La boleta única de papel que buscará impulsar el Gobierno muestra toda la oferta electoral de un distrito en un solo papel y cuenta con casilleros para votar.
Si bien en las últimas semanas los esfuerzos del Gobierno nacional estuvieron centrados en la sanción de la Ley Bases, un sector de la administración libertaria trabaja con miras al 2025 e intentará reactivar la boleta única de papel en el debate parlamentario.
Se trata de un proyecto que fue impulsado en 2022 por la diputada del PRO Silvia Lospennato y que ya tiene media sanción en la Cámara baja. La Libertad Avanza (LLA) quiere aprovechar la aprobación en Diputados para volver a impulsarlo en el Senado antes de noviembre, de forma tal que se pueda aplicar este sistema en las elecciones legislativas del año que viene.
Uno de los principales argumentos del oficialismo para retomar la discusión por la boleta única tiene que ver con la cuestión presupuestaria. En el equipo de Javier Milei sostienen que la impresión de boletas es uno de los rubros más costosos en el proceso electoral.
A diferencia de la boleta tradicional, en la boleta única de papel el votante marca su decisión en una planilla y también puede votar a distintas agrupaciones por categoría utilizando un lápiz o lapicera. En caso de que alguien quiera votar en blanco, debe dejar los casilleros sin rellenar, en lugar de meter en la urna un sobre vacío.
En la boleta única de papel el voto se hace marcando los casilleros correspondientes a los partidos o frentes electorales para cada categoría. Antes de ingresar al cuarto oscuro, el votante recibe en mano la boleta única donde marcará sus opciones con un lápiz o lapicera.
Se trataría de un cambio abrupto respecto al sistema actual, ya que la boleta única es una sola por cada votante y la impresión la realizaría el Estado, sin la participación de los partidos políticos. De esta manera, se terminarían prácticas como el robo de boletas, las roturas o las boletas truchas.
Por otro lado, ya no sería necesario acondicionar tantas aulas para votar debido a que el proceso electoral se agilizaría y los cuartos oscuros podrían ser más chicos o directamente boxes de votación.