domingo 16 de febrero de 2025

¿Cómo funciona el Consejo Escolar de La Plata y quién es quién en la interna?

La importancia de un cuerpo integrado por los cargos electivos con menor exposición y prensa. Qué hacen y cuál es la disputa entre los que tienen la misión de velar por el mantenimiento de las escuelas.

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El Consejo Escolar de La Plata se convirtió este año en un escenario de disputa política inusual en la vida institucional de la ciudad a partir de una serie de situaciones internas que emergieron a la mirada pública por los problemas que atravesaron un número importante de escuelas que pasaron varios días sin clases o con actividad reducida, en muchos casos por falta de gas. Se supone que una de las funciones primordiales del cuerpo es velar por el mantenimiento de la infraestructura escolar y la falencia en ese aspecto llevó al intendente Julio Garro a reforzar el control político sobre el bloque de consejeros oficialistas, atravesado por una dura puja.

Pero antes de conocer a los protagonistas y su posición dentro de un cuerpo integrado por dirigentes que son electos por la población pese a que en general forman parte del tramo de la boleta a la que menos atención el electorado le presta, pude ser necesario conocer cuál es la estructura y cómo funciona.

Por la cantidad de escuelas que posee, el distrito La Plata tiene el máximo número de consejeros escolares posible. Son diez y actualmente se reparten en 6 de Cambiemos y 4 de las distintas vertientes del peronismo. A diferencia del Concejo Deliberante, que sólo legisla, el Consejo Escolar tiene también un rol “ejecutivo”, pues debe resolver en el trabajo diario las situaciones que se presentan en los distintos servicios escolares para garantizar su continuidad.

Además de estar a cargo de ese mantenimiento, es el ámbito a través del cual -por ejemplo- se administran recursos de Provincia para el transporte escolar, se encarga de tramitar cuestiones vinculadas con las cooperadoras y designa, en actos públicos, a los auxiliares. Cuenta para ello con un presupuesto mensual de 2,5 millones de pesos con lo que debe atender el mantenimiento de 312 edificios escolares, donde funcionan 455 servicios educativos (jardines y escuelas primarias y scundarias), lo cual representaría unos 8 mil pesos por edificio.

Con ese dinero, que es utilizado según las necesidades que surgen a diario, se realizan tareas menores como el cambio de luminarias, la reparación de sanitarios, o el arreglo o cambio bombas de agua, por ejemplo. En algunas ocasiones se realizaron obras más grandes como las cubiertas o la construcción de algún aula. Y en el último tiempo sumó las complejidades que implican las obras de gas, con presupuestos que pueden superar los 70 mil pesos.

Siguiendo con el paralelismo con el Concejo Deliberante, así como éste cuenta con dos cargos claves, como son los secretarios administrativo y legislativo, en el consejo escolar existen las figuras del secretario administrativo, designado por el presidente, encargado de llevar las actas de las sesiones que se realizan cada 15 días y del resto de las tareas de presidencia. Y un secretario técnico que es el único representante directo de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires (DGCyE), designado por concurso, quien ejecuta tareas de asesoramiento legal y contable.

Administrativamente hay cuatro consejeros escolares que tienen roles más activos, pues ocupan los cargos de gestión: presidencia, vicepresidencia, secretaría y tesorería. Los seis tienen puestos de vocales.

LAS FUNCIONES

Administrativamente, el Consejo Escolar es un organismo dependiente de la DGCyE, y los consejeros son los únicos funcionarios de esa cartera elegidos por el voto popular. Pese a esa vinculación, su componente político los relaciona más con el Departamento Ejecutivo municipal y las fuerzas partidarias de los integrantes opositores.

Sesionan el primer y tercer miércoles de cada mes, tienen una dieta, y las funciones están establecidas en la Constitución Provincial. Pueden sintetizarse en las de velar por todos los aspectos vinculados a la administración de los servicios educativos, “con excepción de los que refieren a los ámbitos técnicos y pedagógicos”. Y sus facultades las establece el artículo 170º de la Ley de Educación (13.688).

EL REPARTO Y LA INTERNA

Las dos últimas elecciones determinan el reparto de poder que tiene hoy el Consejo Escolar, con seis integrantes de Cambiemos y cuatro peronistas de distinto origen. Pese a la hegemonía oficialista, el ámbito ha  generado más de un dolor de cabeza al intendente Garro. Eso se tradujo en las últimas semanas en la necesidad de reforzar el control político de su bloque a través de una suerte de “comisario”, después de que se agudizara el reclamo de los gremios docentes por la situación que obligó a algunas escuelas a suspender las clases y a otras sostenerlas parcialmente.

