Por Mariana Sidoti
Por Mariana Sidoti
Cuando Pedro Parigini llegó a La Plata, en 2014, estaba en contra de los zoológicos. Vino de San Nicolás a estudiar Ciencias Veterinarias y una vez que estuvo en la Facultad hizo un curso de cuidador en la Dirección General de Escuelas (DGE). Luego se siguió formando, hizo cursos en la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA) y finalmente, en 2016, rindió un examen y entró al Zoológico platense. En su área de trabajo estaba Pelusa, pero también los tigres, ciervos y pavos reales blancos.

Llegó a ser virtual viceintendente de La Plata, pero reivindicó la militancia barrial y una rebeldía que lo llevó a enfrentarse a la estructura partidaria.
En un documental, los rugbiers detenidos en La Plata por el asesinato de Fernando Báez Sosa cuentan cómo atraviesan sus días tras las rejas.
Con la llegada de Scott Blais, el director del santuario de Brasil donde iría la elefanta, la sección se achicó para que los cuidadores pudiesen dedicarle más tiempo. Suzanne Garret, una estadounidense especialista en paquidermos, se anotó para cuidar a la elefanta en uno de los tres turnos que requería.
"Pelusa ya estaba enferma hace aproximadamente cinco años. Esto se visibilizó en los últimos dos porque comenzó a notarse en su cuerpo, pero venía de antes. Se la venía tratando pero era muy complicado", contó Pedro a 0221.com.ar. La elefanta sufría una enfermedad llamada pododermatitis crónica, típica en los animales en cautiverio.
En 2016, cuando recién entraba a trabajar al Zoológico, Pedro vio a Pelusa acostada por primera vez: "Fue en noviembre, justo había un curso sobre Bienestar Animal. Llegamos y nos encontramos con que estaba caída, así que se montó un operativo y en 10 minutos estábamos todos en el parque viendo qué hacer. Intentamos levantarla, ella pataleaba, puso todo de sí para ayudarnos, porque tenía ganas de seguir. Esta vez fue distinto".
Según explicaron los especialistas, una vez que los elefantes se tiran así suelen no querer levantarse, se quedan sin fuerzas. Blais fue uno de los especialistas que recomendó dejarla descansar y que ella decidiera si quería levantarse o no.
"Esta vez Pelusa ya estaba tranquila. No intentaba pararse", explicó el joven emocionado. Desde el sábado a la mañana, cuando la elefanta amaneció echada, él y sus compañeros se quedaron haciendo una larga guardia en el predio del Paseo del Bosque.
El trabajo de los cuidadores de Pelusa, uno de los animales más queridos en la ciudad, fue estoico. "No la dejamos de acompañar en ningún momento. Yo dormí todas las noches en el Zoológico, solo volví a casa para bañarme el sábado y el lunes", contó Pedro a 0221.com.ar. Uno de esos escasos momentos de descanso junto a la elefanta fue registrado por las cámaras de la prensa y la imagen inundó las redes sociales en pocos minutos.
Pedro la describe como un animal "muy dócil", que "se dejaba hacer de todo". "Durante estos años, para ayudarla con su enfermedad, le hemos hecho tratamientos que le deben haber causado dolor, pero ella nos dejaba y enseguida agrega: "Realmente la confianza que depositaba en nosotros era muy grande. Dentro de los elefantes, era única".
A pesar del delicado estado de la elefanta, en el Zoológico siempre tuvieron esperanzas: "La veíamos que iba decayendo, pero yo estaba negado a aceptar que se estaba apagando de a poquito, tenía en serio la esperanza de que se fuera a Brasil". Pelusa, sin embargo, no aguantó. Las autoridades ya habían conseguido el permiso para traer la jaula del santuario brasileño donde todos esperaban que pasara el resto de sus días y solo restaba terminar de entrenarla para que se animara entrar a ella para su traslado.
Su muerte, más que la de cualquier otro animal, generó en los platenses indignación, un pedido renovado para que los animales sean liberados y el Bioparque cierre sus puertas definitivamente. En ese punto Pedro disiente: los dos años de trabajo con la elefanta y el resto de los animales lo hicieron cambiar de opinión, y ahora plantea la necesidad de cambiar la estructura de los zoológicos para que tengan una función educativa y de preservación.
"Me preocupa que por un auge proteccionista se pierdan estas instituciones que tienen que cumplir un rol en la sociedad, formando parte del siglo XXI", alertó el joven. En esa línea explicó que la estructura del Zoo platense responde a un concepto victoriano de exhibición y conquista y donde el espacio de los animales es más una recreación de su lugar -humano- de origen que un ámbito idóneo para su preservación.
"Lo que nosotros planteamos como trabajadores es que los zoológicos se tienen que reconvertir y cumplir funciones esenciales para la sociedad: la conservación, la investigación y la educación. Si pensamos esto como una casa, los cimientos son el bienestar animal", concluyó Pedro.
Para él, el Zoo local reconvertido en Bioparque debería adaptar todos los recintos a las necesidades biológicas de los animales. Y tampoco se debería cerrar al público: "Hay que educar para que todas las acciones que hacemos cotidianamente dejen de afectar a los animales".
Con 52 años, Pelusa falleció este lunes, luego que los especialistas decidieran sedarla para evitarle un mayor sufrimiento. Las muestras de afecto, tristeza, dolor e indignación no se hicieron esperar y cientos de mensajes inundaron las redes sociales. La noticia caló hondo entre los platenses que, de seguro, nunca olvidarán a su querida elefanta.