Por Rita Gajate, rectora de la UCALP
Tras el fallecimiento del papa Francisco, la rectora de la UCALP compartió su reflexión sobre la labor del Sumo Pontífice.
Por Rita Gajate, rectora de la UCALP
La vida de nuestro Francisco ha sido y será signo de esperanza. No solo para la Iglesia Católica sino para la humanidad toda.
En mayo del año pasado se conoció el trasfondo de la decisión tomada por el jefe del Vaticano, fallecido este lunes.
El Vaticano anunció esta mañana el fallecimiento del papa Francisco a los 88 años de edad y durante la tarde dio a conocer la causa de su deceso.
Miró con los ojos de Jesús a quienes más necesitan de un Dios que es Padre y toda misericordia. Los descartables para el mundo: los ancianos, los débiles, los pobres, las periferias, los solos, las mujeres, los migrantes, los olvidados… fueron para Él su prioridad. Respondió a su clamor y lo hizo no solo con palabras sino con gestos, con innumerables gestos, a la manera de Jesús.
La mirada del Papa Francisco sobre nuestra Casa Común fue mucho más allá de los hechos graves que caracterizan nuestro tiempo. Es profunda, aguda y expone con claridad las problemáticas y su entramado.
Tuvo Francisco la gracia de ser el primer Papa no europeo y se acercó no solo con sus palabras sino que visitó la Iglesia en Oriente. Se hizo más joven con los jóvenes: los invitó con su lenguaje cercano, empático a “jugar en equipo para Dios”.
Predicó con ojos de misericordia (2015, Año de la Misericordia) y nos regaló su genial encíclica Dilexit nos en la que nos enseña que “Cristo muestra que Dios es proximidad, compasión y ternura” (DN, 35) y que “sólo Él puede liberarnos de esa fiebre donde ya no hay lugar para un amor gratuito. Él es capaz de darle corazón a esta tierra y reinventar el amor allí donde pensamos que la capacidad de amar ha muerto definitivamente” (DN, 218).
Evangelizó por todos los medios y de múltiples formas. Habló por sus Encíclicas, Cartas pastorales y más allá de ellas. Laudato si, Laudato Deum, Evangelii Gaudium, Querida Amazonia, Amoris Laetitia, Fratelli Tutti y tantas y brillantes e iluminadas alocuciones. Antes de irse nos invitó a vivir un Año de Esperanza y a ser “signos de esperanza” para un mundo que camina en sentido contrario.
Convocó sínodos y condujo a la Iglesia sinodalmente, es decir, escuchándonos unos a otros y escuchando al Dios que conduce la historia a través de “los otros”.
Tuvo mirada de educador: “No existe la educación estática”… “Educar es un acto de esperanza y solidaridad generacional, de esperanza y solidaridad intergeneracional”[1], con estas palabras Francisco nos anima a repensar el proceso educativo con una mirada orgánica, holística, vinculada y totalizadora.
Para el sistema educativo, escuelas, colegios, universidades la convocatoria consiste en pensar y dar forma a este estilo de educación. Su pensamiento esclarece que “el estudio sirve para hacerse preguntas, para no ser anestesiado por la banalidad, para buscar sentido en la vida” [2].
Se hablará de Él mucho todavía… Y se lo citará toda vez que querramos pensar un mundo mejor, una humanidad más humana y en cada construcción acerca de un futuro más digno y más hogar.
Pero como, dice San Juan de la Cruz: “en el atardecer de la vida seremos juzgados en el amor”. Y fundamentalmente Francisco amó:amó su vocación sacerdotal y de Pastor, amó a los suyos empezando por quienes necesitaron más de su amor, amó la Iglesia como “hospital de campaña”, y amó su misión hasta el último día.
Hoy te despedimos querido Papa Francisco con el dolor del adiós. Agradecemos por tu vida y tu entrega. ¡Hasta que nos volvamos a encontrar en el corazón de Dios!
[1] Papa Francisco (2020). Misión 4.7, relacionada con la aplicación del 4°objetivo de la Agenda de las Naciones Unidas 2030. 16/12/2020. Disponible en: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2020-12/papa-la-educacion-es-un-acto-de-esperanza.html
[2] Para Francisco (2019) Christus vivit. N° 222. Disponible en: https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20190325_christus-vivit.html