lunes 13 de enero de 2025

De Gilda a Rodrigo: la historia del Facha, el presentador de Escándalo bailable

En su debut lo bautizaron como “Camisita”. Fue el hombre que le daba vitalidad al escenario de uno de los boliches que marcó un antes y un después en La Plata. Mucha gente escucha su nombre y enseguida lo relaciona con “El gigante de City Bell”. Amigo de Gilda y poseedor de la última foto con Rodrigo. Alejado de los show nocturnos, Fernando Figoni se tomó unos minutos para un diálogo imperdible con 0221.com.ar.

Como si se tratara de un movimiento orquestado, el poderoso timbal dejaba de sonar para darle lugar a una voz en off a la que nadie podía reconocer. Sin embargo, todos sabían que significaba el pie para el inicio de los shows en vivo en Escándalo, el galpón mágico ubicado en camino General Belgrano.

“¡Con ustedes, Fernando “Facha” Figoniiiii!”, relataba la furiosa voz, que emocionaba a los jóvenes que asistían con frecuencia al boliche que marcaba el ritmo de la movida tropical en la noche platense.

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La historia de Figoni no comenzó delante del escenario ni en Escándalo, sino en el otro extremo de La Plata en “El Coloso”, una bailanta de 71 entre 1 y 2. Con un largo recorrido por la radio, desde la República de los Niños junto con Claribel Medina y Pablo Alarcón, hasta copar los estudios de la Cadena Tropical Latina (CTL) en la 90.3 con el programa “Marcando la diferencia”. Ese que le permitió, por momentos, hablar de temas de política y juntar donaciones para los sectores más necesitados de la región.

“En Escándalo empecé como tarjetero en el ’93 y, por distintas circunstancias, termine siendo el presentador de las bandas que iban al boliche. La verdad que le debo todo, gracias a ese trabajo pude estudiar como periodista y locutor en la UNLP”, cuenta a 0221.com.ar, Fernando Figoni.

Con un paso como bajista en el grupo Comanche, hacedor y creador de noches que quedaron en la retina de miles de jóvenes que solo buscaban un buen momento para disfrutar en aquel galpón que regaló shows de todo tipo. “Uno creaba un vínculo con esos artistas. Pensá que primero iban a la radio, al canal América, venían a comer pizza a mi casa y después íbamos para Escándalo”, relata casi 25 años después de aquellas noches.

Esos encuentros en la previa de la noche le posibilitaron conocer a fondo a cada uno de los músicos más importantes de la movida tropical en la Argentina. Fue así que logró forjar una gran amistad con Gilda, jugar en el escenario con el Chino de La Nueva Luna o apostar una camiseta con el Potro Rodrigo en la previa del accidente que marcó el final de su vida.

Su voz también adornó los pasillos de Carrefour junto a otras celebridades. “En esa época estaba a full. Estudiaba, iba a la radio, después Escándalo y después leer las ofertas que se escuchaban en los pasillos”, recuerda hoy entre risas.

SOMBRAS, LEO MATTIOLI Y MÁS

Con una melena similar a la de lució Claudio Paul Caniggia en Italia '90 y una llamativa camisa de seda, Figoni se ubicó en el escenario de Escándalo, por primera vez. Para aquella oportunidad, la voz en off, rápida de reflejos, decidió bautizarlo como “Camisita”.

“En esa época me planchaba el pelo y tenía un look muy acorde a lo que se usaba en la movida tropical”, confiesa Figoni y recuerda que “lo que se generaba en Escándalo era algo único". "De día era un galpón pero de noche cobraba una magia poderosa”, señala con un dejo de melancolía. Eso era “El gigante de City Bell”. Con tan solo dos barras que eran identificadas con nombres graciosos como “palmeras” y “Simpsons”, el lugar generaba un frenesí de música tropical que hacía mover, por instinto, a cualquier persona que escuchará por primera vez esos poderosos güiros que hacían furor en los años '90.

A todo este cóctel de sábado por la noche había que sumarle la voz del Facha. Esa que presentó a los artistas más grandes que visitaron La Plata, con el objetivo de hacer vibrar a los jóvenes que buscaban saciar su apetito volcánico de una buena salida de sábado. Aunque era su trabajo, Figoni también disfrutaba de caminar del escenario del camino General Belgrano.

“Disfrutaba mucho de los shows de Grupo Sombras, cuando estaba Daniel Agostini, de Elio de Montana o de Comanche. Muchos dicen Facha y piensan en el boliche, no es de agrandado pero es lo que me dice la gente”, comenta a 0221.com.ar. En esa línea, recuerda las presentaciones de Leo Mattioli, una muy joven Karina y los juegos musicales con el Chino de La Nueva Luna.

Aunque no logró presentarla, Fernando pudo entablar una gran relación de amistad con Gilda, la mujer que con su voz revolucionó el mundo de la música tropical.

