En el marco de un operativo de tránsito en Berisso, los efectivos secuestraron diez motos por diversas infracciones y una tenía un termo de caño de escape.
El viernes se desarrollaron diversos controles de tránsito en varios puntos de Berisso y los inspectores de secuestraron diez motos por diversas infracciones. Uno de los rodados llamó particularmente la atención de los agentes por una insólita modificación. En lugar del caño de escape, tenía instalado un termo de agua caliente.
Según informaron las autoridades de Berisso, durante los procedimientos realizados en los turnos mañana y noche se detectaron motocicletas con distintas irregularidades, como la falta de licencia de conducir, de espejo seguro y de casco, tanto en conductores como acompañantes. Además, se constató el uso de escapes no homologados, incluyendo el caso inusual del escape improvisado con un termo para provocar explosiones mientras circulaba.
En el marco de un plan de remoción de vehículos quemados y abandonados, la Municipalidad retiró vehículos vandalizados en Los Hornos, Tolosa y Hernández.
Carlos Bianco dio detalles del operativo electoral en la provincia, con 88.000 autoridades de mesa, 6.500 delegados y más de 6.500 escuelas habilitadas.
Desde el área reiteraron que estos controles continuarán todos los días en diferentes horarios y sectores de la ciudad, con el objetivo de prevenir siniestros viales y fomentar la concientización para una circulación más segura.
En el marco de los operativos realizados en las calles Carlos Gardel y 168, personal de la policía motorizada debió intervenir para asistir a los inspectores de tránsito ante una situación de extrema tensión.
Allí, dos hombres de 38 y 17 años y una mujer de 36 reaccionaron de manera agresiva ante la intervención del personal municipal y policial, arrojando golpes de puño a los efectivos. Ante esta situación, los tres fueron detenidos y trasladados a la comisaría local.
Además, durante la requisa se encontró una bolsa con tres gramos de marihuana entre las pertenencias del menor. La Unidad Funcional de Instrucción del Joven resolvió su entrega a su abuela, mientras que los adultos quedaron imputados por “resistencia a la autoridad e infracción a la ley 23.737”.