Por Mariana Sidoti
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Por Mariana Sidoti
El despacho de Diego Rovella (56) rebosa de diplomas, fotos y figuras radicales. Con una larga trayectoria en los comités de la UCR, ingresó como diputado en 2013 por el Frente Progresista Cívico y Social, en una alianza con el GEN de Margarita Stolbizer. Tiene un perfil bajo en lo mediático, se reconoce como “alfonsinista”, pero está lejos de la sintonía de Ricardo Alfonsín, hijo del histórico dirigente, quien amagó varias veces con irse del partido por considerar que el PRO había acaparado todo el capital político del frente Cambiemos.
Estudiantes de la Escuela Manuel Belgrano de La Plata realizaron una protesta para exigir la destitución de una autoridad por "misoginia y abuso de poder".
Por el contrario, Rovella tiene un perfil más amiguista con la dirigencia PRO, sobre todo con Manuel Mosca, el presidente de la cámara de Diputados, y la gobernadora María Eugenia Vidal. Durante todo el 2017 presidió la comisión de Educación, y aunque se esperaba la continuidad para este año terminó encabezando la comisión de Intereses Marítimos, Portuarios y Pesca, presuntamente por diferencias con el ministro Gabriel Sánchez Zinny. Educación, en cambio, quedó en manos del polémico carriotista Guillermo Castello, enemigo declarado de los gremios docentes.
En diálogo con 0221.com.ar, Rovella destaca su recorrido en los comités, pero omite su pasado fuera de la política: tuvo que hacer el servicio militar, trabajó un quiosco de diarios y revistas y jugó al rugby en el Club Albatros. Además es hincha de Gimnasia. Su cuña platense hace que reniegue del tránsito, un tema que considera “fundamental” resolver. Y a pesar de su cercanía con la gobernadora, considera que “es momento” de debatir la tasa de capitalidad, un impuesto que la Provincia debería pagarle a la ciudad por usar sus edificios y que actualmente adeuda cerca de 400 millones de pesos.
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BIO: Nació y se crió en La Plata, en el barrio céntrico de Tribunales. Su papá era un alto dirigente de La Bancaria, un gremio históricamente peronista, pero su militancia tiene inicios en el cristianismo y el comité de la UCR, espacio al que pretende volver cuando termine su mandato como diputado. Después de hacer el secundario en la escuela San José, empezó la facultad de Humanidades pero nunca se recibió. Años más tarde, terminó la carrera de profesor de Historia en un instituto superior. Se casó y tuvo tres hijos: Malena, Camila e Ignacio.
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¿Cómo surgió tu interés por la política?
Con la dictadura mi viejo fue detenido, preso político de 1976 a 1978. En mi casa siempre hubo fervor por lo político. Con la caída de la dictadura me acerqué a un comité, primero para hacer un curso de ingreso y ahí empecé a respirar los aires radicales. Pero hubo alguien que me marcó diferente y para siempre, y cuando lo empecé a escuchar a él me enamoré de la música radical: Raúl Alfonsín. Su discurso era muy diferente al de los otros políticos, hablaba de cosas que no hablaban los otros.
Algo que me marcó es que mientras todos se subían al avión triunfal de la dictadura con la invasión a las Islas Malvinas, Alfonsín no había querido subirse. Además la juventud radical tenía mesas en las puertas de las facultades donde advertían la locura que era ir a una guerra contra Gran Bretaña. Eso me marcó que era un partido diferente, algo distinto en la política. (Ítalo) Luder era un candidato que era más de lo mismo.
Así que desde el 82 estoy en el comité, milité en la Franja y en la Juventud Radical, con los años cuando dejamos la Juventud pasé a ser parte activa del comité de la tercera, en 7 y entre 61 y 62. Fui dos veces presidente de ese comité, vicepresidente de la junta central del partido, soy actual miembro de la mesa del comité de la provincia. Tengo una dilatada trayectoria partidaria. Y va a ser el lugar de mi retiro, seguramente. Es un lugar donde me siento muy cómodo.
