Durante el Viernes Santo, el Arzobispo Carrara reflexionó sobre el amor de Cristo en la cruz y lideró el Viacrucis acompañado por cientos de fieles.
En una emotiva celebración del Viernes Santo, el arzobispo de La Plata, Gustavo Carrara, presidió la liturgia de la Pasión del Señor en la Basílica San Ponciano. Acompañado por sacerdotes y fieles, reflexionó sobre el sacrificio de Jesús, su reinado de amor y la esperanza en su misericordia, antes de encabezar el tradicional Vía Crucis hasta la Catedral.
La liturgia de la Pasión del Señor arrancó en el Santuario de María y todos los Santos, conocido como la Basílica San Ponciano. Acompañado por el padre Matías Villarreal y el párroco Guillermo Oría, el prelado invitó a los presentes a contemplar el misterio del amor de Cristo en la cruz.
Durante el Jueves Santo, Gustavo Carrara compartió una merienda con los pacientes y presidió la Misa de la Cena del Señor en la ciudad de La Plata.
Para este fin de semana largo en La Plata, la agenda cultural por el feriado de Semana Santa, está cargada de música, teatro y varios espectáculos artísticos.
Durante su homilía, Carrara señaló que todo lo vivido y escuchado en las lecturas, el Salmo y la Pasión podía resumirse en una sola idea: "Todo esto es por nosotros, por amor a nosotros". En este sentido, subrayó que "Jesucristo nos amó y nos salvó", y que "nuestra esperanza es su misericordia".
El Arzobispo describió a Jesús como un rey crucificado, coronado de espinas, que reina a través del servicio y del amor llevado hasta el extremo. "Su reinado es un reinado de amor y de servicio, que le lleva hasta el extremo de dar la vida", expresó.
También dejó un mensaje especialmente conmovedor al recordar que muchas personas se preguntan si valen algo: "Valés mucho, valés un Dios crucificado", afirmó con contundencia.
En ese marco, Carrara destacó que la actitud frente a la cruz debe ser de adoración, como se expresa en la liturgia del Viernes Santo. Y concluyó pidiendo una gracia especial: “nunca dudar del amor de Dios, porque ese amor lo llevó a dar la vida por nosotros”.
Tras la celebración, se llevó a cabo el tradicional Viacrucis, en el que participaron numerosos fieles de distintas comunidades, acompañando la procesión hasta la Iglesia Catedral. Estuvieron presentes el Obispo Auxiliar, Mons. Jorge González, y varios sacerdotes.
Cada participante del Viacrucis portó pañuelos de diversos colores, símbolo del Jubileo y de la Cruz Jubilar que recorre el mundo y especialmente la Iglesia arquidiocesana. El Arzobispo agradeció la masiva participación, destacando el clima de fe y comunión vivido durante toda la jornada.