Sebastián Boselli puso el primero para Estudiantes de cabeza para pasar al frente en Santiago del Estero; Alexis Manyoma puso el segundo.
Estudiantes busca una nueva consagración en el Estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero. La final del Trofeo de Campeones tiene un escenario y un rival comunes con la definición de la Copa Argentina, que quedó en manos del Pincha; y, al menos en el inicio, todo resulta esperanzador para el León.
Corrían 24 minutos de la primera parte cuando en la popular sur del estadio santiagueño los hinchas albirrojos se llenaron la boca de gol tras el cabezazo de Sebastián Boselli, con el que el Pincha se puso al frente del marcador al igual que en la final pasada.
A penas se abrieron las puertas del Estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, los hinchas de Estudiantes coparon todas las instalaciones.
La fórmula de la casa: pelota parada, cabeza y gol. Así fue como desde los pies de Joaquín Tobio Burgos el defensor central uruguayo se impuso entre los defensores velezanos para estampar la pelota contra el travesaño y que luego ingrese por la espalda de Tomás Marchiori.
Apenas tres minutos duró la mínima ventaja en favor del conjunto de La Plata y es que en una nueva pelota parada el conjunto de Eduardo Domínguez puso el segundo gol del partido para darle un baldazo de agua a Vélez en Santiago.
Fue Alexis Manyoma quien capturó un cabezazo en el área del Fortín tras un centro desde la mitad de la cancha y remató al primer palo de Marchiori, quien volvió a tocar la pelota pero no pudo evitar que entrara en su arco con total claridad.
Estudiantes planchó el partido en el complemento y se avocó al contraataque, cosa que le sirvió para poder estirar su ventaja en el marcador y sentenciar la final para conquistar una nueva estrella en este 2024.
Fue a los 31 minutos cuando Eric Meza se proyectó por la banda derecha para tirar un centro al punto del penal donde Guido Carrillo apeló a su arma letal y metió un cabezazo direccionado al palo izquierdo de Marchiori que nada pudo hacer para contener el enorme tiro del delantero estrella del Pincha.