La arista platense de la causa en la que se investiga el presunto pago de coimas a ex funcionarios para adjudicación de obras públicas se abrió con el allanamiento a la sede que la Cámara Argentina de la Construcción tiene en avenida 7 entre 54 y 55, por orden del juez federal Claudio Bonadio quien tiene a su cargo la investigación.
El magistrado también ordenó redadas judiciales en domicilios de Berisso y Ensenada. El operativo también abarca a otros inmuebles en la provincia de Santiago del Estero, confirmaron fuentes judiciales de Comodoro Py a 0221.com.ar.
En la causa denominada “cuardernos de la corrupción K” figura la empresa platense Eleprint. Se sospecha que pagó más de 97 millones de pesos en coimas tal como este medio informó el pasado 11 de septiembre.
El dato surgió del análisis de las fotocopias de los cuadernos del chofer Oscar Centeno durante sus viajes con el exfuncionario detenido Roberto Baratta.
La revelación de este dato pone nuevamente en el centro de la escena al ingeniero Gustavo Weiss, propietario de la firma y actual titular de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC). Ya lo había hecho el platense arrepentido Leonardo Fariña (exmarido de la modelo Karina Olga Jelinek). El 12 de diciembre de 2016 declaró ante el fiscal Álvaro Garganta (que investiga al exgobernador Daniel Scioli). Instancia en la que sostuvo que el empresario fue uno de los mayores beneficiarios de la obra pública en suelo bonaerense.
Una de las líneas de investigación abiertas indica que Weiss recibió millonarias sumas de dinero por parte del detenido exministro de Planificación Federal, Julio De Vido, para hacer obras en Berazategui. Weiss fue acusado de aplicar sobreprecios y sobrefacturaciones y de quedarse con negocios por más de $400 millones.

La irrupción de Weiss en el expediente se dio luego del análisis de varios pen drive que secuestraron en el allanamiento a propiedades de Ernesto Clarens, exfinancista que, se sospecha, ocultó el dinero mal habido de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Peritos informáticos analizaron los dispositivos de almacenamientos de datos y encontraron nuevas evidencias que ponen en el ojo de la tormenta a la empresa local.