Teté, el flaco, rubio, alto, de la voz finita, con 40 años recién cumplidos se prepara para una nueva chance en la dirección técnica y asegura que “Timoteo (Griguol) es un ejemplo a seguir". "Lo tuve en el final de su apogeo pero por la cultura que dejó su marca fue imborrable. Fue un privilegio tenerlo”, remarcó.
“El legado que nos dejó a los que optamos por seguir en la dirección técnica es su compromiso con el jugador, buscar mejorarlo, esa era su gran virtud. Para mí hoy eso es fundamental, saber que pudiste convertir a un futbolista en algo mejor después que pasó por tus manos. Ese es el gran logro que persigo”, se explayó en un mano a mano con 0221.com.ar.
El fútbol sigue siendo su pasión y su objetivo. Estuvo en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba viendo a Gimnasia y haciendo fuerza por varios conocidos como Pedro Troglio, Lucas Licht y Santiago Silva. Sin trabajo se proyecta como entrenador: “Viajé a Europa, trato de estudiar, observar entrenamientos, mi elección es ser técnico y para eso me preparo, trato de crecer, me gusta”.
“Mi salida de Belgrano me sorprendió, uno nunca está preparado para salir y más de un club donde uno es parte. El tiempo pone las cosas en su lugar. Creo que no hice el duelo del final de mi etapa de jugador y este tiempo libre me vino bien, pude poner las cosas en su lugar. Tengo la expectativa de volver pero no hubo nada que me seduzca y lo que me gustaba no se dio”, confesó el rubio exmediocampista.
Teté jugó en Belgrano, Gimnasia, Tigre, un buena aunque breve experiencia en la Lazio y un paso por Las Palmas. Casado con Lorena, hoy disfruta de sus tres hijos.
“Esta etapa me permite disfrutar de otras cosas y manejar otros tiempos. Soy más padre, acompaño a mi hijo en las inferiores de Belgrano, a mi nena en todas sus actividades y encima después de 10 años llegó Justina y nos cambió todo. Disfrutando”, afirmó a 0221.com.ar.
TIEMPO LIBRE Y PROYECTOS INMOBILIARIOS
Radicado en su Córdoba natal, González asegura que se cuida y hace actividad física, se divierte jugando al paddle y al fútbol una vez por semana, con amigos. "Por momentos se extraña el día a día del profesionalismo, aunque se valoran otras cosas, el estar con la familia, con los amigos de siempre y fundamentalmente con los pies sobre la tierra”, agregó Teté.
Al mismo tiempo que espera volver a la dirección técnica tras su breve experiencia al frente de Belgrano, sabe que hay vida más allá del fútbol: “Estoy abocado a un proyecto inmobiliario con mi hermano, una inversión. Estamos armando un housing, que es un country pequeño. Es un manera de compartir cosas con él y aprovecho su experiencia en este rubro”.
“GIMNASIA TE ENAMORA”
Le nombran al Lobo y a Teté se le iluminan los ojos, es un afecto que no se puede ocultar, sólo comparable con el amor por el Pirata. “Gimnasia es un club que te enamora. Pasé diez años maravillosos. Nos une el afecto y el cariño, dejé todo mi esfuerzo y el corazón. Por suerte cada vez que voy a La Plata me reciben bárbaro y eso me reconforta”, remarcó con orgullo y el pecho hinchado el hombre que supo poner bien alto los colores triperos.
“Estoy seguro, siento que el futuro nos volverá a encontrar. Hoy está en muy buenas manos con Pedro (Troglio) pero seguramente alguna vez me tocará dirigirlo, sería algo muy lindo para mi”, aseguró el cordobés.
A la hora de recordar grandes momentos aquel mediocampista central que lució la “22” recordó uno que mantiene grabado en su memoria. “La promoción con Rafaela fue algo muy fuerte. Fue de lo mejor que me pasó en Gimnasia. Se dio todo de una manera muy especial, una derrota dura, impensada y después la remontada, los goles de Franco (Niell). Algo imborrable”, sostuvo Teté y agregó que “además fue muy fuerte para nosotros, para la gente, para el club".
"Compartí un grupo que me dejó amigos para toda la vida. Después el equipo del 2005 con Pedro fue muy bueno. El hincha se sintió muy identificado y eso es algo que te marca”, añadió sobre ese conjunto que estuvo cerca de la gloria. "Se nos escapó al final pero fue una etapa hermosa. Era un equipo utilitario, dinámico, con mucho sacrificio, ganamos diez partidos seguidos, nos quedó la angustia, porque lo merecíamos y quedarse sin nada te genera impotencia, aunque a la distancia se siente orgullo por todo lo que se hizo”.
El fútbol como la vida misma tiene buenos y malos recuerdos. “La forma que me tocó de irme no me gustó, fue un gran dolor, me provocó una tremenda angustia, porque me tuve que ir por la puerta de atrás, pero no me tenían en cuenta y cuando uno se da cuenta de eso te aparece el orgullo, aunque la tristeza no te la podés sacar”, contó el cordobés que no guarda rencor y sueña con volver.
Serio y aplomado, en la vida, como en la cancha; Teté analizó el fútbol actual y asegura que lo malo de estos tiempos es, precisamente, eso "o la falta de tiempos, porque ahora es todo ya, la inmediatez no permite desarrollar proyectos serios, es difícil conseguir esa tranquilidad y no está bueno que uno se juegue todo en pocos partidos”, concluyó el mediocampista antes de despedirse.