martes 26 de marzo de 2024

Siete años después, el cuádruple femicidio de La Loma vuelve a la Justicia local

Nilda Godoy, quien fuera testigo durante el juicio e incriminara a Osvaldo Martínez, quien finalmente fue absuelto; fue denunciada por falso testimonio. Ahora deberá comparecer ante la Justicia por sus dichos sobre el propio Martínez, a quien aseguró haber visto con el torso desnudo llegando a su casa la noche del crimen.

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Una mujer que fue testigo en el cuádruple femicidio de La Plata será juzgada por "falso testimonio agravado" en caso de prosperar el requerimiento de la fiscal Ana Medina, quien también, en breve, hará lo propio con otro testigo: el remisero, Marcelo Tagliaferro.

Osvaldo Martínez, quien fue juzgado y absuelto con sentencia firme, por el cuádruple femicidio de La Plata (ocurrido en noviembre de 2011) denunció por falso testimonio a un ex vecina suya que declaró en la instrucción del caso y en el debate oral. La causa quedó radicada en la misma fiscalía en la que se investiga al remisero Marcelo Tagliaferro, también acusado de mentir para perjudicial al ex novio de una de las víctimas.

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Patricia Godoy era vecina de Martínez al momento del hecho. El 22 de mayo de 2014 afirmó ante los jueces del debate público que en la madrugada del 27 de noviembre de 2011, al volver a su casa tras cenar con su cuñado vio a su vecino llegar en un auto “grande” y bajarse con el torso desnudo, en pantalón corto y con ropa en la mano. Dijo no haber visto qué calzado llevaba puesto y que era entre la 1.30 y 1.40 de la madrugada. “Bajó (del vehículo) caminando normalmente”, recordó. Y a preguntas del juez Santiago Paolini explicó que el rodado se fue del lugar a una velocidad “normal”.

A la mujer le llamó la atención que el auto de Martínez estaba “parado (estacionado) en la calle”. Según describió, la zona estaba oscura, las casas del barrio no tenían iluminación externa y afirmó que cuando observó al acusado las luces del auto del que bajó estaban encendidas y daban en la cara de ella.

Ese relato fue utilizado por el fiscal Álvaro Garganta como una de las pruebas de cargo contra Martínez, pero los jueces no hicieron lugar a  hipótesis de la línea acusatoria.

En contraposición a esta versión, cuatro vecinos de Martínez aseveraron ante los jueces del Tribunal Oral y Criminal III de La Plata que el entonces acusado siempre estacionaba su vehículo sobre la vereda en forma perpendicular al cordón y no como Godoy lo indicó, sobre la calle en paralelo a línea de edificación.

Durante el debate esta situación había sido advertida por el letrado Julio Beley, quien patrocinó a Martínez durante todo el proceso. Su estrategia de defensa lo sacó de prisión las dos veces que fue detenido y logró al libre absolución del joven que fuera estigmatizado por los medios de comunicación como “el karateca asesino”.

Con nuevo patrocinio legal, el letrado Sebastián Chouela entiende que la calificación legal que corresponde endilgar al hecho denunciado, es la prevista en el delito de falso testimonio agravado descripto en el artículo  275, párrafo segundo del Código Penal, que tasa la pena de 1 (uno) a 10 (diez) años de prisión.

La fiscal Medina hizo lugar al planteo del abogado y pidió el juicio oral para Godoy por el delito de falso testimonio en la marco de la misma causa por la que fue condenado Osvaldo Quiroga a prisión perpetua.

LA MASACRE

El hecho fue descubierto el 27 de noviembre de 2011, en el departamento número 5 de la calle 28 número 467 entre 41 y 42, de La Plata, donde las tres mujeres y la niña fueron encontradas asesinadas a golpes y cuchilladas.

Un vecino y su padre fueron los que vieron rastros de sangre en el departamento de las víctimas y llamaron al 911. Al arribar al lugar, los policías hallaron en el living el cuerpo de Santos, quien estaba desnuda ya que había sido sorprendida por su asesino cuando se duchaba.

En la cocina, fueron hallados los cadáveres de Marisol Pereyra y Susana De Barttole, en el living yacía Bárbara Santos (de 29 año y novia de Martínez) mientras que la niña Micaela Galle (11) fue encontrada asesinada en uno de los dormitorios, sobre una cama de dos plazas. En una de las manos de la nena había un celular, con el que ella intentó hacer al menos dos llamadas a familiares pidiendo auxilio.

Los vecinos que llamaron a la Policía contaron luego que la noche del 26 de noviembre habían oído "gritos de mujer” pero pensaron que “habrían encontrado una laucha y la estarían tratando de cazar” ya que días antes habían visto ratas en el lugar.

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