La Selección Argentina de Talla Baja se coronó campeona del Mundial disputado en nuestro país, en una final que terminó envuelta en escándalo. Paraguay abandonó el campo de juego porque su cuerpo técnico y sus jugadores se enojaron con el arbitraje y decidieron pegar el portazo en lo que fue la primera Copa del Mundo en toda la historia de la disciplina.
El partido iba 3 a 1 a favor de Argentina cuando faltaban 4 minutos para terminar el primer tiempo y los futbolistas paraguayos tomaron la decisión de ya no continuar disputando el partido. En medio de un tenso clima, los jugadores se retiraron del campo de juego y volvieron poco después solo para saludar a los plateístas que habían ido a verlos.
La protesta que terminó en escándalo se originó tras el tercer gol argentino, que devino de una infracción producto de una supuesta mano. En medio de fuertes reclamos el DT guaraní fue expulsado, elevando todavía más la tensión que se vivía en las tribunas en medio de un encuentro muy friccionado.
La tensión fue in crescendo mientras los locales cantaban "el que no salta es guaraní" y terminó de explotar luego de que uno de los fanáticos tirara una botella y escupiera al entrenador del conjunto visitante, lo que terminó de definir la decisión del equipo paraguayo de dejar el microestadio de Argentinos Juniors.
La salida fue seguida por el cantito de los hinchas locales "el que no salta abandonó", con los jugadores argentinos acompañando la coreografía; y el retiro de los propios jueces, que dejaron el campo de juego en medio de una ola de insultos y ataques con diferentes objetos desde las tribunas.
En medio del escándalo, el seleccionado paraguayo volvió al campo de juego para saludar a sus fanáticos y volvió a retirarse, apoyados por futbolistas de las selecciones de Brasil, Bolivia y Colombia, presentes en la final, que les manifestaron su apoyo.
Varias horas después y en medio de una fuerte incertidumbre, la coordinadora del Mundial, Silvia Rojas, contó que se intentó "por todos los medios" que el partido continuara y reveló que incluso "se les ofreció cambiar el equipo arbitral y hasta volver a empezar 0 a 0", pero el conjunto visitante rechazó todas las opciones.
Ante la negativa de la delegación albirroja, la organización se apegó al reglamento y el título fue para Argentina, por abandono de Paraguay: "Por reglamentación, el partido debía continuar y Paraguay no quiso hacerlo. Somos campeones del mundo", manifestó Facundo Rojas, capitán argentino, en medio de la celebración albiceleste.
Terminado el escándalo, la Selección nacional emitió un comunicado aclarando la situación. "Como consecuencia de los incidentes ocurridos durante el primer tiempo del partido, la Selección paraguaya ha decidido retirarse de la cancha y no continuar el juego. Sus fundamentos están basados en el descontento por el arbitraje del encuentro", indicaron y agregaron que "los videos y repeticiones están a disposición y la organización de esta copa hará lo necesario para que se esclarezca esta triste situación para toda la familia de la talla baja". "Nuestro juego está basado en los valores, intentamos aplicarlos en todos los aspectos y pedimos que en este duro momento puedan acordarnos empatía y acompañamiento", cerraron.