¿Cómo ves a la ciudad?
Para decir cómo está la ciudad hoy hay que ver cómo recibió la ciudad el intendente Julio Garro. Y la verdad es que recibió una ciudad abandonada, fea, triste y muy maltratada por parte de los gobiernos que la condujeron desde 1991 hasta que él asumió. Es y va a ser una lucha constante y a contrarreloj, se ha hecho mucho en tres años y creo que hacía tiempo no se valoraba la cuidad de La Plata como la capital de la provincia como se está valorando ahora.
Creo que vamos a tener las obras de mejoramiento que necesitamos y hay una continuidad en las obras hidráulicas, algo necesario para que no nos vuelva a pasar lo que nos pasó el 2 de abril de 2013. Le falta mucho a la ciudad, pero estamos en camino de hacerlo; tenemos la electrificación del tren, de la cual se hablaba desde que yo era chico y no se lograba. Ahora se logró y eso es importante. Quedan por resolver muchos problemas, pero tengo fe que la gestión del intendente lo va a resolver, porque hay una conjunción política entre la Municipalidad, la Provincia, la Nación y la CABA.
Es una nueva fórmula, desconocida para La Plata...
Así es. Porque o estaban bien con el gobierno nacional y estaban peleados con el gobernador, o estaban bien con el gobernador y peleados con el gobierno nacional. Creo y deseo, porque amo mi ciudad y me encanta La Plata, que haya continuidad en el trabajo, para cuidar el patrimonio histórico que tenemos en nuestra ciudad.
La Plata tiene que mejorar el tránsito, eso es fundamental para podernos comunicar. No sé cuál es la fórmula, por eso hay que convocar a los que saben. Pero es fundamental que empecemos a resolver el problema del tránsito en la ciudad, los medios de transporte. Que el vecino no tenga la necesidad de venir en auto al centro sino que tenga un medio de transporte que lo deje en lugares cómodos y seguros, y que tengan continuidad.
¿Sigue siendo un tema pendiente la Tasa de Capitalidad?
Sí, es fundamental. La tasa le va a dar recursos a la ciudad que hoy no tiene. Es momento de tratarlo, ya hubo una respuesta el año pasado y hay que seguir trabajando. En estos momentos estamos cursando una crisis económica internacional que golpea fuertemente a la economía. Esperemos que cesen estos vientos en contra para poder ponerle toda la voluntad a la ciudad.
¿Cómo ves la alianza Cambiemos y la relación entre los partidos que la conforman, sobre todo la UCR?
Tenemos una excelente relación. Creo que es momento de seguir trabajando en la conformación de este esquema político y el mejoramiento de la ciudad de La Plata, la provincia y la nación. Tenemos diferencias, obviamente que las tenemos, hay algunos amigos más críticos de la gestión pero yo creo que hay que fortalecer la relación, está en nosotros también defender lo que hay que defender y reclamar los espacios que necesitamos.
Si bien nosotros tenemos una excelente relación con el intendente Garro -hay tres secretarías con radicales, algo que ha sido parte de la generosidad de Garro hacia la UCR- tenemos que preservar esos espacios para que sea excelente la gestión municipal. Nosotros pretendemos que sea excelente, por eso creemos que la UCR tiene que tener la representación que tiene y mejorarla en algunos cargos selectivos.
Ricardo Alfonsín fue uno de los radicales que más crítico se mostró por la falta de participación de la UCR en la alianza...
Bueno, el PRO tiene una actitud hegemónica. Yo respeto y quiero mucho a Ricardo Alfonsín, es una mente brillante y un excelente político al que a veces le juega en contra su apellido, porque todo el mundo lo compara con su padre. Si bien hoy tenemos algunos criterios diferentes en cuanto a apoyar la gestión -yo creo que hay que apoyarla como la estamos apoyando, él tiene una actitud más crítica-, creo que son matices.
Todos queremos que le vaya bien a la Argentina porque todos tenemos un pueblo que lo necesita, y bueno –en esto puedo ser un poco pijotero- yo quiero que le vaya bien a mis hijos. Tener a mis hijos viviendo en Argentina, que puedan desarrollarse profesionalmente en aquello que les gusta, y que no tengan problemas.
