El reportero gráfico de 0221.com.ar y AGLP, Marcos Gómez contó la historia de la foto capturada el día después de la muerte de Kim.
El caso de Kim Gómez, la nena de 7 años que fue asesinada en medio de un feroz robo en La Plata, sigue conmocionando a todo el país y una foto se convirtió un emblema del desesperado pedido de justicia que encabezan sus papás. La imagen recorrió los medios de comunicación locales y nacionales y se grabó en la memoria de quienes la vieron, pero también en el alma del fotógrafo que capturó el triste momento.
El último miércoles, Marcos y Nicolás Gómez, papá y tío de la nena respectivamente, recorrieron el trayecto exacto por el que la pequeña fue arrastrada, iniciando en 25 y 72, donde los dos delincuentes involucrados en el hecho se hicieron con el Fiat Palio de color rojo que conducía su mamá; hasta 28 y 82, donde perdieron el control del vehículo y chocaron contra un poste de luz.
En medio del calvario que atraviesa por la muerte de Kim Gómez, Marcos sorprendió con un pedido muy especial a toda la comunidad.
En medio de una jornada dolorosa, en la que miraron a la cara de los dos asesinos de su hija Kim Gómez, Marcos y Florencia dicen que respiraron justicia".
En medio de un clima de tensión y tristeza, uno de los fotógrafos de la Agencia Gómez La Plata (AGLP) y 0221.com.ar logró una imagen única: la foto los a ambos de espalda, con Nicolás caminando mientras se agarra la cabeza con las manos y, unos metros más adelante, Marcos se encuentra inmóvil y agachado junto a la marca que los neumáticos del dejaron sobre el asfalto en Altos de San Lorenzo.
Marcos Gómez, reportero gráfico de AGLP y 0221.com.ar, fue el autor de la toma que desde entonces recorre el país y contó la historia detrás de la conmovedora imagen.
El fotógrafo llegó a la intersección de 25 y 72 el día después de la tragedia y junto a la periodista Laura Agostinelli comenzaron a charlar con los vecinos. "No teníamos ninguna imagen que nos contara o resumiera lo que había pasado", comentó sobre aquella mañana del miércoles 26 de febrero. Ambos siguieron el recorrido por la 24, donde se veía una persistente marca en el asfalto extendiéndose por aproximadamente 500 metros. Al final de aquella huella, entonces, se toparon con los protagonistas de la trágica foto, caminando por donde habían circulado los asaltantes.
"Cuando llegamos a hacer la cobertura con Laura vimos que a 100 metros había dos hombres haciendo ademanes, muy tristes y siguiendo el camino del horror", contó Gómez y agregó: "Como los vi en una situación muy íntima, me acerqué cautelosamente y a medida que yo avanzaba, ellos también lo hacían. Siempre tomando la distancia que uno le da por respeto".
Marcos capturó la escena sni siquiera saber todavía quiénes eran y qué relación tenían con la pequeña, así como tampoco la trascendencia que tomarían aquellas imágenes. Así, mientras su labor avanzaba y dialogaban con los vecinos consiguiendo detalles de lo sucedido, uno de los frentistas le dio otra perspectiva a toda la escena: esa persona les confirmó que los dos hombres eran el tío y el papá de Kim.
"Enseguida supe que tenía una gran foto, porque me parecía que había resumido todo. También supe que al fotografiarlos de espalda, con una imagen en la que puede ver su identidad, la foto tiene otro valor y simboliza lo que simboliza, porque podríamos ser cualquiera de nosotros", ahondó Gómez sobre la composición de la toma que finalmente terminaría convirtiéndose en un emblema del caso y una bandera del pedido de justicia.
Pese a que muy pocos finalmente reconocieron la autoría de su imagen, lo cierto es que la foto se viralizó en cuestión de horas luego de que 0221.com.ar la diera a conocer y Marcos celebra hoy que ello haya sucedido. "Si la foto simboliza, resume y cuenta algo, es un premio. Pero sobre todo porque si queda en el imaginario de la sociedad, también es un aporte para lograr que se haga justicia por Kim y ese es mi aporte", sintetizó el fotógrafo platense que, además, se sintió particularmente interpelado por lo sucedido.
Gómez, al que ya le ha tocado cubrir otras tragedias y hechos policiales de gran sensibilidad, confesó que en este caso se sintió estremecido a medida que transitaba las mismas cuadras por las que la pequeña había sido arrastradas. "Me cuesta conmoverme en este tipo de situaciones, pero reconozco que fui puchereando mientras caminábamos, porque tengo una hija de 18 años y me puse en el lugar del papá, que además se llama igual que yo, Marcos Gómez", sostuvo al respecto.
Marcos también estuvo presente un día después en la marcha organizada para pedir justicia por la nena, cuando los papás de Kim prestaron declaración en el juzgado y allí registró otra escena desgarradora: la de la mamá de la pequeña, con lágrimas en los ojos, saludando desde una ventana a los familiares, amigos y vecinos que se acercaron hasta la sede de los tribunales de 8 entre 56 y 57 para pedir por el esclarecimiento del crimen de su hija.
"Nosotros tenemos un rol que es difícil, a veces la gente nos ve como oportunistas; pero yo en esos casos, tanto ahí como en otras noticias, soy los ojos de la gente", cerró Marcos.