martes 08 de octubre de 2024

"La Plata es una ciudad incompleta, tenemos que aprender su historia para mirar adelante"

Intrigado por develar los claroscuros de los orígenes de La Plata, ciudad en la que nació y vive, el reconocido periodista Hugo Alconada Mon acaba de publicar su primer libro de ficción: La ciudad de las ranas, una novela histórica ambientada en los años en que se gestó la ciudad de las diagonales.

Envuelto en la lucha por el poder Julio Argentino Roca caracterizó al proyecto urbanístico con el que Dardo Rocha buscaba impulsar su candidatura presidencial como “la ciudad de las ranas”, en alusión a los pajonales de tierras bajas donde se implantaría la capital de la provincia de Buenos Aires con la que se pretendía zanjar las sangrientas disputas entre las autoridades nacionales y bonaerenses.

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En aquella encrucijada de la historia, cargada de mitos y misterios, Alconada halló el material para dar vida a su relato en el que conviven figuras y acontecimientos reales con personajes surgidos de su imaginación. El texto que va acompañando los primeros años de La Plata, repasa nombres, lugares y episodios, pero también aborda el trasfondo político en un escenario cargado de confabulaciones donde no están ausentes la corrupción y los negociados.

En esta entrevista con 0221.com.ar el autor cuenta cómo fue la génesis y la elaboración del libro y deja su mirada sobre lo que considera una necesaria revalorización del pasado de la ciudad y su patrimonio a la hora de pensar en su desarrollo.  

- ¿Cómo se originó este trabajo; da la sensación de no haber nacido como una novela?

- Es cierto, empezó hace bastante tiempo como un hobbie. Si me remonto al origen debería decir que el germen hay que buscarlo cuando me inicié en el periodismo aquí en la ciudad. Entonces empecé a conocer gente e historias que para mí eran completamente desconocidas. Luego, hace unos cinco años, comencé a reunir bibliografía sobre el nacimiento de la ciudad y podría decirse que me fui metiendo más en tema.

Alconada Mon señala hasta dónde llegaban los canales de la ciudad planeada

- ¿Y qué era lo que te intrigaba de ese momento fundacional?

- La verdadera historia sobre cómo se fundó la ciudad en que nací que siempre ha sido difusa y está plagada de mitos como la existencia o no de túneles o el rol que jugó la masonería en el trazado de la ciudad. Así fui encontrando nombres, situaciones y episodios que no había escuchado jamás como la masacre de San Ponciano o la batalla de Ringuelet.

El texto que va acompañando los primeros años de La Plata, repasa nombres, lugares y episodios, pero también aborda el trasfondo político en un escenario cargado de confabulaciones donde no están ausentes la corrupción y los negociados.

- Pero, hasta ese momento no era un proyecto de libro, sino un camino para saciar tu propio interés y curiosidad…

- Si, pero en un momento me di cuenta que de los libros que leía había pasado a entrevistar gente y me fui involucrando más y más y de pronto me di cuenta que había empezado a estructurar el material del mismo modo que lo hago con mis investigaciones periodísticas. 

- ¿Y entonces?

- Con la pandemia profundicé la tarea y me di cuenta que al rompecabezas que tenía frente a mí le faltaban fichas o las que tenían no encastraban. Entonces decidí dar el paso de la investigación histórica a la ficción para arriesgarme sobre lo que pudo haber pasado para explicar esos huecos. Luego di un segundo paso hacia lo que a mí me hubiera gustado que pasara. Y entonces me relajé y empecé a jugar y con sorpresa lo disfruté mucho. Fue un juego apasionante para mí.

Hugo muestra en su celular uno de los puntos centrales de la ciudad

- En la novela aparece con fuerza la cuestión de la incidencia de la inmigración y la masonería pero también la corrupción.

- Efectivamente son tres ejes que atraviesan todo el relato. Los inmigrantes fueron la fuerza decisiva de la comunidad que se conformó en La Plata, los masones plasmaron sus valores en el diseño urbano y, finalmente la corrupción como algo inherente a la época que puede verse en el desvió de fondos públicos, créditos direccionados arbitrariamente a los amigos del poder, negociados con tierras así como en la compra de medios y periodistas.

