Tras el juicio y la condena a cadena perpetua y 15 años de prisión respectivamente, los rugbiers sentenciados por asesinar a golpes a Fernando Báez Sosa, generan preocupación mientras pasan sus días en una cárcel de La Plata. El temor por su estado emocional preocupa a las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que hacen foco en Máximo Thomsen.
Tal como publica Crónica, Thomsen -condenado a prisión perpetua y principal apuntado de haber ocasionado la muerte de Fernando- es quien habría manifestado una gran angustia y signos típicos de depresión. Dichas fuentes sostienen que fue el propio joven quien escribió una carta de puño y letra que encendió las alarmas entre quienes lo custodian.
Thomsen habría manifestado en dicha carta que siente "claustrofobia". Además, fue quien pidió asistencia psicológica durante los días previos a la sentencia y luego de que fuese condenado a cadena perpetua.
Frente a esta situación es que los agentes del SPB harían principal foco en el estado de salud de este joven, quien se encuentra junto a sus otros siete amigos condenados dentro de la Alcaidía Penitenciaria N° 3 de Melchor Romero, a la espera de que se defina su traslado definitivo a una nueva unidad carcelaria, que podría ser la de Campana por la cercanía que esta tiene con Zárate, donde viven sus familiares.
Más allá de eso, y con la sentencia apelada, en estos momentos los rugbiers analizan si continúan con el mismo abogado defensor o cambian la estrategia para afrontar esta nueva etapa. Cabe destacar que Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli son los condenados a cadena perpetua, mientras que Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli, recibieron la pena de 15 años en prisión por "participación secundaria".