lunes 20 de enero de 2025

Gran Premio Dardo Rocha: una historia de prestigio, fiesta y épica internacional

Este sábado se corre la edición 102, pasión entre los burreros del hípico local. Picaflor Letal es una de las apuestas platenses en una competición acotada.

Dos mil cuatrocientos metros para cruzar el disco. Una pista iluminada con refuerzo de reflectores, las tribunas atestadas de público en una velada especial por los festejos del aniversario de la ciudad. Quince millones de pesos como premio y una épica inolvidable para el jockey ganador. Ocho caballos pura sangre, de los mejores del circuito hípico nacional, que disputarán en esa distancia la competencia más esperada, más difícil, más galardonada del Hipódromo de La Plata: el Gran Premio Dardo Rocha, en su edición 102. 

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Realización: Francisco Andía

Así se cuenta en un video especial producido por Begum, donde se sigue el periplo de Picaflor Letal, uno de los dos caballos platenses que participarán en esta edición, en los preparativos de la edición número 102 del premio reconocido en el Grupo 1 a escala internacional. Allí, mediante testimonios de especialistas como el periodista de turf Hugo Pedro Folegotto, aficionados, peones y cuidadores, se expresa cómo ha ido cambiando el mundo de las apuestas; de cómo hoy se perdió la masividad del espectáculo pese a que “la pasión por los burros”, como reconoce uno de ellos, sigue convocando semana a semana a miles de platenses. 

Ya no son las multitudes de antaño que copaban las tribunas en jornadas históricas. Aquellas que rondaron, en algunas oportunidades, a los más de cien mil espectadores. Trenes, colectivos, calles y rutas eran testigos de visitas relámpago que cruzaban la región, algunos incluso llegando desde puntos lejanos. 

El Hipódromo, sin embargo, sigue en pie. No deja de ser, en efecto, una "industria" que concentra una impactante demanda de servicios, empleos y productos: el Gran Premio Dardo Rocha como apoteosis de un proceso que involucra, entre otras actividades, trabajo duro y tecnología en haras y studs. 

Los que suelen correr el Dardo Rocha son caballos desde los tres años bajo escala de peso por edad. No es fácil llegar: pocos studs vernáculos pueden costear la inscripción y la puesta a punto de un entrenamiento selectivo, de altísimo nivel. Es un premio de corte internacional -aunque, en esta edición, no hubo ningún inscripto del exterior- que se remonta a 1915: ese año fue reconocido oficialmente como el comienzo del Gran Premio Dardo Rocha y se instituyó  tres años después, en 1918, aunque no tenía dicho nombre. Ya estaban las instalaciones creadas para eso: el Hipódromo, fundado en 1884, había nacido pegado a los primeros tiempos de la ciudad.  

De hecho, las crónicas de época marcan que desde antes que se comenzara a construir la ciudad se corrían carreras cuadreras con las reglamentaciones correspondientes. Antes que existiera el Hipódromo de La Plata, en rigor, se hacían carreras en el Camino Blanco, actual Rivadavia, con caballos criollos puros.

Primero se llamó “19 de noviembre" y  luego “Premio La Plata”, “Clásico Cincuentenario” y “Ciudad Eva Perón” hasta que en 1960 pasó a ser, definitivamente, Gran Premio Internacional Dardo Rocha. Este clásico hípico fue hasta 1965 de 2300 metros, y a partir de ese momento de 3000. Y desde 1979 a la actualidad se instituyó de 2400 metros. 

Las estadísticas dicen que en su historia sólo hubo un empate, en 1917, cuando Maraschino y Dieufort cruzaron el disco en la misma línea. En tanto, Bernabé (1937 y 1938) y el brasileño Mr. Nedawi (2010 y 2011) fueron los únicos que pudieron vencer en ediciones consecutivas. 

Además del mencionado Mr. Nedawi, otros tres caballos extranjeros se llevaron el Dardo Rocha platense inaugurando esa lista el uruguayo Sol de Noche en 1969, sumándose luego la campeona peruana Maidenform en 1971, y también el rioplatense Adyacente, uruguayo de nacimiento pero platense por “adopción”, el cual terminó primero en 1991. 

De los jockeys en actividad, el cordobés Rodrigo Blanco es el que más triunfos ostenta, con cuatro carreras.  El récord de la carrera (en su distancia actual de 2400 metros) lo tiene Keane, que en 2016 estableció un tiempo de 2m28s58/100. 

Una hora antes del Dardo Rocha -dentro de un programa de 16 carreras-, el Hipódromo será escenario de otro prestigioso premio: el Joaquín V. González,  también catalogado en nivel G1, que se corre a 1600 metros y con catorce ejemplares confirmados: Malibú Spring, Sin Temor, Tornazolado, Lethal Candy, Hatim, Go Crome Go, Evo Revoltoso, Encarrilado, Don Empeño, Dar el Alma, Cufajo Check, Candy Dark, Berugo y Aspavento.

El Gran Premio Dardo Rocha acontece una mutación, signo de nuevos tiempos. Hoy, más de cien años después, la carrera más importante de cada temporada en el Hipódromo de La Plata tendrá una de las nóminas más breves de su historia, con ocho participantes: la previa marca que el campeón Miriñaque es el principal aspirante a la victoria, buscando tomarse revancha de la derrota que sufrió hace doce meses en ese mismo turno ante Zurán Zurán. 

Hay otros vencedores de máxima escala que le dan más calidad al Rocha: Special Dubai y Dreaman. Todos equinos largamente premiados en certámenes nacionales e internacionales, como el norteño Pepe Joy, que viene de conseguir una interesante victoria en el Clásico Organización Sudamericana de Fomento de Sangre Pura de Carrera.

Los especialistas pronostican un duelo de alto vuelto turfístico entre Miriñaque, con la monta del jinete brasileño Francisco Leandro Goncalves, y Special Dubai, con su jinete William Pereyra, dos “viejos” rivales que son candidatos a ganar también el Gran Premio Carlos Pellegrini, el clásico de clásicos a nivel nacional que se realizará el sábado 17 de diciembre en el Hipódromo de San Isidro. 

Después de la pandemia, sin la acechanza de los contagios, los organizadores esperan una gran jornada al aire libre en la que las familias colmen los jardines y las tribunas. Y donde al habitual programa de carreras se sumen otros espectáculos paralelos, con una feria de emprendimientos y la habitual gastronomía. 

Picaflor Letal es una de las apuestas platenses en la cita excluyente de todos los años para los burreros, a las 18.50, 2400 metros en una pista de pura adrenalina en los festejos por el 140 aniversario de La Plata. El enorme predio de 46 hectáreas pegado junto al centro de la ciudad promete un coro pagano, el que catapulte a un caballo hacia un horizonte de gloria ante los ojos internacionales.

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