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Qué esconde el viejo edificio de 7 y 50 que parece abandonado
Chau al misterio

Qué esconde el viejo edificio de 7 y 50 que parece abandonado

Tiene medio siglo de vida y para el imaginario platense es una incógnita. Fue testigo de infinitas manifestaciones alegres y tristes en la esquina más transitada de la ciudad. Aparenta estar abandonado, pero lejos de eso, adentro está lleno de vida. 0221.com.ar reconstruyó la historia y el presente del monstruo de cemento que en 1963 fue presentado como "el rascacielos de grandes balcones".

03 de junio de 2018

La paradoja que define al edificio de 17 pisos en la emblemática esquina de 7 y 50 es tan grande como su tamaño. ¿Por qué este monstruo arquitectónico es tan imponente y a la vez aparenta estar tan abandonado? Eso, al menos, es lo que piensa el platense medio que desde hace muchos años pasa por allí. Pero lo concreto es que el lugar no está deshabitado, sino que muy por el contrario, vive gente en todos los departamentos. 0221.com.ar habló con un historiador, un investigador y vecinos que día a día entran y salen por la esquina más transitada de La Plata. Historia y presente de uno de los monumentos más característicos de la ciudad. ¿Qué esconde el edificio gris de los balcones gigantes?

Esquina tradicional del centro de la capital de la provincia de Buenos Aires, 7 y 50 es punto obligado de encuentro de los platenses cada vez que Estudiantes, Gimnasia, la Selección argentina o alguno de los cinco equipos grandes del país consiguen logros deportivos; o cuando hay que festejar o protestar en multitudinarias marchas y movilizaciones, entre otros acontecimientos que alteran el día a día de la ciudad de las diagonales. Testigo de todos esos momentos es este gigante construido a principios de la década del 60, que se mantuvo firme todos estos años pese al paso del tiempo, mientras que paralelamente en casi todas las cuadras de la ciudad crecían modernos edificios de todo tamaño y color.

El edificio América -así se llama- es un misterio. Hace medio siglo causó un gran impacto y deslumbró a los vecinos de una ciudad que brillaba en los años sesenta. "En 7 esquina 50 hay un departamento a su altura en cada uno de los 17 pisos del edificio América", decía el anuncio publicitario de aquella época. Y continuaba: "En la esquina de 7 y 50, el más alto y moderno edificio de La Plata, se ha erigido en centro de atracción para las personas con elevadas aspiraciones y posibilidades de confort integral. Para poder apreciar su construcción, funcionalidad, distinción y hasta los más finos detalles de terminación". Sin vueltas, era presentado directamente como "el rascacielos de grandes balcones".

"Muchos años de mi vida trabajé en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, en el Pasaje Dardo Rocha; así que pasaba permanentemente por ahí, siempre me llamó la atención su aspecto exterior", recordó Fernando Enrique Barba -Presidente de la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina-, consultado por este medio.

"Se trata de uno de los primeros edificios altos que se construyeron en la ciudad. Yo estaba en cuarto año del Colegio Nacional, en el año 1957, ahí empezaron a hacer el edificio de 7 y 55; después vinieron más, junto con el de 7 y 50. Los edificios altos eran tres: el de 7 y 45, el de 6 y 49 y el de 7 y 55", señaló.

El reconocido historiador -platense de nacimiento- admitió estar intrigado por todo lo que rodea a este monumento tan característico de la ciudad. Es la misma intriga que sienten miles de vecinos que día a día caminan tal vez la esquina más transitada de La Plata.

El rascacielos de los balcones

El edificio América ocupa un terreno de 10,13 metros sobre avenida 7 y 26,40 metros sobre calle 50. La obra se inició en junio de 1961 y se construyó en dos años de intenso trabajo: fue inaugurada a fines de 1963 por la empresa COAR S.A. "Es una esquina frecuentada por todos y el edificio se destaca. En su momento fue el más alto de la ciudad y algo moderno por el tipo de construcción, aunque parece desentonar con el resto de las construcciones, tanto por el estilo como por sus dimensiones", reflexionó Nicolás Colombo, autor de la saga de investigaciones "Misterios de la ciudad de La Plata". También en diálogo con este portal, comentó algunos de los detalles del nacimiento del gigante de 7 y 50, hace medio siglo.

El edificio tiene subsuelo, planta baja, entrepiso, 16 plantas con dos departamentos cada una y una terraza. Se habían proyectado ocho locales comerciales en la planta baja, con un espacio habitable en el entrepiso. Los departamentos son de tres dormitorios y 165 metros cuadrados (hacia calle 7) o de dos dormitorios y 115 metros cuadrados (hacia calle 50).

En total hay 32 departamentos. Los pisos de los dormitorios son de parquet y en el resto de las habitaciones de mármol italiano. Los famosos balcones de cemento tienen una saliente de 1,30 metros y son de 30 metros cuadrados (para los departamentos de tres dormitorios) o de 20 metros cuadrados (para los departamentos de dos dormitorios). Por otra parte, la broncería, las llaves eléctricas y los extractores de aire fueron importados de Italia. En su interior, el edificio no tiene pasillos: la salida de los elevadores deposita a los vecinos en un pequeño cuadrado que da directamente a las puertas de los departamentos.

