El de 17 años con prisión preventiva. El de 14 con una medida de seguridad. Cómo sigue el proceso y qué pasará con los acusados por la muerte de Kim Gómez.
Una jueza de La Plata convirtió en prisión preventiva la detención del joven de 17 años acusado por el crimen de la nena Kim Gómez en el marco de un robo automotor. En tanto, su presunto cómplice de 14 años, seguirá alojado en un centro de menores en el marco de una medida de seguridad.
La decisión fue rubricada por la titular del Juzgado del Garantías del Joven 1 del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, María José Lescano, quien hizo lugar a los pedidos solicitados por la fiscal del fuero, Carmen Ibarra. No había otro camino posible tal como anticipó este medio.
La muerte de Kim Gómez en La Plata hizo que se reactivara la discusión sobre el Régimen Penal Juvenil con distintos proyectos, entre ellos uno del oficialismo.
La conmovedora secuencia ocurrió en el Fuero Penal de La Plata, ubicado en 8 entre 56 y 57, después de ver al padre de Kim Gómez llegar al lugar.
El joven de 17 años fue asistido por la defensora oficial Raquel Ponzinibio, mientras que el de 14 contó la defensa pública de Ricardo Berenguer. Cabe recordar que el más chico de los acusados está exento de la ley Penal y no será condenado por el hecho que conmocionó al país y abrió el viejo y desteñido debate de la baja de edad de imputabilidad, una discusión que es una de las grandes y serias deudas de la democracia en Argentina.
Desde Tribunales confirmaron a este medio que “se dictó la prisión preventiva para el de 17 por 180 días que es lo que dice la ley y antes se eleva a juicio”. “Respecto del chico de 14 pidió declarar y si bien se ubicó en el lugar con el de 17 dice que no participó del hecho.”
“La próxima semana habrá una nueva audiencia para analizar prueba a producirse”, adelantaron las fuentes consultadas.
Con este paso procesal sorteado ahora la fiscal tiene un plazo de tres meses, prorrogable por otro período similar, para solicitar (o no) que el joven de 17 años sea llevado a juicio oral. Si en esa instancia es encontrado culpable se le aplicará una pena de cumplimiento efectivo. Todo el tiempo que lleve encerrado de manera preventiva se tomará a cuenta de la eventual condena.
La carátula del hecho es “homicidio en ocasión de robo”, delito que tiene una pena en expectativa de 10 a 25 años, pero en el caso de los menores la escala penal se reduce a la mitad, es decir, de 5 a poco más de 12 años. En cualquier caso, la condena es de cumplimiento efectivo.
Los padres de Kim Gómez, la pequeña asesinada por delincuentes, reclamaron que “justicia es que los detenidos paguen”. Florencia y Marcos, los padres de Kim, presenciaron una de las audiencias contra los detenidos y en la puerta del juzgado contaron que pudieron verse cara a cara con el chico de 17 años.
“Fue difícil, pero estuvimos. Florencia se la bancó y pudo ver a los asesinos. Al chico de 17 años le dije cosas y ahora me siento mejor”, contó el papá de la niña ante la multitud de vecinos que lo aplaudían.
Aunque no quiso dar detalles sobre cómo fue el encuentro, Marcos remarcó: “Me quiero guardar para mí las sensaciones que tuve, feas, malas y hasta buenas”.
Se trató de la primera vez que Florencia habló de manera pública y en medio de un llanto, que conmocionó a todos los participantes, expresó: “Kim no es la primera, pero quiero que sea la última”.
La mujer era quien estaba dentro del vehículo robado por los menores y vio cómo arrojaron a su hija y arrastraron durante 15 cuadras: “Me la destrozaron, no me puedo olvidar esas imágenes”.
Florencia habló sobre el encuentro con el menor de 17 años y manifestó: “Lo vi cara a cara, no le dije nada, pero lo miré. Justicia es que los detenidos paguen”.
Ambos sostienen que es necesario que, a partir del caso de su hija, se hagan cambios profundos para “que no vuelva a pasar”.
“Hoy me encuentro vacío, siento que tengo que hacer algo por mi hija, para que no quede en vano. Me daría orgullo decir 'a mira, este cambio fue por Kim', eso me daría paz”, remarcó Marcos.
Marcos y Florencia expusieron el dolor constante que sienten: “Lo difícil ahora es llegar a casa, pasar por la escuela. Ya no vamos a ir a buscarla a las actividades, queríamos que ella sueñe en grande”.
“A los adultos responsables, piensen que nos arruinan, no puedo entender el desamor, pidan ayuda si no pueden con sus hijos”, exclamó acerca del diálogo que tuvo con el papá del mayor de los detenidos.