Por Martina Mozo
Por Martina Mozo
El Mundial de Rusia se vive en todos los rincones del planeta y el partido de este jueves entre la Selección Argentina y Croacia no fue la excepción. Alegría y tristeza, las sensaciones se encontraron en el salón de la Asociación Croata de Raíces Istrianas, en Berisso: allí un grupo de argentinos con raíces croatas bien profundas vivieron un agridulce partido.
El plantel de Gimnasia regresó a los entrenamientos en Estancia Chica, donde Diego Flores podrá probar diferentes variantes para modificar el equipo.
Entre café y torta especialmente hecha para la ocasión, se vivió un clima tranquilo en el encuentro que la selección nacional terminó perdiendo por 3-0 frente a Croacia. Lejos de festejar los goles del equipo europeo, todos se lamentaron de la derrota del equipo de Jorge Sampaoli, que lo deja al borde de la eliminación de la cita mundialista.
“Siento una tristeza enorme”, expresó a 0221.com.ar Mario Bajcic (70), expresidente de la Asociación, una vez finalizado el encuentro. Es que claro, Mario nació en Argentina pero sus padres son croatas y con raíces muy marcadas. “Volví una sola vez al país, me di cuenta que tenía 35 familiares y no sabía. Estoy pensando en volver el próximo año” contó emocionado al hablar de su estrecho vínculo con el país que vio nacer a sus papás.
Otro de los presentes fue un hombre nacido en Croacia, quien a los 4 años tuvo que abandonar el país para llegar a Argentina. Con 75 años y viviendo en City Bell, habla a la perfección el idioma croata que heredó de sus longevos padres de 98 y 96 años que actualmente viven en Buenos Aires.
Otra de las particularidades es que cada joven espera con ansias cumplir la mayoría de edad para realizar un viaje de estudios al país europeo, que consiste en seis meses donde perfeccionan el idioma y aprenden sobre la cultura croata.
Lo cierto es que cerca de 250 familias conforman la Asociación Croata de Raíces Istrianas, ubicada en 165 entre 8 y 9 de Berisso. La misma se fundó el 18 de noviembre de 1998 con personas nacidas en Croacia y se fueron sumando sus descendientes, quienes tienen la posibilidad de aprender el idioma de sus antepasados en cursos que dicta la Asociación cada sábado.