Medio siglo después

En la entrada, sobre calle 50, pasa varios días a la semana un africano con su puestito vendiendo joyas, gorras, bufandas de colores y billeteras, entre otras cosas. Con un kiosco y una agencia de lotería a ambos lados, por ese pequeño pasillo desfilan las familias que habitan un edificio que a simple vista parece abandonado, pero no lo está. Sus habitantes se ríen de todos los mitos que rodean a la obra que en este 2018 cumple 55 años de vida. Con humor, observan cómo por ejemplo quedó en el olvido un viejo grupo de Facebook que años atrás fue creado con el objetivo de convocar a artistas para que pinten todo el exterior.

Marcos, el encargado desde hace 23 años, no ve con malos ojos el aspecto exterior del edificio, porque asegura que de esta manera pasan casi desapercibidos el ingreso y la salida de las decenas de familias que viven allí. Además, las veces que se hizo el cálculo de dinero para pintarlo, lo desestimaron inmediatamente. "Sale muchísima plata", remarcó.

En silencio, casi como respuesta a las tumultuosas reuniones entre el edificio y el Pasaje Dardo Rocha, sobre avenida 7, los vecinos entran y salen por la doble puerta que fue testigo -por ejemplo- de los festejos de los hinchas cuando Estudiantes salió campeón del mundo en los sesenta, de la celebración por la vuelta de la democracia en 1983, de los cacerolazos en 2001 y de las marchas por la trágica inundación de abril de 2013, entre tantos otros eventos significativos que quedarán para siempre en la historia de la ciudad.

En todos los pisos vive gente. "Hay muchos estudiantes y hasta un señor de 95 años", le describió el portero a este medio, que en sus más de dos décadas dando la bienvenida y despidiendo a las personas que atraviesan el hall de entrada, presenció un sinfín de anécdotas. Hoy, su principal preocupación es la inseguridad y la falta de policías en la esquina.

Como tantos misterios de la ciudad, el edificio América vive en La Plata desde hace medio siglo,y es testigo del día a día en un punto estratégico del trazado que ideó Pedro Benoit, allá por 1880. Aparenta estar abandonado, pero los golpes del paso del tiempo simplemente lo fortalecen, porque adentro está lleno de vida y de historias.

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Tiene medio siglo de vida y para el imaginario platense es una incógnita. Fue testigo de infinitas manifestaciones alegres y tristes en la esquina más transitada de la ciudad. Aparenta estar abandonado, pero lejos de eso, adentro está lleno de vida. 0221.com.ar reconstruyó la historia y el presente del monstruo de cemento que en 1963 fue presentado como "el rascacielos de grandes balcones".
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Qué esconde el viejo edificio de 7 y 50 que parece abandonado

Tiene medio siglo de vida y para el imaginario platense es una incógnita. Fue testigo de infinitas manifestaciones alegres y tristes en la esquina más transitada de la ciudad. Aparenta estar abandonado, pero lejos de eso, adentro está lleno de vida. 0221.com.ar reconstruyó la historia y el presente del monstruo de cemento que en 1963 fue presentado como "el rascacielos de grandes balcones".
Qué esconde el viejo edificio de 7 y 50 que parece abandonado

La paradoja que define al edificio de 17 pisos en la emblemática esquina de 7 y 50 es tan grande como su tamaño. ¿Por qué este monstruo arquitectónico es tan imponente y a la vez aparenta estar tan abandonado? Eso, al menos, es lo que piensa el platense medio que desde hace muchos años pasa por allí. Pero lo concreto es que el lugar no está deshabitado, sino que muy por el contrario, vive gente en todos los departamentos. 0221.com.ar habló con un historiador, un investigador y vecinos que día a día entran y salen por la esquina más transitada de La Plata. Historia y presente de uno de los monumentos más característicos de la ciudad. ¿Qué esconde el edificio gris de los balcones gigantes?

Esquina tradicional del centro de la capital de la provincia de Buenos Aires, 7 y 50 es punto obligado de encuentro de los platenses cada vez que Estudiantes, Gimnasia, la Selección argentina o alguno de los cinco equipos grandes del país consiguen logros deportivos; o cuando hay que festejar o protestar en multitudinarias marchas y movilizaciones, entre otros acontecimientos que alteran el día a día de la ciudad de las diagonales. Testigo de todos esos momentos es este gigante construido a principios de la década del 60, que se mantuvo firme todos estos años pese al paso del tiempo, mientras que paralelamente en casi todas las cuadras de la ciudad crecían modernos edificios de todo tamaño y color.

El edificio América -así se llama- es un misterio. Hace medio siglo causó un gran impacto y deslumbró a los vecinos de una ciudad que brillaba en los años sesenta. "En 7 esquina 50 hay un departamento a su altura en cada uno de los 17 pisos del edificio América", decía el anuncio publicitario de aquella época. Y continuaba: "En la esquina de 7 y 50, el más alto y moderno edificio de La Plata, se ha erigido en centro de atracción para las personas con elevadas aspiraciones y posibilidades de confort integral. Para poder apreciar su construcción, funcionalidad, distinción y hasta los más finos detalles de terminación". Sin vueltas, era presentado directamente como "el rascacielos de grandes balcones".

