El próximo sábado desde las 17 River y Boca volverán a verse las caras en el Monumental, en la vuelta de la final de la Copa Libertadores, que definirá al futuro campeón de América. El árbitro del encuentro será el uruguayo Andrés Cunha y no solo estará atento a las incidencias dentro del campo, sino que también contará con el VAR (Video Assistant Referee) para detectar manos, faltas graves y penales, entre muchas otras opciones.
La particularidad que tendrá la final no será la implementación de la tecnología en sí, que se utilizó durante todo el torneo; sino que la misma podrá tener incidencia en el caso de que la Copa se defina en los penales.
En caso de que el empate persista en los 90 minutos se jugará un alargue de dos tiempos de 15 minutos. Si el partido no se define, entonces el destino de la Copa se conocerá en los penales. En esa situación el VAR podrá ser utilizado para detectar faltas concretas: verificar si existe adelantamiento del arquero o si el pateador comete alguna infracción como frenar la carrera o tocar la pelota más de una vez.
De todos modos Cunha será quien tome la decisión definitiva pese a la información que desde la cabina tecnológica le brinde su par Leodán González.