El estremecedor caso de presunto abuso sexual y secuestro durante 5 días en un hostel de Gonnet que sacudió a La Plata días atrás dio un inesperado vuelco en las últimas horas. El 17 de julio pasado una mujer de 32 años denunció haber sido violada por su pareja "con todo tipo de objetos", provocándole lesiones internas; y para mantenerla en el lugar la amenazó constantemente con un arma de fuego, pero los investigadores no pudieron probar nada de sus dichos.
El caso salió a la luz el 23 de agosto pasado y la investigación llevada adelante por el Grupo Técnico Operativo (GTO) de la Policía Bonaerense, que logró identificar al presunto agresor y llevó adelante el allanamiento de dos viviendas en busca del hombre denunciado. Aunque en la primera de esas viviendas no había nadie, en la segunda -donde funcionaba un improvisado hostel- no solo fue hallado el implicado sino también un subsuelo en el que operaba una banda criminal compuesta por cuatro jóvenes que tenían múltiples armas de fuego, pastillas, cocaína y marihuana que, presuntamente, utilizaban para traficarlas.
En ese marco, dos mujeres de 20 años, un hombre de 26 y otro de 29 fueron detenidos por "comercialización de estupefacientes" y "tenencia ilegal de arma de fuego", mientras que el presunto violador y secuestrador de su pareja, de 49 años, quedó aprehendido por "abuso sexual con acceso carnal", "lesiones", "amenazas calificadas en contexto de género" y "tenencia ilegal de arma de fuego".
En las últimas horas, sin embargo, el caso dio un insospechado giro. Según se supo, el acusado nunca estuvo preso y aunque le fue colocada una tobillera electrónica a raíz de una causa anterior por agredir a su pareja, los hechos por los que la joven lo denunció no pudieron ser comprobados, ya que los cargos aplicados en la detención por los hechos denunciados por su actual novia no pudieron ser corroborados por la Justicia.
La UFI N° 13, especializada en violencia de género, a cargo de Mariana Ruffino y el Juzgado de Garantías N° 4 de Juan Pablo Masi realizaron las investigaciones pertinentes con el fin de corroborar lo denunciado por la mujer, pero no pudieron acreditar nada de lo dicho: ni la existencia del arma, ni los abusos. Según se supo, incluso, los pesquisas no solo no lograron chequear la veracidad de la grave denuncia, sino que actualmente la pareja habría vuelto a convivir.