GILDA, SU AMISTAD y... "NO ME ARREPIENTO DE ESTE AMOR"

Tanto trabajar para la radio, para las fechas de Escándalo o ir a la TV a ver a los artistas, Figoni se hizo amigo de Gilda. “Entablamos una amistad muy linda. Pasábamos las fiestas juntos con nuestras familias, se ha quedado a dormir muchas veces en mi casa”, explica. Entre esas anécdotas recuerda con lujo de detalle qué era lo que significaba verla arriba de un escenario: “Había un magia increíble, color y chispa. La verdad que era algo único, muy pocos crean eso frente a lugares repletos de gente”.

Sin embargo, el carisma que tenía no solo relucía al momento de trabajar sino también para realizar los quehaceres cotidianos. El Facha cuenta que era tedioso salir a hacer las compras del supermercado con ella por lo que tardaba, ya que se quedaba hablando con todas las personas que se le acercaban para saludarla. “Era única”, repite cada vez que termina una oración en que la nombra.

Como es de público conocimiento, en el 2016 se estrenó la película “Gilda: No me arrepiento de este amor”, que recoge su vida y el ascenso a la fama de la maestra jardinera de Villa Paranacito. La crítica fue buena pero su amigo platense no estuvo para nada conforme con el film de la directora Lorena Muñoz.

“Le mande fotos y le dije que podía aportar muchas anécdotas de ella pero nunca me contestó. La verdad que ni me interesaba figurar pero era mi amiga, quería que se sepa bien su historia. Desde el inicio empecé a ver los errores de esa película”, comenta ahora. “El único que estuvo cerca fue Luis Ventura cuando contó el origen de ‘No es mi despedida’, una canción que le dedicó a una chica de Bolivia”, recuerda Figoni.

Visiblemente golpeado, el Facha recordó ese momento de la película ya que fue él mismo quien estuvo presente ese día de sol y no de lluvia como se muestra en la primera escena.

LA APUESTA DE UN ESTUDIANTES-BELGRANO DE CÓRDOBA

La madrugada del sábado 24 de junio del 2000 no fue una noche más para los fanáticos de la movida tropical de la Argentina. Esa noche, tras un recital en Escándalo, el artista más importante e influyente de aquel entonces perdía la vida tras un accidente fatal en la Autopista La Plata-Buenos Aires.

“Por más que pase lo que pase y se diga lo que diga, voy a seguir siendo: lunes, martes, miércoles, jueves y viernes…”, el Potro hizo un breve silencio y su fiel público contestó con un grito unísono: “¡Cordobés!”. Esa fue la forma en la que entonó su última canción en un escenario.

A pesar de muchas historias que se contaron sobre esa noche, una sola persona logró tener la última foto con “El Potro”, ese fue Fernando Figoni. “Estaba muy alegre, con la familia. La verdad que fue todo muy tranquilo, vino relajado e hizo un show de una hora y pico”, recuerda el Facha. Antes de retirarse en la camioneta roja, Camisita hizo una apuesta con Rodrigo por un Estudiantes-Belgrano (ganó el conjunto cordobés 2 a 1 por la fecha 17 del clausura 2000) que iba a disputarse aquel sábado. “Apostamos una camiseta, para ver quien ganaba el partido. Ahí me saqué la foto y se fue”, recuerda con un dejo de tristeza.

El Facha fue a su casa pero se encontró con algo que no se imaginó nadie. Cerca de las 3, el canal Crónica daba la primicia del choque que puso punto final a la vida de Rodrigo Bueno. “La verdad que no lo podía creer. Hacía unas horas estaba cantando y ahora pasaba esto, incluso la misma gente que había ido a verlo seguía en Escándalo”, cuenta y enseguida agrega que “no avisaron en ese momento porque hubiese sido un descontrol”.

Desgracia para algunos, fortuna para otros, el show pasó a la historia y ubicó al boliche en el centro de la escena de todos los medios nacionales. El último show de Rodrigo fue en La Plata, en Escándalo y el Facha fue la persona que tenía la última foto con el ídolo máximo de miles de jóvenes y adolescentes.

“El boliche me dio todo”, confiesa Figoni en lo que resultó ser un imperdible mano a mano con 0221.com.ar. Muchos años pasaron desde aquella noche en que lo llamaron Camisita o jugaba en el escenario con La Nueva Luna. Sin embargo, cientos de platenses todavía recuerdan al personaje que presentaba a las bandas del momento y generaba una simbiosis única con los feligreses que se acercaban para disfrutar de una buena misa a puro güiro y timbal.

Sin lugar a dudas, el Facha es y seguirá siendo una bandera de Escándalo. Sin darse cuenta, su voz portaba el hechizo para encender la magia de aquel galpón de camino General Belgrano. Hoy, dedicado a la gestión en un organismo de la provincia de Buenos Aires, se encuentra lejos de aquel organizador de las existosas “Fiestas Retro”. “Tengo ganas de hacerlas de nuevo pero por el momento no tengo tiempo”, se ilusiona mientras se despide.

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