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Sergio Vigil fue designado como Director Estratégico del Hockey del Club Universitario.
Foto: Marcos Gómez | AGLP
El año pasado Cachito dejó de ser entrenador de Las Diablas, la selección de hockey de Chile y en la U comenzaba el operativo para "repatriarlo". "Ya había anunciado que iba a dejar y ahí Marcelo pensaba que ya me volvía a la Argentina y entonces se comunica conmigo para ir a tomar un café. Me dijo: '¿Y Cachito... vas a estar ahora más tiempo acá en la Argentina?". Y ahí le dije que no, que no iba a estar", cuanta. "Mi familia me mata, vengo poquito tiempo". Y ahí no sé cómo salió y le digo: "Lo que podría venir es un día al mes, más no podría porque me matan y eso no puede ser".
Lo que se presentó como una "idea loca", terminó siendo el desembarco del DT más ganador del hockey argentino en Gonnet. "Vimos una posibilidad de empezar a cumplir una función de director estratégico del proyecto, para capaz no tener que estar todo el tiempo pendiente en el club", recuerda.
"Lo que me pasó con Universitario es que me entusiasmaron las ganas que tenía el club, que están teniendo para construir cada día un sueño grande. Había ganas, gente linda, gente buena, gente sana. Hay talento, profesional y una identidad de club increíble. Cuando empecé a comunicarme con las personas del club me di cuenta que lo quieren muchísimo y es una familia", destaca vigil.
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La llegada de Vigil a La Plata inició como una "idea loca" y hoy es una realidad.
Foto: Marcos Gómez | AGLP
"Yo siempre me guío para tomar decisiones por el pensamiento, me tiene que pasar algo en la tripa. Y la tripa me dijo, '¿porqué no?'. Cuando lo hablé con la familia estuvieron de acuerdo y empezamos con algunos miedos, porque yo estoy acostumbrado a estar mucho tiempo en el lugar. A mí me gusta sumar y conocer a todos los empleados", agrega, apasionado.
—Hay dos palabras que son importantes para vos: educación y comunidad. ¿Encontraste esto en el club?
—Fue muy lindo tener una propuesta en la Argentina de un club que tiene un sueño grande, que es crecer y no solo de manera deportiva sino también humanamente. Hay una cantidad de jugadoras y jugadores enormes, me entusiasmó eso y hoy estoy muy feliz. Hoy cada vez que vengo al club siento una energía lindísima y vivo el momento. Esas pueden ser dos claves para llegar a esa identificación, sumado a los resultados deportivos que pueden llegar o no, digamos... pasa un poco por ahí: educación y comunidad. El club tiene una escuela a la que van un montón de chicos, jardín... tiene todo. Una de las cosas que me encantó es entrar en un club donde hay educación, donde hay colegio y donde muchísimas personas que van al colegio son del club. Para mí la educación, la formación humana es fundamental. Y lo otro es la comunidad, la familia.
Fue muy lindo tener una propuesta en Argentina de un club que tiene un sueño grande, que es crecer y no solo de manera deportiva sino también humanamente Fue muy lindo tener una propuesta en Argentina de un club que tiene un sueño grande, que es crecer y no solo de manera deportiva sino también humanamente
—¿Es más difícil hoy sostener esos principios y transmitirlos a los más chicos?
—A veces tengo miedo que con todos los cambios que se producen en estos tiempos, que se cometa la negligencia de cambiar los clubes por otra cosa. Para mí los clubes son uno de los lugares donde se genera mayor educación, es una universidad de vida. En los clubes se aprenden los valores esenciales que son de amistad, de respeto, donde se desarrolla el amor por lo que hacés y con quién lo hacés. Se genera una identidad linda: hermandad de camiseta. Esa parte me entusiasmó mucho, en el Club Ciudad de Buenos Aires, que también es un lugar al que estoy esperando poder devolverle todo lo que me dio. Lo que pasa es que en este momento no podía, porque no me imaginaba sin estar todo el tiempo en un lugar trabajando... ya se va a dar en algún momento. Y en este caso de Universitario, en el rol que me pedían, era un rol posible y me di cuenta que podía llegar a ayudar, a empoderar sobre todo a entrenadores y entrenadoras del club para que ellos también sigan empoderando a los deportistas. Desde ese lugar yo siento que va a ser algo va a ser un ganar.
—¿Que Marcelo Galland sea exjugador, es un plus?
—Sin duda, Marcelo fue jugador de hockey, pero principalmente fue y es un deportista. El deportista lo es toda su vida y se ha encontrado con esta nueva función, son esas cosas que aparecen en la vida... él se involucraba. Él era capitán de su equipo de hockey y luchó junto con otras personas del club para ir generando transformaciones deportivas y humanas en los equipos, y lo fueron logrando.
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Cachito destaca algo clave que todos tienen en el Club Universitario: humildad, amistad y hermandad de camiseta.
