Por Martín Soler
Por Martín Soler
Ricardo Barrera da pelea por la casa, donde ejecutó la cacería humana contra las cuatro mujeres de su familia. En el marco de un juicio contra el Estado bonaerense por la expropiación, peritos agrimensores deben mesurar el inmueble de calle 48 al 809 entre 11 y 12; al tiempo que vecinos y comerciantes aseguran que la vieja casona es un “criadero” de todo tipo de alimañas.
Los platenses vieron abrir las puertas de un local que no solo ofrecía las tradicionales medialunas sino también una variedad de productos artesanales producidos en la fábrica de Chascomús.
La concejala del PRO Lucía Barbier opinó sobre los pliegos de licitación de los micros. Elogió la intención de mejorar y apuntó a las deudas pendientes.
La casa del odontólogo todavía es objeto de disputa judicial. En 2012 el inmueble fue expropiado por la Legislatura bonaerense con el objetivo de crear un centro de asistencia a víctimas de violencia de género. Además, tres años después, Barreda fue declarado “indigno” de heredar los bienes familiares.
Pero ante este panorama, el múltiple femicida no se quedó de brazos cruzados. Tras la expropiación dictada durante la gestión del ex gobernador Daniel Scioli, plateó una expropiación inversa para pelear el monto de la indemnización a cobrar. Según la ley, el Estado debe pagar el valor fiscal por el inmueble, que es varias veces menor que el valor de mercado, que ronda, al menos, tres millones de dólares, según comentó un martillero platense consultado por 0221.com.ar.
En el marco de la demanda de Barreda al fisco provincial, desde el Juzgado Contencioso Administrativo 3 de La Plata se dispuso la realización de una pericia para medir el lote y constatar el estado de conservación del inmueble. Ese estudio fue dispuesto para este miércoles 30 de mayo, pero nadie se acercó a cumplir con la medida judicial.
Por su parte, vecinos y comerciantes de esa zona del centro platense, se acercaron hasta el inmueble para hablar con funcionarios judiciales y pedirle que se ordene la limpieza y desinfección del lugar. Se fueron con su reclamo para otra ocasión.
“Ya no sabemos qué hacer por las ratas”, explicó una empleada judicial que trabaja en una dependencia ubicada en la misma manzana de la antigua casona.
“La vecina que tiene el fondo que da con el de la casa de Barreda está desesperada por los roedores y alimañas, hoy no vino porque está de viaje, sino la tenés acá protestando”, dijo otro comerciante del lugar.
Humedad, mugre, alimañas, desorden, telas de araña, óxido y los fantasmas de una masacre conviven encerrados hace más de dos décadas en el interior de una vieja pero preciada y cotizada casona en pleno centro del corazón de la ciudad de La Plata.
Desde 1992, además de la parra y la suciedad, en la casa aumentaron las deudas con el fisco municipal y provincial. Tal como adelantó este medio, la Municipalidad de La Plata le inició una demando de cobro por las tasas municipales adeudadas.