Tras cinco décadas de reclamos, la paciencia de los vecinos que viven en las inmediaciones del edificio de Accesorios del Automotor S.A., más conocido por sus siglas ADASA; ya está al límite. Construido por el fundador de la empresa en 12 entre 42 y 43, acumula una larga lista de quejas que, pese a los años, siguen acumulándose.
Tras la muerte del fundador, ADASA quedó en manos de sus hijos Diego Fernando y la funcionaria judicial Silvina Cecilia Asensio, quienes, por consecuencia, también tomaron el control del consorcio del inmueble. Con los reclamos acumulándose, no fue hasta hace pocos días que decidieron arrojar cierta luz sobre su labor y contrataron para ello a los administradores Alicia Falcone y Lautaro Llorente Lorenzo Levi. La maniobra, sin embargo, fue una puesta en escena según denuncian los vecinos: ambos son prácticamente empleados de la firma y fueron elegidos a espalda del resto de los vecinos del edificio.
Con los años las irregularidades se fueron agravando: hoy en día ADASA no solo hace uso de espacios comunes como si le fueran propios, sino que hasta se hizo con el control de las cocheras, comprando un terreno lindero para desplazar los autos de los propietarios a ese espacio y hasta cobrándoles alquiler por ello. El espacio reservado para los vehículos, mientras tanto, fue transformado en un enorme depósito, en contravención con la normativa local que lo prohíbe expresamente.
"Tenemos pruebas de que con el cobro en negro de las expensas los dueños contrataban y lo siguen haciendo a una persona para que limpie los espacios comunes y que, con ello, no solo mantienen limpias las zonas tomadas del edificio, sino que también aprovechan al personal para mantener limpios sus propios departamentos", reveló uno de los vecinos cansado de los manejos de la compañía.
La terraza y el subsuelo también quedaron en su poder, el acceso fue vedado para el resto de las personas que viven en el inmueble, incluso aunque en ellos se encuentran las instalaciones de gas y electricidad que les pertenecen a todos. "Tardamos en darnos cuenta, pero ya es un secreto a voces. Ellos tienen muchos departamentos acá, no les conviene pagar expensas extraordinarias, entonces terminamos siendo quienes nos hacemos cargo del tema con nuestros propios recursos aunque no nos corresponda", agregaron los frentistas y explicaron que por ello ADASA nunca se hizo cargo de los reclamos edilicios, puesto que su responsabilidad económica en los gastos sería mucho mayor.
Tras más de medio siglo de penurias, los frentistas finalmente decidieron ponerle punto final al calvario y, organizados, decidieron dar a conocer la situación que enfrentan y exigir que las autoridades tomen cartas en el asunto lo más pronto posible.