La Plata es un sueño trunco, una ciudad incompleta, tanto desde el proyecto que la impulsó como desde lo urbanístico: Rocha la pensó como capital del país.

- Un recurso que se ve en el libro es la incorporación de personajes de ficción en episodios históricos conocidos ocurridos en la ciudad…

- Bueno, claro, se trata de jugar con los límites de la ficción y la realidad. Como lo hace, salvando todas las distancias de nivel y calidad, Tomás Eloy Martínez en "Santa Evita" y en "La novela de Perón". En la foto de tapa del libro, por ejemplo, se usa una imagen de Thomas Bradley, el fotógrafo del nacimiento de la ciudad, sobre la que se marca a tres personajes de ficción que son los protagonistas de la novela. Ese ensamble me resultó muy divertido, lo disfruté como un chico.

- Ese disfrute que marcás parece contrastar con la tensión permanente del trabajo periodístico que ejercés a diario. 

- Sí, absolutamente. En el periodismo estás todo el tiempo rindiendo examen; tenés que ser muy cuidadoso y evitar cualquier tipo de ambigüedad además de afrontar todas las interpretaciones de los lectores; en cambio acá podes mandarte con libertad y eso fue para mí fue algo muy muy placentero.

- ¿Después de haber hurgado sobre el origen de La Plata, cuál es tu mirada de la ciudad hoy?

- La Plata es un sueño trunco, una ciudad incompleta, tanto desde el proyecto que la impulsó como desde lo urbanístico: Rocha la pensó como capital del país. Su objetivo era que La Plata le sirviera de trampolín para llegar a la presidencia y, una vez en la primera magistratura, ungirla en capital del país y devolverle la ciudad de Buenos Aires a la provincia. De hecho, cuando él muere, Fray Mocho lo define como el último porteño por eso. Hay que ver que Rocha era discípulo de Carlos Tejedor, que impulsó la revolución de 1880. Rocha pensó en una capital federal no provincial y en lo urbanístico el diseño completo era mucho más ambicioso de lo que finalmente se hizo, con vías navegables, tener canales fluviales navegables dentro del casco. Ya alejado de la política el propio Rocha reconoció que para ser la capital provincial la ciudad debió hacerse en otro lado más alejado y llegó a plantear que se pudo haber hecho en Mar del Plata.

Alconada Mon en la redacción

- ¿A la luz de todo esto cuál creés que es el destino de La Plata?

- Bueno, como digo una forma de verlo es pensar que La Plata es un sueño trunco y otra es que se trata de una ciudad aún en desarrollo, que puede despegar. El desafío es si podemos hacerlo respetando los cánones originales. Esto de estar tirando edificios históricos, jugando con la traza o asfaltando los adoquines, atenta contra nuestra historia. Creo, en definitiva, que el pasado nos ofrece una oportunidad y tenemos que ser capaces de aprovecharla. Para mí, la zona que forma un triángulo entre calle 1 y las diagonales 79 y 80 todo ese sector deberíamos preservar, poder recuperar y potenciarlo con un barrio antiguo con las farolas, los adoquines y los edificios de la época.

- ¿Podría inferirse que, en algún sentido, detrás de la novela subyace un mensaje en el sentido de la importancia de revalorar el patrimonio?

- En cierta medida es así. Porque creo que, si bien no soy una persona de mirar hacia atrás sino siempre para adelante, hay muchos aspectos del presente y el futuro que no podés entenderlos sin comprender y valorar el pasado. Preservar y exponer nuestra historia, aprender de ello y corregir lo que se está haciendo mal. La contribución de los italianos, por ejemplo, no puede desmerecerse, ellos eran mayoría cuando se erigió esta ciudad. Al punto que acá al principio se hablaba en italiano por la cantidad de inmigrantes oriundos de ese país. Tenemos que aprender de la historia para seguir para adelante.

 

 

 

 

 

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