"Mi papá nunca sufrió del corazón como dicen los noticieros, mi papá se murió en la cancha. No lo asistieron, él estaba vivo, lo dejaron morirse ahí. Justicia por mi papá, que paguen todos los responsables", escribió Estefanía Regueiro en su cuenta de Facebook, apenas horas después de la represión que tuvo como saldo, además, ocho heridos de bala y traumatismos.
"Lo mató la policía. Estando en el piso, descompuesto, no podía respirar y le tiraron gas lacrimógeno al lado. ¿Con qué necesidad? Qué mal que se manejaron, solo pido justicia y que paguen los responsables. Papi te voy a amar y recordar siempre, tripero loco", escribió la joven en el posteo, que publicó junto a algunas fotos de su padre.
Otra de sus hijas, Juli Regueiro, escribió: "Jamás pensé pasar por esta locura, esta desgracia de perder a mi viejo yendo a ver una vez más a nuestro querido Lobo. Tantos tablones compartidos de local, de visitante, y jamás pensé que por una maldita represión policial te me ibas a ir. Te amo gordo, y que se haga justicia de allá arriba", escribió la chica.

Sergio Regueiro, otro de los hijos de César, contó a TN que "mi viejo estaba cuidando a mi sobrino y en la desesperación, cuando apenas sale del estadio, cae descompuesto. Lo dejaron tirado, no lo quisieron subir a la ambulancia…la misma gente le hizo RCP. Decían que estaba muerto…y estaba inconsciente, no muerto. Ahí tiraron otro gas…y se volvió a descomponer", relató el joven, en declaraciones similares a las que algunos usuarios de Twitter realizaron en torno al hecho, en las que aseguraban que mientras algunas personas le realizaban RCP a Regueiro, la policía continuaba emitiendo gases lacrimógenos.
El joven hijo de la víctima contó además que "no se comunicó nadie de gimnasia con nosotros" y que su padre "era un hombre sano, no fumó nunca, no tomó. Lo que podía ser una fiesta terminó en tragedia, y pudo haber sido mucho peor", cerró.