"Muchos años de mi vida trabajé en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, en el Pasaje Dardo Rocha; así que pasaba permanentemente por ahí, siempre me llamó la atención su aspecto exterior", recordó Fernando Enrique Barba -Presidente de la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina-, consultado por este medio.

"Se trata de uno de los primeros edificios altos que se construyeron en la ciudad. Yo estaba en cuarto año del Colegio Nacional, en el año 1957, ahí empezaron a hacer el edificio de 7 y 55; después vinieron más, junto con el de 7 y 50. Los edificios altos eran tres: el de 7 y 45, el de 6 y 49 y el de 7 y 55", señaló.

El reconocido historiador -platense de nacimiento- admitió estar intrigado por todo lo que rodea a este monumento tan característico de la ciudad. Es la misma intriga que sienten miles de vecinos que día a día caminan tal vez la esquina más transitada de La Plata.

El rascacielos de los balcones

El edificio América ocupa un terreno de 10,13 metros sobre avenida 7 y 26,40 metros sobre calle 50. La obra se inició en junio de 1961 y se construyó en dos años de intenso trabajo: fue inaugurada a fines de 1963 por la empresa COAR S.A. "Es una esquina frecuentada por todos y el edificio se destaca. En su momento fue el más alto de la ciudad y algo moderno por el tipo de construcción, aunque parece desentonar con el resto de las construcciones, tanto por el estilo como por sus dimensiones", reflexionó Nicolás Colombo, autor de la saga de investigaciones "Misterios de la ciudad de La Plata". También en diálogo con este portal, comentó algunos de los detalles del nacimiento del gigante de 7 y 50, hace medio siglo.

El edificio tiene subsuelo, planta baja, entrepiso, 16 plantas con dos departamentos cada una y una terraza. Se habían proyectado ocho locales comerciales en la planta baja, con un espacio habitable en el entrepiso. Los departamentos son de tres dormitorios y 165 metros cuadrados (hacia calle 7) o de dos dormitorios y 115 metros cuadrados (hacia calle 50).

En total hay 32 departamentos. Los pisos de los dormitorios son de parquet y en el resto de las habitaciones de mármol italiano. Los famosos balcones de cemento tienen una saliente de 1,30 metros y son de 30 metros cuadrados (para los departamentos de tres dormitorios) o de 20 metros cuadrados (para los departamentos de dos dormitorios). Por otra parte, la broncería, las llaves eléctricas y los extractores de aire fueron importados de Italia. En su interior, el edificio no tiene pasillos: la salida de los elevadores deposita a los vecinos en un pequeño cuadrado que da directamente a las puertas de los departamentos.

Medio siglo después

En la entrada, sobre calle 50, pasa varios días a la semana un africano con su puestito vendiendo joyas, gorras, bufandas de colores y billeteras, entre otras cosas. Con un kiosco y una agencia de lotería a ambos lados, por ese pequeño pasillo desfilan las familias que habitan un edificio que a simple vista parece abandonado, pero no lo está. Sus habitantes se ríen de todos los mitos que rodean a la obra que en este 2018 cumple 55 años de vida. Con humor, observan cómo por ejemplo quedó en el olvido un viejo grupo de Facebook que años atrás fue creado con el objetivo de convocar a artistas para que pinten todo el exterior.

Marcos, el encargado desde hace 23 años, no ve con malos ojos el aspecto exterior del edificio, porque asegura que de esta manera pasan casi desapercibidos el ingreso y la salida de las decenas de familias que viven allí. Además, las veces que se hizo el cálculo de dinero para pintarlo, lo desestimaron inmediatamente. "Sale muchísima plata", remarcó.

En silencio, casi como respuesta a las tumultuosas reuniones entre el edificio y el Pasaje Dardo Rocha, sobre avenida 7, los vecinos entran y salen por la doble puerta que fue testigo -por ejemplo- de los festejos de los hinchas cuando Estudiantes salió campeón del mundo en los sesenta, de la celebración por la vuelta de la democracia en 1983, de los cacerolazos en 2001 y de las marchas por la trágica inundación de abril de 2013, entre tantos otros eventos significativos que quedarán para siempre en la historia de la ciudad.

En todos los pisos vive gente. "Hay muchos estudiantes y hasta un señor de 95 años", le describió el portero a este medio, que en sus más de dos décadas dando la bienvenida y despidiendo a las personas que atraviesan el hall de entrada, presenció un sinfín de anécdotas. Hoy, su principal preocupación es la inseguridad y la falta de policías en la esquina.

Como tantos misterios de la ciudad, el edificio América vive en La Plata desde hace medio siglo,y es testigo del día a día en un punto estratégico del trazado que ideó Pedro Benoit, allá por 1880. Aparenta estar abandonado, pero los golpes del paso del tiempo simplemente lo fortalecen, porque adentro está lleno de vida y de historias.