Gimnasia es un club que a lo largo de los años se olvido de sus expresidentes. Se podría decir que los abandonó, jamás fueron consultados y mucho menos recordados y reconocidos por su dedicación y su trabajo. Tengo la suerte de haber disfrutado del club desde muy chico y haber tratado con todos los presidentes desde el año 67 al día de hoy. Me pregunto: ¿Cómo puede ser que el Dr. Laureano Duran no tenga una plaquita recordatoria en los jardines del estadio? ¿Cómo puede ser que Oscar Emir Venturino, que fue un visionario, jamás fue reconocido en vida como se lo merecía por haber sido el impulsor de haber comprado Estancia Chica? Hoy es el patrimonio más importante que tiene la institución.
Ha pasado al olvido el Dr. Osvaldo Soria. Ni nos acordamos del Cdor Titarelli. Con el querido Norberto “Coco” Sánchez pasa lo mismo. El Dr. Hugo Barros Schelotto asumió la presidencia cuando el club estaba sin rumbo, es otro de los expresidentes olvidados. Héctor Delmar, con quien vivimos momentos de gloria, se fue maltratado. Pocos recuerdan al Cdor Vicente.
¿Qué nos pasa a los Gimnasistas? Cómo puede ser que el Cdor Héctor Domínguez, no sea consultado con toda su experiencia a cuestas. El Ing. Francisco Gliemmo afrontó una situación de coyuntura poniendo todo su prestigio personal. Con el Dr. Walter Gisande pasó lo mismo después de un incansable trabajo por el club y de un aporte económico importantísimo, jamás se lo tuvo en cuenta.
Son ex dirigentes que han dejado de lado muchas cosas fundamentalmente su familia por dedicarle horas al club. Han aportado trabajo, conocimiento y mucho amor a la institución. En este sentido la institución no va bien. Cambiemos el rumbo. Gabriel Pellegrino se tiene que ir por la puerta grande del club. Tuvo una gestión transparente marcada por su honestidad personal y su aporte económico fue fundamental para los tiempos que se viven.
Héctor Cángaro
Socio vitalicio Nro. 1969
Exdirigente