Eduardo Domínguez está al frente de una nueva etapa de reconstrucción de Estudiantes, un plantel que desde la consagración a finales del 2023 en Copa Argentina y a mediados de este año en la Copa de la Liga sufrió una sangría absoluta, casi como ningún otro equipo en el complejo fútbol argentino.
De aquél equipo que le ganó a Defensa y Justicia quedan muy pocos. Esa noche formó con Mariano Andújar, Leonardo Godoy, Santiago Núñez, Zaid Romero y Eros Mancuso. No queda nadie, solo Federico Fernández y Gastón Benedetti (y se puede ir) que ingresaron en el complemento. La mitad del campo formó con Fernando Zuqui, Facundo Rodríguez, José Sosa, Franco Zapiola y Benjamín Rollheiser.
Solo quedó José Sosa, Santiago Ascacíbar, que venía de una lesión y esa noche jugó los últimos 20 minutos, y Pablo Piatti, que continuará hasta fin de año. Adelante jugó uno de los pocos sobrevivientes: Guido Carrillo. Mauro Boselli entró en el segundo tiempo y luego se retiró. De ese plantel permanecieron Mauro Méndez (hoy lesionado), Luciano Lollo, Javier Altamirano (volviendo después de casi 6 meses), Alexis Manyoma (que puede irse) más algún juvenil.
Estudiantes Campeón Copa Argentina 3.jpeg
La primera reconstrucción de Eduardo Domínguez
A principios de año llegaron Enzo Pérez, Javier Correa, Eric Meza, Edwuin Cetré, Tiago Palacios y Matías Mansilla. Más allá de los nombres hoy el plantel no tiene los 30 goles que hizo Boselli en 2 años (el máximo artillero que tuvo nuestro fútbol en ese lapso), los 10 que aportó Correa y los que hacía Méndez (goleador del ciclo Domínguez). Perder goles es complicado y cuesta reemplazarlos.
En el título de la Copa de la Liga, el entrenador contaba con los 11 titulares que elegía más variantes del mismo peso como Federico Fernández, Meza, Santiago Flores, Zapiola, Piatti, Zuqui, Correa y Méndez. Algunos más importantes que otros y con una mayor participación. El equipo siguió siendo competitivo y sorteó contratiempos para alcanzar la nueva estrella.
Estudiantes Campeón Copa de la Liga (9).JPG
El éxodo de Estudiantes
Con todos los futbolistas que se fueron en 8 meses más los que se perdieron por lesiones, Domínguez podría armar un equipo distinto al actual: Andújar; Godoy, Núñez, Romero y Mancuso; Zuqui, Rodríguez, Zapiola y Rollheiser; Correa y Boselli, más alternativas como Altamirano y Méndez que hoy no están.
Tanto es así que frente a Boca llevó 3 jugadores menos al banco y realizó solo 2 modificaciones. De los juveniles apenas se mantuvo Román Gómez y el entrenador brindó su punto de vista: “No están a la altura. Hay un cartel en el vestuario que dice para estar en este lugar hay que merecerlo y no lo están mereciendo. No cualquiera puede estar en ese vestuario, no les quiero hacer un daño y bajaron a reserva para que vuelvan a ganarse una oportunidad. Deben destacarse para volver a estar. Si tenemos que ser 20, seremos 20, no hay problema”.
Estudiantes Newell's Domínguez.png
Los objetivos y los desafíos
Eduardo Domínguez sostiene permanentemente que se transita por un momento de reconstrucción y en ese camino la irregularidad, que no es exclusiva de Estudiantes, es el común denominador. El hincha exige más, se acostumbró a estar siempre arriba y tanto el DT, como los jugadores y los directivos lo saben. Puertas para adentro saben que la final del Trofeo de campeones de fin de año no puede ser el único objetivo, lo mismo que lo que resta de la Liga Profesional.
El entrenador siempre es muy claro al opinar, se puede coincidir o no pero siempre invita al debate las pocas veces que tiene contacto con la prensa. Hoy los entrenamientos no se ven, los off de récord no existen más, los tiempos cambiaron en ese sentido para mal y hay que adaptarse. Solo se puede analizar el examen final de cada partido.
“Los cambios que hubo fueron drásticos y afectan, necesitamos que aparezcan jugadores que nos aporten otras soluciones. Nuestro desafío es buscar que el equipo juegue lo mejor posible, y lo tenemos que encontrar lo más rápido posible. Nos tenemos que preparar para una final en diciembre, estar entre los 3 mejores de la tabla anual y armarnos para lo que viene el próximo año”, aseguró el entrenador.
Estudiantes y Domínguez se encontraron en el momento justo hace casi un año y medio. Ambos saben cómo recorrer el camino, los obstáculos que hay que sortear. Reconstruirse no es sencillo. Lo importante que para encarar esta nueva reconstrucción es saber que no podrá faltar trabajo y tomar buenas decisiones. Será la mejor receta para gambetear la irregularidad. La meta a cumplir es volver a ser confiable como equipo.