La aparición en ese rol del senador bonaerense Juan Pablo Allan es el resultado de una serie de desencuentros dentro de la bancada. Los momentos más calientes fueron cuando una de sus integrantes, Sandra Rodríguez, renunció a la tesorería en agosto último después de denunciar supuestas irregularidades. Su reemplazante fue otro oficialista Marcelo Zarza Montes. La disputa fue con la presidenta del cuerpo Maricruz Lafit quien tuvo que salir a desmentir a su compañera de bloque. 

Al pegar el portazo, Rodríguez afirmó que existían desmanejos en la administración de fondos de la institución, porque “no se da cumplimiento efectivo a los pasos previos para la contratación de proveedores y que los fondos se asignan ‘deliberadamente’ sin tener en cuenta la comisión de infraestructura”. La desmentida de Lafit profundizó la brecha en el bloque oficialista, sobre todo en el contexto posterior a la tragedia en la escuela de Moreno, donde una explosión provocó la muerte de una vicedirectora y un auxiliar.

Pero la salida de la tesorera no fue la primera polémica en la que se vieron envueltos los consejeros de Cambiemos. A principios de año fue Pablo Bolino quien decidió dejar la presidencia del cuerpo por diferencias con su bloque. En marzo fue reemplazado por Lafit.

Tantas intrigas están ligadas a que la composición tiene su correlato en el esquema interno de Cambiemos a nivel local. Y las tensiones que no expresan públicamente sus dirigentes más reconocidos sí explotan en las líneas medias que conviven en un cuerpo de perfil más bajo como el Consejo Escolar.

De los seis consejeros oficialistas hay dos que responden a Allan, quizá el aliado mas fuerte de Garro en la Legislatura bonaerense: son el propio Bolino (el presidente que renunció) y Zarzamontes, el nuevo tesorero. Una consejera, la actual presidente Maricruz Lafit, es del grupo del director del Puerto La Plata Mariano Pennas, un sector que mantiene una distancia del intendente dentro de la interna del PRO. La renunciada tesorera Sandra Rodríguez está relacionada políticamente con el coordinador del Gabinete, el ex Coalición Cívica Oscar Negrelli.

Y los otros dos son de distintas líneas radicales: Eduardo Kechichian pertenece al sector del concejal y presidente de la Junta Central, Claudio Frangul, y José Luis Salanitro a su oposición interna encarnada por el ex diputado provincial Sergio Panella.

El bloque peronista también es heterogéneo, y responde a la disparidad que expresaron las listas que lograron a acceder a bancas en las elecciones de 2015 y 2017. El único de ellos que ocupa un cargo es Dardo Brizuela, un dirigente de origen sindical ligado a una de las agrupaciones internas de UPCN, quien es el secretario del cuerpo y asumió en 2015 con la última lista que encabezó Pablo Bruera como candidato a intendente.

El otro que viene de esa época es Juan Manuel Isasi, quien fuera presidente del Consejo y tiene ligazón política con la diputada Florencia Saintout. Los otros dos consejeros peronistas ingresaron en 2017 en la lista de Unidad Ciudadana. Uno es Emanuel Insaurralde, del sector de la ex decana de Periodismo, y la otra es María Silvina Kociancich del movimiento Octubres que lidera el actual parlamentario del Mercosur, Gastón Harispe.

EL CONTROL POLÍTICO

La situación de varias escuelas sin gas o con problemas estructurales que les impedían el normal funcionamiento hicieron que Garro, hace algunas semanas, ordenara reforzar el control político sobre su bloque de Consejeros Escolares. La decisión se hizo impostergable cuando el reclamo de los gremios docentes explotó en plena sesión del Concejo Deliberante. El intendente llamó a lo consejeros para pedir explicaciones y no encontró respuestas satisfactorias. Fue entonces que convocó al senador Allan para que ejerciera una presión cotidiana.

La orden de que todos los consejeros reporten al legislador pudo tener origen en una presión del gobierno bonaerense, a través del propio titular de la cartera educativa, Gabriel Sánchez Zinny y más específicamente del director provincial de consejeros escolares Marcelo Di Mario.

El trasfondo de la diputa puede rastrearse en los inconvenientes que las pelea interna genera en la ejecución cotidiana de las obras de mantenimiento de las escuelas con esos 2,5 millones de pesos mensuales. A lo que se suma un aspecto que excede al Consejo Escolar, y es la ejecución de los 150 millones de pesos que ingresaron a la Municipalidad de La Plata hasta agosto, por el Fondo de Financiamiento Educativo.

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