El coronavirus impuso protocolos y obligó a establecer serios controles para restringir el comportamiento de las personas y evitar su propagación. Ahora, con el avance de la vacunación, un equipo de investigadores de Alemania determinó cuándo se podría terminar con las restricciones que llegaron con la pandemia.
El nuevo análisis sugiere que, para potenciar las libertades y proteger contra nuevas olas de COVID-19, el ritmo al que se levantan las restricciones para reducir la propagación debe estar directamente ligado al ritmo de la vacunación. Los resultados del equipo de Simon Bauer y Viola Priesemann del Instituto Max Planck de Dinámica y Autoorganización de Alemania fueron publicados en la revista abierta PLOS Computational Biology.
En las últimas horas trascendió cuándo podría estar listo el Polo Electoral que se construye en Meridiano V para realizar los escrutinios de cada elección.
Los especialistas del SMN mantienen las probabilidades de precipitaciones para los próximos días en La Plata. El detalle de cada jornada.
Bauer y sus colegas aplicaron modelos matemáticos a los datos epidemiológicos y de vacunación de Alemania, Francia, el Reino Unido y otros países europeos. Los investigadores determinaron que sólo pueden evitarse nuevas olas graves si las restricciones se levantan gradualmente y el progreso de la vacunación va más rápido que la apertura de las medidas.
Los resultados sugieren que, incluso después de que el 80% de la población adulta haya sido vacunada, nuevas variantes más infecciosas podrían desencadenar una nueva ola de COVID-19 por eso mismo no recomiendan una vuelta rápida a la normalidad previa, el levantamiento de restricciones debe ser controlado y paulatino, por debajo de la vacunación.
"Además, un levantamiento prematuro tendría altos costes de morbilidad y mortalidad. Mientras tanto, la relajación de las restricciones al ritmo de la vacunación muestra casi el mismo progreso en la ‘libertad’, manteniendo la baja incidencia", comentó Priesemann.
Los investigadores sugirieron que, pese a la presión pública, no se debe apresurar la relajación de las restricciones y se debe mantener una tasa de vacunación elevada, especialmente en las poblaciones de alto riesgo.