Una protesta de cooperativistas relacionados con organizaciones sociales que prestan servicios para la Municipalidad de La Plata emergió en la escena política de esta semana como un elemento que puede leerse bajo el prisma de la transición política que tiene el oficialismo platense en vías de empezar a convivir con un gobierno provincial de distinto color político sin que por el momento haya habido contactos concretos entre los equipos del intendente Julio Garro y el gobernador Axel Kicillof.
La aparición en la calle, en la escena de la disputa, de la ex candidata a intendente del Frente de Todos, Florencia Saintout, de los precandidatos que compitieron con ella en las PASO y de los concejales del mismo sector acompañando a esas organizaciones son el primer indicio de esa situación.
En paralelo opera en el mismo sentido la demora en el pago de los haberes a los trabajadores del Movimiento Surge Nacional, el cual en la campaña trabajó abiertamente para la candidata peronista y ahora denunció que por ese vínculo político la Municipalidad decidió despedir a 147 cooperativistas y 10 coordinadores municipales.
“Es de público conocimiento todo nuestro accionar político y nuestro posicionamiento. Creemos en otra ciudad, no en esta, en donde se sigue demostrando que esta es una ciudad para pocos”, expresó Ángel Ibañez, el coordinador de Surge.
El prisma político fue achacado por la Municipalidad a los propios manifestantes en boca del coordinador de gabinete Oscar Negrelli, quien cuestionó ante 221Radio que los coordinadores de las cooperativas "antes de hablar con algún funcionario decidió dar una conferencia de prensa con la diputada Saintout", a quien le recordó que "la campaña ya terminó"
También justificó las decisiones en la "necesidad de establecer controles porque hubo muchas deficiencias en las prestaciones". En tanto expuso que "no se trata de ningún ajuste", y ejemplificó la situación planteando que en el caso de la organización en conflicto "se trata de una persona que hace y deshace" y en que "en muchos caso no se puede comprobar dónde trabajan"
La tensión creció el jueves cuando varias organizaciones se solidarizaron con el reclamo y acompañaron la movilización. Y se distendió el viernes cuando un compromiso de pago para el miércoles próximo evitó una escalada. El conflicto no está cerrado y podría volver a exponerse en las calles en la semana corta que se avecina.
Pero lo dicho, es posible leer la pulseada en el marco de las tensiones latentes que se insinúan entre la Municipalidad y la futura gestión provincial. Situaciones lógicas en una transición política que implica un cambio de escenario y la irrupción de actores nuevos.
La gestión municipal está en pleno proceso de elaboración del Presupuesto para 2020 pero para cerrarlo necesita algunas certezas que no tendrá hasta que no se concrete un encuentro con la administración bonaerense entrante el 10 de diciembre. Varias líneas de acción podrían depender de las fuentes de financiamiento que tienen origen en esa relación.
Los fines de año suelen se complejo y cargados de conflictos. Demasiados ingredientes hacen pensar que podría serlo aún más en La Plata y los cruces de estos aparecen como una muestra de lo que será la relación entre la gobernación bonaerense y su capital.