Durante la semana posterior al estallido de diciembre de 2001 que determinó el final del gobierno de Fernando De la Rúa apareció como posible salida de la crisis unas elecciones presidenciales que tenían como candidato firme a José Manuel De la Sota, el ex gobernador cordobés trágicamente muerto en las últimas horas en un accidente automovilístico. Aquellas horas frenéticas tuvieron como escenario la Municipalidad de La Plata, a donde el posible candidato vino a buscar a su compañero de fórmula. No era otro que el intendente de entonces, el peronista Julio Alak.
La fórmula tuvo corto recorrido porque las elecciones, que iban a programarse para el 3 de marzo del año siguiente, finalmente no se realizaron debido a que la salida fue la designación de Eduardo Duhalde como presidente provisional del Senado. Pero el jefe comunal platense y el cordobés quedaron por esos días en el centro de la vida política del país.
La invitación se dio en el marco de una serie de negociaciones que incluían a varios aspirantes a competir en unos comicios en los que se preveía el uso de la Ley de Lemas. Estaban en carrera, además del cordobés otros gobernadores peronista: el santacruceño Néstor Kirchner, el bonaerense Carlos Ruckauf y el de Santa Fe Carlos Reutemann.
En aquel momento, las crónicas políticas hablaron de una reunión secreta en la sede porteña que el extinto Banco Municipal de La Plata tenía en la Ciudad de Buenos Aires.
Esos días de negociaciones son recordados en el entorno del platense porque en el mismo momento en que sucedían su querido Rácing Club obtenía el primer campeonato del fútbol argentino después de 30 años, de la mano de Carlos Reynaldo “Mostaza” Merlo y su estrategia del “paso a paso”.