Doleser suena a urbanidad de pueblo. En esa (aparente) contradicción está el encanto. Dos pibes, dos guitarras, dos voces y un montón de canciones amables y sensibles, un río musical –citando a Moura– donde se navega plácidamente aunque no falten los microtsunamis: la nostalgia es tormentosa y aparecen, en el recorrido, oleadas de un optimismo con un dejo trágico, empujones que llevan o hacen trastabillar.
Está presente, siempre ahí, la mirada sobre la naturaleza, la ambiental y la humana, sobre la pureza de las amistades y los amores puros.
Doleser, neologismo personalísimo de duele ser, transita por ese mundo y es un buen viaje al que se pueden subirse el viernes 11 a las 21 horas, en el Centro Cultural y Social Olga Vazquez, avenida 60 entre 10 y 11.
Con tres discos, el duo que comparten Andrés Cáseres y Juampi Caiazza, aportan a la estirpe de cancionistas del rock, con pinceladas folkloricas y un sonido bien despojado.

En su último disco, Limítrofe, canta Manuel Moretti (Estelares) en el tema “País Limítrofe”. Los une, además de la música, cierta territorialidad: Cáseres, como Moretti, es de Junín. Caiazza de un pueblo cercano, Alem.
La presentación en el Olga Vazquez la compartirán con Rumbo Tumba, la “banda” de Facundo Salgado, un multinstrumentista que combina bases electrónicas con instrumentos del antiplano, que ofrece un show doble: la música y su propia actuación multitasking.