Estudiantes volvió a protagonizar un partido luego del episodio de convulsión que sufrió Javier Altamirano. En la previa al partido, el chileno estuvo presente en el club saludando a sus compañeros. En la cancha de Defensa y Justicia, también llego el reconocimiento para Altamirano, esperando una gran recuperación.
Javier Altamirano se reencontró con sus compañeros en el Country de City Bell luego de haber atravesado días de intensos chequeos y estudios tras su convulsión en el partido ante Boca en UNO. Risas, abrazos y la vuelta del mediocampista que espera más definiciones médicas de cara al futuro.
En primer lugar, en el vestuario de Estudiantes colgaron la camiseta 17 de Altamirano como si fuese un compañero más en el partido. En el ingreso de los jugadores también tuvo su momento y en la foto del conjunto estuvo presente el dorsal del chileno que no estará en las canchas por lo menos por un año, hasta que se esté óptimo de salud.
Javier Altamirano quedó internado de urgencia luego del partido de Estudiantes ante Boca, el cual quedó inconcluso. Desde entonces tuvo un primer periodo de estabilización en el IMP (Instituto Médico Platense), luego paso al cuidado del neurólogo Sebastián Ameriso, que lo trasladó para su tratamiento en el Instituto Fleni. Desde el miércoles esta en su casa, cuando fue dado de alta y siguió su recuperación.
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La camiseta de Javier Altamirano en el vestuario de Estudiantes
¿Qué fue lo que le pasó a Javier Altamirano?
Altamirano sufrió una convulsión a los 27 minutos del encuentro que el Pincha disputaba en UNO ante Boca. El chileno se desplomó en el campo de juego y requirió la rápida intervención del personal de Salud, que definió su trasladado al IMP para estabilizarlo. Finalmente, se dispuso que el jugador continuara su tratamiento en el Fleni, donde afortunadamente se recupera con rapidez.
Luego de los primeros estudios realizados, se determinó que la causa de la convulsión que sufrió en pleno encuentro con Xeneize se debió a una trombosis del seno longitudinal superior (cerebro). En ese marco y aunque no existe una fecha cierta para su total recuperación, los expertos pronostican que el tratamiento podría extenderse durante al menos un año.