miércoles 06 de noviembre de 2024

Aseguran que la caída del consumo en Argentina podría caer a los niveles de la crisis de 2001

El consumo de alimentos, bebidas, cosmética y productos de limpieza, aparecen como los productos más observados por los analistas para analizar la economía.

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Distintas variables de la economía presentan un panorama actual preocupante en Argentina y uno de ellos es el del consumo masivo. Según datos recientes del INDEC, la actividad económica de julio mejoró un 1,7% respecto a junio, pero el panorama para el consumo sigue siendo sombrío.

En una entrevista publicada por la agencia Noticias Argentinas, Osvaldo del Río, director de la consultora Scentia, trazó un panorama del comportamiento del consumo durante los últimos meses y las expectativas para el cierre del año.

Del Río detalló que el consumo masivo empaquetado, que incluye alimentos, bebidas, cosmética y productos de limpieza con código de barras, sufrió una contracción del 17,2% en agosto en comparación con el mismo mes del año pasado.

"Sabíamos que el segundo semestre sería el más duro del año porque se compara con las mejores bases del 2022, cuando hubo acciones concretas para incentivar el consumo en un contexto electoral", explicó.

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Los analistas siguen de cerca el nivel de consumo de los alimentos

Los analistas siguen de cerca el nivel de consumo de los alimentos

Las características de la caída del consumo

También hizo hincapié en que todos los canales de venta están en terreno negativo: "El supermercadismo cayó un 18%, los autoservicios un 17%, y los almacenes y kioscos cerca del 17%. No hay ningún sector que se esté salvando de esta tendencia".

Los productos de higiene y cosmética, así como las bebidas alcohólicas, han sido de los más golpeados, con caídas superiores al 20%.

¿Cuándo viene lo peor para la economía argentina?

Del Río advirtió que el panorama no mejorará en el corto plazo: "Posiblemente veamos caídas de doble dígito hasta noviembre inclusive", subrayó. Según sus proyecciones, el consumo podría finalizar el año con una retracción superior al 10%, lo que colocaría al 2024 como uno de los peores años en términos de consumo masivo de las últimas tres décadas.

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En ese marco, fue que el economista dijo que "si este año termina con esa caída, estaremos por debajo de lo que fue el peor momento del consumo en la crisis del 2001", afirmó.

A pesar de las cifras negativas, Del Río indicó que el consumo se ha estabilizado en los últimos meses: "Desde abril hasta agosto, las ventas se han mantenido estables, sin grandes caídas entre un mes y otro. Esto nos hace pensar que estamos fijando una nueva base, que va a perdurar, al menos, hasta el 2025".

Sin embargo, esa estabilidad no es alentadora: "Estamos hablando de una nueva normalidad de bajo consumo, que será muy difícil de revertir en el corto plazo", explicó.

Si este año termina con esa caída, estaremos por debajo de lo que fue el peor momento del consumo en la crisis del 2001 Si este año termina con esa caída, estaremos por debajo de lo que fue el peor momento del consumo en la crisis del 2001

El impacto de la inflación y el salario real

Otro factor determinante en la caída del consumo ha sido la fuerte inflación y la consecuente pérdida del poder adquisitivo de los argentinos. Según el INDEC, en el primer semestre del año, el salario real cayó significativamente, lo que llevó a una migración hacia segundas y terceras marcas.

"Esto no es algo novedoso", señaló Del Río, "la gente ya viene desde hace tiempo buscando productos más económicos, tratando de hacer rendir al máximo su capacidad de compra". Aunque algunas paritarias han permitido una leve recuperación salarial, el gap entre ingresos e inflación sigue siendo muy alto.

Al ser consultado sobre qué se puede esperar para el resto del año, Del Río fue claro: "No vemos una mejora en el corto plazo. Las caídas van a continuar, y aunque el consumo se ha estabilizado, la situación no deja de ser preocupante".

Además, anticipó que el contexto político y económico posterior a las elecciones podría traer más ajustes y cambios que impacten directamente en el consumo. "En diciembre, después del período electoral, es probable que se pongan en blanco y negro algunas situaciones concretas que sigan afectando al bolsillo de la gente", advirtió.

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