Foto: Marcos Gómez | AGLP
Humildad, amistad y hermandad de camiseta: lo tienen todas las personas, los entrenadores, las entrenadoras, los chicos, las chicas que juegan, tienen un sentimiento muy fuerte de su club. Lo quieren a su club, lo quieren mucho, noto que es su segunda casa, es un lugar en donde quieren estar, no es simplemente un lugar donde se desarrollan su actividad deportiva y eso es muy preciado.
—¿Con qué club te encontraste?
—Cuando decía que hay gente sana, son personas que tienen espíritu aprendiz y que tienen un gran respeto por las personas que los han entrenado, que los están entrenando y que los entrenarán. Muchas veces abro la conversación para conocer entrenadores, entrenadoras que han tenido distintas camadas deportivas y ellos hablan con mucho respeto.
Crecimiento deportivo y humano
—¿Creés que el éxito deportivo también tiene que estar?
—Una de las cosas que pasa en el club es que es gigante, tiene mucho espacio de descubrimiento todavía y no me cabe la menor duda que año tras año va a ir creciendo y que se va a constituir en un club referencia. Hoy en varones lograron estar en primera A y ha costado mucho y ha sido el trabajo de muchas gestiones, de entrenadores, jugadores y hoy es un equipo muy respetado en la categoría.
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El Club Universitario no para de crecer e invertir en infraestructura y eso fue fundamental para convencer a Vigil.
Foto: Marcos Gómez | AGLP
En el caso de las chicas, que hoy tienen cinco ramas, A, B, C, D y E, sabemos que Jugar en la categoría A es dificilísimo, lo mismo la categoría B y la C, que es una buena categoría. Todos los equipos van queriendo ascender y todos juntos no pueden ascender. Yo he visto a todas las primeras y son todas competitivas y muchas chicas que hoy están en una línea C o en una línea D tranquilamente pueden pasar a una línea superior.
Es un camino donde hay que construir ganancias, cada día ser un poco mejor que el día anterior y yo calculo que en cuatro años van a estar en una categoría que sale por televisión, poquito a poquito. Va a ser un año de mucho crecimiento. El año que viene va a ser un año que van a empezar a pasar otras cosas. El siguiente va a ser de una consolidación y en el cuarto año el golpe, va a haber una revolución.
—Más allá del material humano también, ¿qué otra característica es importante para llegar a estos logros?
—Que la familia del club pueda estar a punto de inaugurar una cancha de sintético de agua es un logro impresionante. Fue un esfuerzo muy grande y que va a provocar un logro todavía mucho más grande. En esa cancha de agua se va a dar un salto de calidad. Ahora va a tener una cancha de arena y una cancha de agua y el crecimiento, va a aumentar muchísimo. Es verdad que cuando un equipo está acostumbrado a jugar en la arena lleva un tiempo de adaptación, pero después viene un crecimiento inusitado. Y aparte están las ganas. Yo veo que todas las categorías entrenan con una pasión: no importa la letra.
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Vigil destaca todo lo hecho hasta ahora, pero, sobre todo, el potencial que existe en el Club Universitario y en La Plata.
Foto: Marcos Gómez | AGLP
—¿Cuál es la estrategia para alcanzar los logros deportivos?
—Es un orden, todas las categorías entrenan con la disciplina, con la pasión, con el espíritu aprendiz de equipos realmente competitivos de categorías A. Hay que tener paciencia y consistencia. O sea, esa paciencia de búsqueda permanente es más tranquilidad. Esa suma de ganancias inevitablemente abre la puerta del resultado numérico. Hay que respetar esos procesos de crecimiento y hay que saber tener la audacia, la contundencia y la determinación para cuando ya creciste y llega el momento, creerte el cuento, creer de verdad, abrir la puerta, sí, de par en par; pero saber golpear la puerta, porque muchas veces hay que esperar el momento para abrir esa puerta. Acercarse, golpear, golpear, acercarse. Es como que vos vas golpeando, golpeando, golpeando. Y es medio como que en realidad se termina abriendo sola. Llega un momento que no puede estar más cerrada.
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Más allá de los objetivos concretos, Vigil no se puso plazos y avisa que estará unos meses o quizás años.
Foto: Marcos Gómez | AGLP
—¿Te propusiste plazos?
—Quizás esté tres meses, un año, dos años o mucho más. Lo único que quiero es que si estoy tres meses nada más, el gran desafío, es que cada persona del club se dé cuenta que vale, que permita descubrirse. Se van a sorprender. Más allá de la gratitud y lo contento que estoy en el proyecto de hockey con el Club Universitario de La Plata, mi gran felicidad es estar nuevamente en un proyecto para el hockey en la Argentina. Por eso, mi equipo más importante siempre va a ser el hockey. Y el hockey involucra a todo el hockey, más allá de cualquier camiseta. Lo único que quiero es servir al hockey y poder devolverle todo lo que me dio, que no me va a alcanzar el tiempo de vida para hacerlo.