En un contexto de fuerte contracción del consumo, las ventas minoristas de las pymes registraron en mayo una caída del 2,9% interanual a precios constantes, según el último relevamiento publicado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La cifra representa un quiebre luego de cinco meses consecutivos de crecimiento y refuerza la tendencia de desaceleración que ya había comenzado a observarse en abril, cuando el índice mensual retrocedió un 0,7%.
Sin embargo, en este escenario marcado por la cautela y la pérdida de poder adquisitivo, dos rubros lograron no solo sostenerse, sino crecer: perfumerías y farmacias. El desempeño de ambos sectores contrasta con la caída de otros como alimentos y bebidas (–7,6%) o ferreterías (–2,6%).
Las perfumerías lideraron el ranking de ventas con un incremento del 5,2% interanual. La razón principal radica en que, frente a la imposibilidad de realizar grandes gastos, los consumidores optan por productos más accesibles que aún generan una sensación de gratificación. Artículos como fragancias pequeñas o cosméticos económicos se convirtieron en una alternativa viable para satisfacer el deseo de consumo en tiempos de ajuste. Además, el crecimiento del canal online y la previsibilidad de precios favorecieron a los comercios que supieron adaptar su estrategia comercial.
En el caso de las farmacias, el aumento interanual fue del 1,5%. Aunque menor al de las perfumerías, este crecimiento adquiere un valor especial en un contexto en el que la mayoría de los rubros reflejaron caídas. El sostenimiento del sector farmacéutico se vincula principalmente con su carácter esencial. Aun cuando muchas personas optan por reducir gastos, los medicamentos son bienes de consumo prioritario, y esa demanda se mantiene en niveles relativamente estables.
WhatsApp Image 2025-06-16 at 15.15.29.jpeg
La explicación del crecimiento de las ventas
Pero más allá del carácter esencial del producto, hay un elemento estructural que explica por qué las farmacias lograron mantener su estabilidad: los convenios con obras sociales. En provincias como Buenos Aires y Córdoba, donde se concentra una parte significativa del consumo nacional, las farmacias mantienen acuerdos sólidos con las principales prestadoras de salud, lo que les permite contar con una base constante de ventas incluso cuando el consumo de mostrador cae. Aunque los pagos de las obras sociales no siempre son inmediatos, los comercios priorizan esa facturación previsible por sobre ventas irregulares del mercado particular. Otra tendencia que ha favorecido al sector es la migración hacia marcas genéricas o más económicas, lo que permite al consumidor sostener tratamientos sin interrupción y a la farmacia mantener una rotación de stock saludable. La implementación de promociones y acuerdos con prepagas también ha sido clave.
En resumen, tanto farmacias como perfumerías han encontrado formas distintas pero efectivas de adaptarse al contexto de crisis. Mientras que las perfumerías se posicionan como una válvula de escape para el consumidor que busca un gusto accesible, las farmacias se consolidan gracias a su rol esencial y a los acuerdos institucionales que sostienen sus ventas. En un escenario donde la mayoría de los sectores pymes se ven golpeados por la retracción económica, estos dos rubros demuestran que es posible resistir -e incluso crecer- si se identifican correctamente las oportunidades y se actúa con anticipación y estrategia.