Hasta el año pasado eras presidente de la comisión de Educación. ¿Cómo ves la educación actualmente?
Veníamos de una educación donde veíamos altos índices de repitencia y faltas; más del 50% de los chicos que entraron a la escuela no la terminaron... Tenemos que seguir apostando a la educación porque es lo único que va a servir y salvar a los chicos. Tenemos que trabajar en una educación inclusiva.
Si el Normal 1 está como está en la capital de la provincia, cómo será en el Conurbano profundo, las escuelas rurales, el aparato educativo en general. Para levantar esas instituciones educativas, poner las escuelas que queremos y que los chicos tengan una educación de calidad, no nos va a alcanzar ni en 3 años de gobierno ni en 4. Esto hay que tomarlo como una política pública importante, que tendría que exceder a un partido político para que siga a lo largo del tiempo.
Tenemos que ir hacia la educación de tiempo completo, doble escolaridad. Porque hay que sacar a los chicos de la calle, tenerlos en establecimientos educativos que no necesariamente tienen que ser las escuelas sino, como se ha hecho en otras partes del mundo, espacios públicos con plazas dignas, ambientes propicios a la educación. No todo tiene que ser educación formal: puede darse música, arte, y esos espacios se los vamos a ir ganando al delito, a la droga. Le va a venir bien a toda la sociedad.
Por eso digo que no hay que bajar la imputabilidad, tenemos que mantener las leyes como están pero hacerlas cumplir. A los chicos les tenemos que dar educación, educación y más educación. Lo que pasa es que estamos en crisis, somos un país en crisis, una provincia en crisis y no nos alcanzan los recursos. Quizás sea una utopía pero creo que es a lo que tenemos que apuntar.
¿Qué creés que debería tratarse o aprobarse sin dilaciones en la cámara de Diputados?
El tema del reciclaje de los desechos y las energías alternativas. Está todo por hacer en la provincia de Buenos Aires, tenemos que mejorarla entre todos, esto no puede ser algo de un solo partido sino una política de Estado consensuada. Tampoco puede haber vecinos que no tengan cloacas, o luz, escuelas y salud. Todo eso es lo que tenemos que trabajar. Y es una deuda que tiene la política.
¿A la gente no le interesa más la política?
Creo que el interés existe. Y que ha surgido una generación nueva en la política que no sé cómo se va a canalizar, si por los canales tradicionales o no. Este es un trabajo que se lo vamos a tener que encomendar a los sociólogos y politólogos, pero hubo un fenómeno que surgió hace poco en la política argentina y tuvo vestigios unos años atrás, con el Ni Una Menos, y se manifestó el otro día con la “marea verde”. Eso hay que ver cómo se canaliza y cómo se incorpora a la política activa de Argentina. Pero es un actor latente, se está gestando y generando algo nuevo. Yo tengo mis convicciones religiosas, milité en grupos católicos pero no le puedo negar por mis convicciones un derecho al resto de la sociedad. A veces hay que tomar una decisión más por el conjunto que por la individualidad.
¿Tenés alguna aspiración después del camino legislativo?
No. Quiero terminar este mandato, los tres años y monedas que quedan. Ya voy a tener 60 años, creo que es el momento de oxigenar la política. No creo en los mandatos eternos, porque si no, uno se aburguesa en el cargo. Por eso creo que es muy buena la iniciativa de la gobernadora para limitar los mandatos. Es muy buena toda su gestión en general.
María Eugenia le pone un toque de calidad a la política de la provincia de Buenos Aires, después de ocho años de desastre. Se encontró con una provincia sin rutas, sin escuelas, sin educación. Le van a faltar varios mandatos a varios gobernadores para recuperar la provincia que nos merecemos tener, porque somos la más importante de la república argentina. María Eugenia Vidal tiene una excelente gestión y un compromiso por lo social y lo político que hay que acompañarlo porque vale la pena.