La próxima semana se tratará en comisiones de la Cámara de Diputados la nueva ley de alquileres que adopta el proyecto inicial de la que recibió media sanción en el Senado en 2016, por lo cual deberá volver a la Cámara alta para su posterior sanción definitiva.
Los artículos de la ley hablan sobre la duración del contrato, que actualmente es de dos y se extenderá a tres años. El sistema de garantías actual presenta muchas dificultades, por lo cual la idea sería simplificarlo y acceder a ella a través de un recibo de sueldo. También podrán hacerlo mediante garantía real, aval bancario, seguros de caución, garantía personal con certificado de ingresos o garantía de fianza.
A su vez la nueva ley hace hincapié en la actualización de los precios del alquiler, que se fijará al inicio del contrato y recibirá ajustes semestrales, el cual estará contemplado en un promedio entre el índice de precios al consumidor (IPC) y el coeficiente de variación salarial (CVS), es decir, entre la inflación y el salario.
Por otra parte también destaca que los contratos sean registrados ante la AFIP, en búsqueda de formalizar un mercado que actualmente no cuenta con ese marco legal. En tanto, el costo de las comisiones que perciben las inmobiliarias estarán a cargo de los propietarios y no de los inquilinos.