La muerte del papa Francisco, a sus 88 años, este lunes generó una enorme conmoción en todo el mundo. Entre su gran trayectoria hay un capítulo especial que lo vincula con La Plata, con un tema particular: los exorcismos. En una extensa entrevista con 0221.com.ar en septiembre de 2018, el cura Carlos Alberto Mancuso -fallecido a los 89 años el 3 de julio de 2023- contó brevemente un aspecto peculiar de su relación con el jefe del Vaticano.
Mancuso entró en el seminario en el año 1951 y desde esos tiempos se interesó por las cuestiones referidas a los exorcismos, a tal punto que muchos años después terminaría siendo el único encargado de realizarlos, los viernes por la tarde en 60 entre 27 y 28. Ahí profundizó su vínculo con el entonces cardenal Jorge Bergoglio.
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El papa Francisco, cuando aún era cardenal Jorge Bergoglio, enviaba endemoniados a La Plata para que Carlos Alberto Mancuso los exorcizara.
"El papa Francisco creía en nosotros"
El cura exorcista de La Plata fue ordenado sacerdote a principios de los sesenta y luego comenzó a llevar a cabo sus prácticas reconocidas por miles de personas que se acercaban a nuestra ciudad para quitarse el demonio de sus cuerpos.
Y tan bien le fue en su labor semanal que el papa Francisco le derivaba a los endemoniados que lo iban a ver a él a la Ciudad de Buenos Aires, antes de convertirse en el Sumo Pontífice. Como crecía la reputación de Mancuso en toda la región, Bergoglio recomendaba a esa gente que viajara hasta La Plata para tratarse con el encargado de comandar estos rituales.
"Ahora en Roma él tendrá un montón de exorcistas a su cargo para actuar cuando necesite. Pero bueno, aquello demuestra que el Papa -cuando estaba acá- creía en lo que nosotros estábamos haciendo", le dijo Mancuso a este portal.
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En este despacho de la parroquia Nuestra Señora de Luján, el cura exorcista Carlos Alberto Mancuso llevaba adelante los exorcismos.
"Todos los obispos católicos son exorcistas per se, por el hecho de ser obispos. Tienen un poder muy grande sobre el demonio, no es necesario recurrir al Santo Padre o a Roma. Nosotros no podemos hacer nada sin el permiso del obispo; entonces tenemos que recurrir a la autoridad eclesiástica para que ellos nos faculten a los sacerdotes simples para este enfrentamiento con el espíritu del mal", había explicado.
Los exorcismos los llevaba a cabo en su pequeña oficina de la parroquia de calle 60 los viernes pasadas las 18. A las puertas de Nuestra Señora de Luján acudían hombres y mujeres de distintas partes del país que aseguraban estar poseídos por el diablo. Algunos de ellos eran enviados por Jorge Bergoglio, más adelante el papa Francisco.
