos ciudadanos, pero a veces parece que algunos son menos ciudadanos que otros, que algunos tuvieran más derechos que otros", expresó el Arzobispo en una de las partes más picantes de su discurso.
"A veces hasta cuando se habla de inmigrantes da la impresión de que se dice ellos y nosotros, cuando le están aportando tanto a nuestra ciudad", agregó. "De distintas manera se crea ese imaginario que hace sentir que unos son más que otros, de que unos tienen más derechos que otros. Y en verdad nuestra ciudad tiene que seguir creciendo mucho para que en los barrios más periféricos se note que no son ciudadanos de segunda, que hay servicios iguales para todos, que hay una seguridad igual para todos", lanzó, con palabras dignas de un dirigente de la oposición. "Tenemos todavía mucho por crecer en esta integración", subrayó.
Una vez finalizadas sus palabras y los rezos de rigor, Fernández junto a otros religiosos se dirigió al subsuelo de la Catedral, donde yacen los cuerpos de Dardo Rocha y su mujer, Paula Arana. El intendente Garro les acercó dos coronas -una aportada por la Provincia y otra por la Ciudad- y luego cruzó unas palabras con el arzobispo, que segundos después se retiró y no dio declaraciones a la prensa hasta un largo rato después.
Afuera, en la explanada de la Catedral, aguardaba un grupo de mujeres sosteniendo una bandera que pedía basta de abuso sexual eclesiástico. Consultada por 0221.com.ar una de las manifestantes, Julieta Añazco, explicó que "hoy (por el 19 de noviembre) es el día mundial para la prevención del abuso sexual en la infancia y adolescencia. Nosotras somos sobrevivientes y familiares que acompañan a sobrevivientes, y venimos a visibilizar esta situación. Lo hacemos hoy, también, porque hace exactamente tres años que estalló la causa Próvolo en Mendoza: hoy una niña pudo contar todos los horrores que vivió allá".
"También para visibilizar nuestras causas y pedir que no prescriban, porque muchas de nosotras intentamos llegar a la Justicia y nos dicen que las causas prescriben. Venimos también a denunciar eso, y sobre todo a exigir que el sacerdote Eduardo Lorenzo deje de estar en contacto con jóvenes vulnerables, que es lo que más nos preocupa. Hace unas semanas el obispo Fernández le prohibió estar con menores de 18 años", recordó la activista.
Tiempo después, el Arzobispo habló con la prensa y se refirió a este tema, ratificando que no recibirá a los denunciantes de Lorenzo (que en la actualidad son cuatro) hasta tanto el Vaticano no tome vista de la denuncia completa. Para esto, claro, podrían faltar muchos años. Los funcionarios de la Municipalidad, por su parte, se retiraron rápidamente: a partir de las 14, la plaza Moreno estalló en colores, aromas y música para festejar los 137 años de una ciudad a la que, sin dudas, todavía le falta mucho por crecer, y mucho por integrar.