Por Franco Cenci
Por Franco Cenci
Faltaban menos de 15 minutos para que se terminara el partido frente a Sporting Cristal y el Pincha se estaba quedando afuera de la Copa Libertadores. Diego Galván recibió sobre la izquierda un pase de Verón y, casi a la altura del área grande, levantó un centro al punto penal. Lo demás, lo hizo Ramón Lentini. El misionero metió un cabezazo exquisito a contrapierna del arquero, poniendo el 1 a 0 que sería definitivo y clasificaría al León a la fase de grupos del certamen.
Su familia quedó afectada por el temproal en Bahía Blanca y desde Estudiantes también colaboraron con el pueblo mediante donaciones.
Nueva presentación para Estudiantes que buscará recuperarse ante Newell’s tras su primera derrota. Enterate de todo acá.
Sin lugar a dudas, aquel equipo de Estudiantes fue de menor a mayor. En el primer cruce, correspondiente al repechaje, los dirigidos en ese momento por Leonardo Astrada perdieron 2 a 1 en Perù frente al Sporting Cristal. Por el gol marcado de visitante, al Pincha le alcanzó el tanto de Lentini para ganarse un lugar en el Grupo 5, el cual compartiría con Deportivo Quito, Universitario de Sucre y Cruzeiro. Sí, el mismo Cruzeiro.
En la fecha inicial, el León visitó al conjunto brasilero y se trajo una dura derrota por 3 a 0. El debut como local fue ante Universitario de Sucre y consiguió un triunfo por la mínima, con gol de Manuel Salgueiro. En la tercera jornada le tocó viajar a la altura de Quito y una nueva derrota, esta vez por 1 a 0, sembraba dudas en el mundo Pincharrata y era el detonante para Astrada dejara la conducción técnica del equipo.
A partir de ahí comenzó una nueva era en Estudiantes. Alejandro Sabella se convertía en el entrenador del Pincha y ya nada sería igual. Dos goleadas 4 a 0, jugando como local frente a Deportivo Quito y Cruzeiro, encarrilaron al León en la tabla de posiciones del Grupo 5 y con un tímido empate sin goles en Sucre le alcanzó para clasificarse a los 8avos de final.
En esa instancia el rival era Libertad de Paraguay. Y si bien le tocó definir la serie de visitante, donde empató sin goles, al conjunto platense le alcanzó una contundente victoria 3 a 0 en el encuentro de ida para obtener el pasaje a cuartos de final. Más allá de los resultados, la imagen y el semblante del equipo había cambiado.
La mano de Pachorra se empezaba a notar, dentro y fuera de la cancha. El funcionamiento individual y colectivo de los jugadores reflajaba cierta tranquilidad y confianza en el hincha. La figura de Juan Sebastián Verón para marcar el termómetro del juego, acompañado por el sacrificio de Rodrigo Braña y el despliegue de Enzo Pérez. La seguridad defensiva y aporte goleador del Chavo Desábato, siempre bien escoltado por Mariano Andújar. El ataque era donde más opciones tenía el DT pincharrata, pero Mauro Boselli era una pieza inamovible y a la hora de abastecerlo, Gastón Fernández era uno de sus socios predilectos. Nada hubiese sido de todos ellos, sin la armonía y la claridad del mensaje que transmitía Alejandro Sabella.
De esta manera, Estudiantes dejó atrás a Defensor Sporting y Nacional de Uruguay, en Cuartos y Semifinal respectivamente. La contundencia con la que superó la serie ante el Bolso, acompañado por el valioso aporte goleador de Boselli, terminó de convencer a propios y extraños de que ese plantel estaba para cosas importantes. En la final lo esperaba, otra vez Cruzeiro.
Emotivo recibimiento de la hincha de Estudiantes en el Estadio Único
Los brasileños habían compartido grupo con el Pincha y se habían goleado entre ambos. La primera final se jugó en el Estadio Único y Estudiantes no pudo sacar ventajas. Un empate 0 a 0, fue el resultado para un encuentro donde lo mejor estuvo en las tribunas y lo dieron los más de 30 mil fanáticos albirrojos que hicieron un recibimiento inolvidable.
El miércoles 15 de julio del 2009, el León volvía a estar frente a la chance de levantar la Copa Libertadores. El encuentro fue muy parejo y durante el primer tiempo no se sacaron ventajas. La segunda etapa comenzó mal para los argentinos, ya que con un zapatazo de Henrique los locales se pusieron en ventaja. Pero nada parecía derrumbar al elenco de Pachorra, que seis minutos más tarde llegó al empate con un gol de la Gata Fernández. El ánimo inclinó la balanza del partido a favor del Pincha y tras un córner desde la derecha de Verón, Mauro Boselli metió el cabezazo para marcar el segundo y poner cifras definitivas. 2 a 1 y tetracampeón. Al igual que en 1968, cuando derrotó al Palmeiras, en tierras brasileñas volvía a consagrarse como el mejor de América.
Más allá de los festejos en Brasil, el regreso del plantel a la ciudad fue algo extraordinario. El acompañamiento de los hinchas desde el aeropuerto de Ezeiza hacía emocionar a todos los amantes del fútbol. El palacio comunal fue el escenario para que los jugadores mostraran la copa y, entre tantos gritos y mensajes, el gran Alejandro Sabella soltara la frase: “La ciudad está en orden”.
Goles y festejos en la final de la Copa Libertadores