La última semana Gimnasia y el mundo del fútbol juvenil sintió un gran llamado a la reflexión con motivo del intento de suicidio de Rodrigo Rodríguez, jugador que forma parte del selectivo de Reserva del Lobo. El padre del chico categoría 2003 comunicó a este medio sus intenciones de sacar a la luz este caso que no terminó en tragedia de milagro y sumó a la conversación la ya conocida temática relacionada al deporte y la salud mental.
En este sentido, Marcelo Rossi, médico psiquiatra de la Subsecretaría de Determinantes Sociales de la Salud del Ministerio de Salud Provincial y miembro de la Subcomisión Interministerial para la prevención del suicidio fue consultado en el programa Por los Pibes en Radio Provincia acerca de la dramática situación que vivió el Club y la familia del futbolista damnificado.
El experto en la materia, comenzó explicando que este tipo de hechos, sin bien se trata de "una problemática que tiene aristas clínicas y sanitarias que van a ser trabajadas por profesionales", Rossi dice que "también tiene una arista vital y existencial que forma parte del acontecer humano, de la trama vincular".
Al mismo tiempo amplió diciendo que "la ciencia misma encuadró esta situación en la psicopatología, pero en realidad es un fenómeno de violencia que se emparenta mucho más con las dinámicas de construcción social y la forma en que una sociedad tramita sus tensiones internas".
En ese sentido, consideró que "las instituciones no formales, tienen una trascendencia enorme porque las instituciones formales están puestas entre paréntesis. Vivimos una era que los especialistas llaman desinstitucionalización, y quiere decir que las instituciones han perdido credibilidad. Es un hecho de época que tiene que ver con el hecho de habitar la modernidad tardía; las respuestas de la modernidad demostraron que son insuficientes para resolverle los problemas a la gente. Hoy no se piensa que un psiquiatra o psicólogo le va a solucionar la vida: ya sabe que vivir es difícil".
El profesional continuó desarrollando que "las violencias tienen la particularidad que están relacionadas entre sí. La violencia tiene un comportamiento como el de la energía; no se pierde, se transforma. El que no tiene herramientas para tramitarla exteriorizando, la interioriza, la encarna. Y ese el el origen de la conducta auto agresiva, que es un fenómeno cada vez más común en los jóvenes".
En relación al rol de los clubes, dijo que "pueden ser un lugar donde nuestros sujetos adolescentes o jóvenes pueden encontrar un espacio de contención, con pares, donde son capaces de sentirse comprendidos, de comunicarse, de construir en el encuentro. Y el club tiene que saber que cada decisión que toma tiene repercusiones subjetivas. Los sujetos que lo conforman tienen una historia y eso significa expectativas, presiones, mandatos, y la decisiones que tome tienen que ser preparadas".
Finalmente, expuso que los clubes deberían tener como parte de su staff a equipos de trabajo para contención y acompañamiento, "así como las instituciones educativas tienen un equipo de orientación compuestos por psicólogos o psicopedagogos".
EL ESTREMECEDOR CASO DE RODRIGO RODRÍGUEZ
La situación a la que decidió inducirse Rodrigo conmocionó y sacudió a todo Gimnasia, encendiendo las alarmas de los sectores de contención del Club a partir del intento de suicidio que no terminó en tragedia gracias a que el padre del juvenil logró trasladarlo al hospital de Gonnet antes de que los 300 litros de insulina hagan efecto en su cuerpo, provocándole la muerte.
En este sentido, Julio, su padre, habló en exclusiva con 0221.com.ar y relató el crudo episodio que le tocó vivir y que cambió el rumbo de su vida -y la de su hijo- para siempre. "Esto se tiene que saber", subrayó desde el principio.
"A la madrugada tuvo un intento de suicidio. Estamos destrozados, pero gracias a Dios ahora está bien", expresó a este medio en medio del shock y de la tristeza por la situación que se encuentra atravesando la familia del futbolista.
Según su sus palabras, Rodrigo "mandó un mensaje a eso de las 6.15 diciendo que lo perdonemos, que no quería vivir más". Un día después, su padre le agradece al destino y a Dios por haber llegado a ver ese mensaje justo a tiempo: "Dios me iluminó, vi el mensaje rápido y cuando bajé lo vi", relató Julio, quien dijo haberlo visto al borde de la muerte tras haberse inyectado insulina.
El futbolista categoría 2003 y que cumplió 19 años ese mismo domingo, fue trasladado por su propio padre al hospital de Gonnet donde lograron estabilizarlo justo a tiempo antes de que pierda sus signos vitales. Al día siguiente, sus compañeros se acercaron hasta el nosocomio donde lo acompañaron en este estremecedor momento.
"Estoy partido a la mitad, pero ahora tengo que estar fuerte por mis hijos. Dios quiso que se dé así, que yo pueda ver el mensaje rápido, porque la insulina hace efecto de 12 a 15 minutos y yo lo agarré a los cinco, así que lo pude llevar rápido al hospital, sino no la estaría contando. Es muy duro", sentenció.
Según su entorno familiar, el jugador se encuentra estable y mejorando progresivamente con el paso de las horas. "Ahora a trabajar en lo que viene, que es su salud", agregó Julio.
"Estaría bueno para que le sirva a todo el fútbol juvenil, que sepan que esto puede pasar, que hay que estar siempre con los chicos y que a veces no alcanza con todo lo que uno le pueda dar a su hijo", sumó Julio.
